Prólogo a "Del amor..."
Nota: se ha conservado la ortografía original, excepto en el caso de la preposición á.
Grave, ardua, espinosa y hasta cierto punto difícil tarea es la que emprendemos al ocuparnos de este libro, porque nada hay más difícil, espinoso, arduo y grave que ocuparse de un libro nuevo, tarea que hoy emprendemos.
El amor que según San Agustín nos hace desear, buscar y encontrar, y que según Camprodón es una pasión vehemente, es el asunto capital de esta bella obra. Asunto simpático, interesante y origen de todas las peripecias porque el hombre pasa en este tortuoso y escabroso y penoso y angustioso camino de la vida.
Decía el caballero Peloti, sabio piamontés, profesor de hotentote en varias universidades de España, que el amor es una pasión innata en el corazón del hombre, (pasione innata nel cuore del uomo) verdad profundísima para cuyo estudio es necesario largo tiempo; y partiendo nosotros de suposición tan sabia como juiciosa, hemos creído conveniente coadyuvar al éxito de una empresa cuyo objeto principal es encaminar a la juventud animosa a cultivar esa flor cuyo tiesto es el corazón humano, y cuyo aroma embalsama los dilatados espacios en que se mece la fantasía del joven inexperto.
Este libro es lo más a propósito para conocer á la mitad del mundo; a la mujer, a esa ángel con tirabuzones cuyas miradas infunden la fe en el alma del célibe sensible, y cuyas sonrisas son tan caras para el sensible marido, que vienen a salirle a cuarenta reales una con otra.
En este libro hay una propensión encantadora a la burla; y siendo la burla el alimento principal de los inocentes españoles, claro está que este libro es un artículo de primera necesidad, indispensable a las familias.
Nada diremos del autor, cuyas obras conocemos demasiado; deberes de amistad nos incitan á hablar del autor en términos cariñosos, pero deberes de delicadeza nos impiden elogiarle, y solo diremos como de pasada que su libro es muy bueno, lo cual acaso sea mucho decir, pero cosa es ésta muy admitida entre nosotros.
Copiar aquí frases de la obra que el lector va a conocer inmediatamente, fuera prolijo y molesto. Nos limitamos a decir al público: lee, paga.. . y calla. Que tal es la filosofía de todos los libros que han aparecido en el mundo, y tal es el deseo de todos los filósofos del orbe, desde Platón el divino hasta Arderíus el magnífico.
¿Vale?