POLÍTICA DOMÉSTICA 145
quier resistencia en el hogar doméstico, la dulzura se acibara, los buenos propósitos quedan dados al ol- vido, desaparece la sencillez de la paloma, la oveja se convierte en leona. Nada rebaja tanto la dig- nidad del carácter moral, como esas súbitas y tris- tes metamorfosis descubridoras del egoismo oculto por virtudes que quizá se reputan cristianas.
En el hogar doméstico, la actividad del corazón humano suele desenvolverse con un ardor que aun las miradas del vulgo perciben; suceden dramas sor- prendentes, peripecias inesperadas, caidas repentinas, y vése alguna vez desaparecer dominaciones indis- putables, que por espacio de mucho tiempo parecían despreciar la movilidad de los sucesos. Como acon- tece á ciertos hombres de estado, algunas mujeres ven derrocada en un día su dominación, por casua- lidad no siempre fácil de explicar; pero la casualidad no es más que una palabra vacía de sentido, y cuando cae un poder es á consecuencia de alguna falta, de alguna imprudencia ó de alguna violación de las imperiosas leyes que rigen la naturaleza humana. Por cierto y por verdad, que algo de lo que sucede en los estados se observa también en la familia,
