20 POLÍTICA DOMÉSTICA
En la prosperidad no manifiesta orgullo; en la adversidad cura con paciencia las llagas de la for- tuna.
Alivia con sus consejos las penas de su esposo, y las dulcifica con sus caricias; él deposita su corazón. en el de ella, y recibe consuelos.
¡Oh tú, que eres su esposo, ámala como un be- neficio que el Cielo te ha enviado! Que la dulzura de tu couducta te haga carísimo á su corazón.
Así como toma parte en tus inquietudes, ¡que participe también de tus placeres! Reprende con bondad sus faltas: no exijas su deferencia.
Deposita en su corazón tu secreto; sus consejos son sinceros, y no serás engañado.
Respeta la fé conyugal; tu felicidad y la suya de- penden de esto.
Si el dolor ó la enfermedad la agobia, haz por dulcificar con tu ternura su aflicción.
Ten en consideración la delicadeza de su ser, la de- bilidad de sus fuerzas, y no seas demasiado severo, sino acuérdate de tus propias imperfecciones.»
La mujer que procure semejarse al precedente retrato, y el marido que considere á su mujer, como dice el autor de esas palabras, conseguirán fijar en su hogar la felicidad fundada en los más nobles afectos del corazón.