POLÍTICA DOMÉSTICA 245
él ha de poder dar de sí; en todo el curso de su vida, no habrá en el hombre nada que no perte- nezca á la naturaleza, cuyos rasgos están ya bosque- jados enel niño; niel niño recibirá impresión algo viva ó duradera, cuyo efecto no influya en la vida del hombre: así es que los fines de la existencia, el desarrollo de las facultades y todo lo grande, lo importante y lo útil que el sér humano siente en sí mismo, están comprendidos en el pensamiento de la educación; todo está confiado á ella, y, sin embar- go, mucho se le escapa incesantemente por causa de la tenuidad é instabilidad de los resortes en que debe obrar, porla imposibilidad en que nos halla- mos de comprender á este tierno sér, tan diferente de los que le dirigen, y por la dificultad de manejar esos hilos delicados y móviles, cuya combinación debe llegar á constituir en él la tela moral de su corazón, el enlace de sus ideas y el fundamento de su conducta.
. Confrecuencia nos engañan las acciones infanti- les en relación con las nuestras, pues nos extravia- mos suponiendo que aquellas obedecen á móviles se- mejantes á los que nos hubieran impulsado á efec- tuarlas. Mariquita, en no sé qué exaltación de ale- gría, deja sus juguetes, corre hacia mí, me abraza, me da muchos besos—paréceme que todo mi mater- nal corazón no podrá corresponder á la viveza de tan-
