Petición de los caciques de Uyupacha al obispo de Huamanga
Los principales don Pedro Casina Cari, don Joan Quespi Topa, mandones, alcaldes y regidores.
Don Pedro de Arango, al pretender que esta estancia de Uyupacha pertenece a la doctrina de Cauana, le ha dado a vuestra señoría un mal informe de los agravios que le ha hecho a toda nuestra comunidad. Todo lo que ha dicho es falso. Cuando todavía pertenecíamos al obispado del Cuzco, estaba de cura propietario el licenciado don Martín de Larteaga. El fue quien mandó levantar una capilla en la pampa de Uyupacha y celebraba la misa en esa capilla, con licencia del obispo del Cuzco. Como hubo muchos daños en esa estancia, se la trasladó acá. Nuestros abuelos vinieron de ahí a esta estancia de Sanoraya. En la época de nuestros curas el licenciado Jerónimo Rodríguez, Jacinto Fernández Coronado y don Juan de Zespes, no tuvimos ningún pleito. Desde que entró nuestro cura el bachiller Jacinto de Palacios, don Pedro de Arango y Sotomayor, por la enemistad que tiene contra él, le ha pedido a vuestras señorías que los moradores de Uyupacha fueran a Cauana, alegando mentirosamente que son tierras de esa doctrina. Dijo a vuestra señoría que Guacaña está lejos [de la estancia] y que por eso los moradores [de la misma] no oyen misa, mientras que Cauana está cerca. Dijo a vuestra señoría que [la estancia] estaba muy cerca [de Cauana]. Ahora, padre, vea usted y juzgue: la distancia a Cauana es de tres topos y hay que cruzar un gran río. De esa estancia a este pueblo [de Guacaña] sólo hay un topo y para venir aquí no hay que cruzar ningún río. Por eso ahora, le rogamos en nombre de todo el común y le decimos que no podemos acudir a la doctrina de Cauana. Nuestro cura nos doctrinará en este pueblo [de Guacaña]. Por la orden que dio vuestra señoría [la de oir misa en Cauana], ya murieron dos hombres sin confesión y ahora otro hombre se está muriendo también. Vuestra señoría le ha mandado a nuestro cura que no se meta con los que viven en la estancia. Por eso es que no los va a confesar. Todo lo que hemos dicho es verdad, no estamos mintiendo y lo juramos con la señal de la cruz porque queremos alcanzar justicia sin malicia.
Don Pedro Casiña Cari, don Joan Ynga Quespi Topa.