Plenitud/XXXII (Iras por el camino)
Iras por el camino buscando a Dios; pero atento a las necesidades de tus hermanos.
En cualquier momento, en cualquier lugar, entre cualquier compañía, te formularas la admirable pregunta de Franklin:
-"¿Qué bien puedo hacer yo aquí?"
Y siempre encontrarás una respuesta en lo hondo de tu corazón.
Apareja el oído, los ojos y las manos para que ninguna necesidad,
ninguna angustia, ningún desamparo, pasen de largo.
Y cuando a nadie veas en la carretera llena de huellas, que relumbra al sol, cuando el camino esté ya solitario, vuélvete inmediatamente hacia tu Dios escondido.
Si El te pregunta dentro de ti mismo:
-¿Cómo es que no me buscabas, hijo mío? Le dirás: -Te buscaba, Señor, pero en los otros.
-¿Y me habías encontrado?
-Sí, señor; estabas en la angustia, en la necesidad, en el desvalimiento de los otros.
Y El, por toda respuesta" sonreirá dulcemente.