138 POLÍTICA DOMÉSTICA
do gobierno tiene oposición—hace con pérfida sa- gacidad el inventario de los defectos, de las debi- lidades y de los cálculos mal disimulados de tan vanidosa mujer, y compara con el lisonjero retrato pintado por ésta, una fotografía cruel por su seme: janza con la realidad. (Contemple ahora esa des- graciada ostentadora de sus cualidades el resultado más evidente de sus exageraciones: ella ha inspi- rado un descontento que aprovechará cualquier ocasión para estallar; se ha conducido como una per- sona falsa ó imbécil. y—lo que es casi irreparable en la situación de ella —ha comprometido su influen- cía con respecto á su marido.
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¡Cuán cara paga tu marido, oh mujer vanidosa, la virtud que más ostentas! Porque eres esposa fiel te crees con derecho á tener una infinidad de caprichos, y abrigas las más intolerables manías bajo el escudo de tu fidelidad. No parece sino que te empeñas en que tu esposo sufra, mal y de mala manera, los inconvenientes de la vida doméstica. Estás toda erizada de espinas para él, que sólo debe esperar desdenes y palabras mordaces de tu inso- portable genio, y pareces interesada en que goce
