Tratado de la pintura/XV
Apariencia
§ XV.
[editar]No hay cosa que engañe tanto como nuestro propio dictámen al juzgar de una obra nuestra; y en este caso mas aprovechan las críticas de los enemigos, que las alabanzas de los amigos; porque estos, como son lo mismo que nosotros, nos pueden alucinar tanto como nuestro propio dictámen.