Plenitud/LVII (Nisi sirenas)
Rememora, por tanto, en la Serenidad, tus días de dolor; pero nunca pienses en las horas de ira, de encono, de turbulencia que hayan sacudido tu espíritu, pues lo sacudirán de nuevo con su solo recuerdo.
Haz, en cambio, noche a noche, el inventario de los minutos bellos, buenos, agradables; de los ratos plácidos que la Vida te haya otorgado en las dieciséis horas de la vigilia, y fórmate con ellos un ramillete de flores para perfumar tu sueño.
Esta actitud te dará alegría, par.
Tu último pensamiento antes de dormirte será así de gratitud.
Y si el recuerdo de alguna hora de impaciencia, de cólera, de despecho, viene a atormentarte, procura apartarlo dulcemente, y díle a tu memoria lo que el célebre cuadrante solar de Pisa, construido por Marco Salvadori, ostenta como inscripción: HORAS NON NUMERO NISI SERENAS.