POLÍTlCA DOMÉSTICA 79
Dios, que perpetuamente obra sobre todas las cosas, lo hace á veces por medio de sus criaturas; y para ello les comunica siempre algo de sus divinos atributos, según lo que corresponde á la realización de sus altos designios.
Por eso, cuando Dios hace padres y madres, es decir, autores de la existencia de sus hijos, les da cierta participación en la infinita fuerza con que ha creado todas las cosas, les hace entrar en la acción de la eterna Providencia, les asocia al más alto poder, al mismo poder creador; en una palabra, los hace creadores ai imagen y semejanza de Él, y, por lo tanto, jefes providenciales de la familia.
Los padres y las madres son los representantes de la divina Providencia en la tierra, no sólo porque Dios les ha dado algo de su bondad, de su tierna so- licitud y de su soberana sabiduría para que eduquen á sus hijos, sino también porque los ha hecho dele- gados inmediatos de Él. Esto es lo que da á los pa- dres y a las madres autoridad venerable; y por eso mismo, entre los deberes impuestos por la naturaleza y por la religión al hombre, hay. uno superior á todos: el respeto á Dios presente en el padre y en la madre.
Asi debemos comprender el respeto filial, que es el
