Tutearse para despedirse

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Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


Tutearse para despedirse.

Conocemos un hombre ¡válganos Dios! con quien una señora de la alta sociedad se casó el año último por vengarse de su amado, que tuvo un dia la desgracia de sentarse encima de su perro convirtiéndolo en tortilla.

La mujer ha mirado siempre á su marido con tan solemne desprecio, que no ha querido descender nunca hasta el estremo de familiarizarse con él llamándole de tú.

— Si me dieses al menos alguna prueba de familiaridad, si consintieses siquiera en tutearme una vez, le decia en cierta ocasión el pobre marido:

— Dos lo haré, dijo ella, vete y no vuelvas.