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Viaje del Parnaso (Schevill y Bonilla editores)/Adendas

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VIII
Viaje del Parnaso
de Miguel de Cervantes
Adendas

Algunos dias esTuve reparandome de tan largo viage, al cabo de los quales sali a ver, y a ser visto, y a recebir parabienes de mis amigos, y malas vistas de mis enemigos, que, puesto que pienso que no tengo ninguno, todavia no me asseguro de la comun suerte. Sucedio pues que, saliendo una mañana del monesterio de Atocha, se llegó a mi un mancebo, al parecer de veinte y quatro años, poco mas o menos, todo limpio, todo asseado, y todo crugiendo gorgaranes, pero con un cuello tan grande y tan almidonado, que crey que, para llevarle, fueran menester los hombros de otro Adlante. Hijos deste cuello eran dos puños chatos, que, començando de las muñecas, subian y trepauan por las canillas del braço arriba, que parecia que yuan a dar assalto a las barbas. No he visto yo yedra tan codiciosa de subir, desde el pie de la muralla, donde se arrima, hasta las almenas, como el ahinco que llevavan estos puños a ir a darse de puñadas con los codos; finalmente, la exorbitancia del cuello y puños era tal, que en el cuello se escondia y sepultaua el rostro, y en los puños los braços.

Digo, pues, que el tal mancebo se llegó a mi y, con voz grave y reposada, me dixo: «¿Es por ventura V. m. el señor Miguel de Cerbantes Saauedra, el que ha pocos dias que vino del Parnaso?» A esta pregunta creo sin duda que perdi la color del rostro, porque en un instante imaginé, y dixe entre mi: «¿Si es este alguno de los poetas que puse, o dexe de poner en mi Viage, y viene aora a darme el pago que el se imagina se me deve?» Pero, sacando fuerças de flaqueza, le respondi: «Yo, señor, soy el mesmo que V. m. dize; ¿qué es lo que se me manda?» El luego, en oyendo esto, abrio los braços, y me los echó al cuello y, sin duda, me besara en la frente, si la grandeza del cuello no lo impidiera, y dixome: «V. m., señor Cerbantes, me tenga por su seruidor y por su amigo, porque ha muchos dias que le soy muy aficionado, assi por sus obras, como por la fama de su apazible condicion.» Oyendo lo qual respiré, y los espiritus que andavan alborotados se sossegaron; y abraçandole yo tambien, con recato de no ahajarle el cuello, le dixe: «Yo no conozco a V. m. si no es para seruirle, pero por las muestras bien se me trasluze, que V. m. es muy discreto y muy principal, calidades que obligan a tener en veneracion a la persona que las tiene.»

Con estas passamos otras corteses razones, y anduvieron por alto los ofrecimientos, y de lance en lance me dixo: «V. m. sabra, señor Cerbantes, que yo, por la gracia de Apolo, soy poeta, o [a] lo menos desseo serlo, y mi nombre es Pancracio de Roncesualles.»


Mi. Nunca tal creyera si V. m. no me lo huuiera dicho por su mesma boca.

Pan. Pues ¿por qué no lo creyera V. m.?

Mi. Porque los poetas, por marauilla andan tan atildados como V. m. y es la causa que, como son de ingenio tan altaneros y remontados, antes atienden a las cosas del espiritu, que a las del cuerpo.

«Yo señor, dixo el, soy moço, soy rico, y soy enamorado: partes que deshazen en mi la floxedad que infunde la poesia. Por la mocedad, tengo brio; con la riqueza, con que mostrarle; y con el amor, con que no parecer descuydado.»

«Las tres partes del camino, le dixe yo, se tiene V. m. andadas para llegar a ser buen poeta.»

Pan. ¿Quales son?

Mi. La de la riqueza y la del amor. Porque los partos (de los partos) de la persona rica y enamorada, son assombros de la auaricia y estimulos de la liberalidad, y en el poeta pobre, la mitad de sus divinos partos y pensamientos se los llevan los cuydados de buscar el ordinario sustento. Pero dexeme V. m., por su vida, ¿de qué suerte de menestra poetica gasta o gusta mas?

A lo que respondio: «no entiendo eso de menestra poetica.»

Mi. Quiero dezir, que a qué genero de poesia es V. m. mas inclinado. ¿Al lirico, al eroyco, o al comico?

«A todos estilos me amaño, respondio el. Pero en el que mas me ocupo es en el comico.»


Mi. Dessa manera, avra V. m. compuesto algunas comedias.

Pan. Muchas, pero sola una se ha representado.

Mi. ¿Parecio bien?

Pan. Al vulgo no.

Mi. ¿Y a los discretos?

Pan. Tampoco.

Mi ¿La causa?

Pan. La causa fue que la achacaron que era larga en los razonamientos, no muy pura en los versos, y desmayada en la invencion. «Tachas son essas, respondí yo, que pudieran hazer parecer mal a las del mesmo Plauto.»

«Y mas, dixo el, que no pudieron juzgalla, porque no la dexaron acabar, segun la gritaron. Con todo esto la echó el autor para otro dia; pero, porfiar que porfiar, cinco personas vinieron a penas.»

«Creame V. m., dixe yo, que las comedias tienen dias, como algunas mugeres hermosas, y que esto de acertarlas bien, va tanto en la ventura como en el ingenio; comedia he visto yo apedreada en Madrid, que la han laureado en Toledo, y no por esta primer desgracia dexe V. m. de proseguir en componerlas, que podra ser que, quando menos lo piense, acierte con alguna que le de credito y dineros.»

«De los dineros no hago caso, respondio el; mas preciaria la fama que quanto ay. Porque es cosa de grandissimo gusto, y de no menos importancia, ver salir mucha gente de la comedia, todos contentos, y estar el poeta que la compuso a la puerta del teatro recibiendo parabienes de todos.»

«Sus descuentos tienen esas alegrias, le dixe yo, que tal vez suele ser la comedia tan pesima, que no ay quien alce los ojos a mirar al poeta, ni aun el para quatro calles del coliseo, ni aun los alçan los que la recitaron, avergonçados y corridos de averse engañado y escogidola por buena.»

«Y V. m., señor Cerbantes, dixo el, ¿ha sido aficionado a la caratula? ¿Ha compuesto alguna comedia?» «Si, dixe yo, muchas, y, a no ser mias, me parecieran dignas de alabança, como lo fueron Los Tratos de Argel, La Numancia, La Gran Turquesca, La Batalla naual, La Ierusalem, La Amaranta o la del Mayo, El Bosque amoroso, La Unica, y La Vizarra Arsinda, y otras muchas de que no me acuerdo. Mas la que yo mas estimo, y de la que mas me precio, fue, y es, de una llamada La Confusa, la qual, con paz sea dicho de quantas comedias de capa y espada hasta oy se han representado, bien puede tener lugar señalado por buena entre las mejores.»

Pan. Y agora, ¿tiene V. m. algunas?

Mi. Seis tengo, con otros seis entremeses.

Pan. Pues, ¿por qué no se representan?

Mi. Porque ni los autores me buscan, ni yo los voy a buscar a ellos.

Pan. No deven de saber que V. m. las tiene.

Mi. Si saben, pero como tienen sus poetas paniaguados y les va bien con ellos, no buscan pan de trastrigo; pero yo pienso darlas a la estampa, para que se vea de espacio lo que passa apriessa, y se dissimula, o no se entiende, quando las representan; y las comedias tienen sus sazones y tiempos como los cantares.

Aqui llegauamos con nuestra platica, quando Pancracio puso la mano en el seno y sacó del una carta con su cubierta y, besandola, me la puso en la mano; lehi el sobrescrito, y vi que dezia desta manera:

«A Miguel de Cerbantes Saauedra, en la calle de las Huertas, frontero de las casas donde solia viuir el Principe de Marruecos, en Madrid. Al porte: medio real, digo diezisiete maravedis».

Escandalizome el porte, y de la declaracion del medio real, digo diezisiete, y Bolviendosela le dixe: «Estando yo en Valladolid, llevaron una carta a mi casa, para mi, con un real de porte; recibiola, y pagó el porte, una sobrina mia, que nunca ella le pagara; pero diome por disculpa que, muchas vezes, me auia oydo dezir que en tres cosas era bien gastado el dinero: en dar limosna, en pagar al buen medico, y en el porte de las cartas, ora sean de amigos, o de enemigos; que las de los amigos auisan, y -126- de las de los enemigos se puede tomar algun indicio de sus pensamientos. Dieronmela, y venia en ella un soneto malo, desmayado, sin garbo ni agudeza alguna, diciendo mal de don Quixote, y de lo que me pesó, fue del real, y propuse desde entonces de no tomar carta con porte. Assi que si V. m. le quiere llevar desta, bien se la puede boluer, que yo se que no me puede importar tanto como el medio real que se me pide.»

Riose muy de gana el señor Roncesballes, y dixome: «Aunque soy poeta, no soy tan misero que me aficionen diez y siete maravedis. Advierta V. m., señor Cerbantes, que esta carta, por lo menos, es del mesmo Apolo; el la escriuio no ha veinte dias en el Parnaso, y me la dio para que a V. m. la diesse. V. m. la. lea, que yo se que le ha de dar gusto.»

«Hare lo que V. m. me manda, respondi yo, pero quiero que antes de leerla, V. m. me la haga de dezirme, cómo, quándo y a qué fue al Parnaso.»

Y el respondio: «Cómo fuy, fue por mar, y en una fragata que yo, y otros diez poetas, fletamos en Barzelona; quándo fuy, fue seis dias despues de la batalla que se dio entre los buenos y los malos poetas; a qué fuy, fue a hallarme en ella, por obligarme a ello la profession mia.»

«A buen seguro, dixe yo, que fueron V. ms. bien recebidos del señor Apolo.»

Pan. Si fuymos, aunque le hallamos muy ocupado a el, y a las señoras Pierides, arando y sembrando de sal todo aquel termino del campo donde se dio la batalla. Preguntele para qué se hazia aquello, y respondiome, que «assi como de los dientes de la serpiente de Cadmo auian nacido hombres armados, y de cada cabeça cortada de la hidra que mató Hercules, auian renacido otras siete, y de las gotas de la sangre de la cabeça de Medusa se auia llenado de serpientes toda la Libia, de la mesma manera de la sangre podrida de los malos poetas, que en aquel sitio auian sido muertos, començauan a nacer del tamaño de ratones otros poetillas rateros que llevavan camino de henchir toda la tierra de aquella mala simiente, y que, por esto, se araua aquel lugar, y se sembraba de sal, como si fuera casa de traydores.»

En oyendo esto, abri luego la carta y vi que dezia:

A Miguel de Cervantes Saavedra. Salud.

El señor Pancracio Roncesvalles, llevador desta, dira a V. m., señor Miguel de Cervantes, en qué me halló ocupado el dia que llegó a verme con sus amigos. Y yo digo que estoy muy quexoso de la descortesia que conmigo se usó en partirse V. m. deste monte sin despedirse de mi ni de mis hijas, sabiendo cuánto le soy aficionado, y las Musas por el consiguiente; pero si se me da por disculpa que le llevó el deseo de ver a su Mecenas, el gran Conde de Lemos, en las fiestas famosas de Napoles, yo la acepto y le perdono.

Despues que V. m. partio deste lugar, me han sucedido muchas desgracias, y me he visto en grandes aprietos, especialmente por consumir y acabar los poetas que yuan naciendo de la sangre de los malos que aqui murieron, aunque ya, gracias al cielo y a mi industria, este daño está remediado.

No se si del ruido de la batalla, o del vapor que arrojó de sí la tierra, empapada en la sangre de los contrarios, me han dado unos vaguidos de cabeça, que verdaderamente me tienen como tonto, y no acierto a escrivir cosa que sea de gusto ni de prouecho; assi, si V. m. viere por alla que algunos poetas, aunque sean de los mas famosos, escriven y componen impertinencias y cosas de poco fruto, no los culpe ni los tenga en menos, sino que disimule con ellos, que pues yo, que soy el padre y el inventor de la Poesia, deliro y parezco mentecato, no es mucho que lo parezcan ellos.

Embio a V. m. unos Privilegios, ordenanças y advertimientos tocantes a los poetas; V. m. los haga guardar y cumplir al pie de la letra, que para todo ello doy a V. m. mi poder cumplido, cuanto de derecho se requiere.


Entre los poetas que aqui vinieron con el señor Pancracio Roncesvalles, se quexaron algunos de que no yuan en la lista de los que Mercurio llevó a España, y que asi V. m. no los auia puesto en su Viage. Yo les dixe que la culpa era mia, y no de V. m.; pero que el remedio deste daño estava en que procurassen ellos ser famosos por sus obras, que ellas por si mismas les darian fama, y claro renombre, sin andar mendigando agenas alabanças.»

De mano en mano, si se ofreciere ocasion de mensagero, ire embiando mas privilegios, y avisando de lo que en este monte passare. V. m. haga lo mesmo, avisandome de su salud y de la de todos los amigos.

Al famoso Vincente Espinel dara V. m. mis encomiendas, como a uno de los mas antiguos y verdaderos amigos que yo tengo.

Si don Francisco de Quevedo no huviere partido para venir a Cicilia, donde le esperan, toquele V. m. la mano, y digale que no dexe de llegar a verme, pues estaremos tan cerca, que cuando aqui vino, por la subita partida no Tuve lugar de hablarle.


Si V. m. encontrare por alla algun transfuga de los veinte que se pasaron al vando contrario, no les diga nada, ni los aflixa, que harta maleventura tienen, pues son como demonios, que se llevan la pena y la confusion con ellos mesmos do quiera que vayan.

V. m. tenga cuenta con su salud, y mire por si, y guardese de mi, especialmente en los caniculares, que, aunque le soy amigo, en tales dias no va en mi mano, ni miro en obligaciones ni en amistades.

Al señor Pancracio Roncesvalles, tengale V. m. por amigo, y comuniquelo; y, pues es rico, no se le de nada que sea mal poeta; y con esto nuestro Señor guarde a V. m. como puede y yo deseo. Del Parnaso, a 22 de julio, el dia que me calço las espuelas para subirme sobre la canicula. 1614.

Servidor de V. m.,

Apolo Luzido.

En acabando la carta, vi que en un papel a parte venia escrito:

Privilegios, ordenanças, y advertencias que Apolo embia a los poetas españoles.

Es el primero, que algunos poetas sean conocidos, tanto por el desaliño de sus personas, como por la fama de sus versos.

Yten, que si algun poeta dixere que es pobre, sea luego creydo por su simple palabra, sin otro juramento o averiguacion alguna. Ordenase que todo poeta sea de blanda y de suave condicion, y que no mire en puntos, aunque los trayga sueltos en sus medias. Yten, que si algun poeta llegare a casa de algun su amigo, o conocido, y estuuieren comiendo, y le combidare, que, aunque el jure que ya ha comido, no se le crea en ninguna manera, sino que le hagan comer por fuerça, que en tal caso no se le hara muy grande. Item, que el mas pobre poeta del mundo, como no sea de los Adanes y Matusalenes, pueda dezir que es enamorado, aunque no lo esté, y poner el nombre a su dama como mas le viniere a cuento, ora llamandola Amarili, ora Anarda, ora Clori, ora Filis, ora Filida, o ya Juana Tellez, o como mas gustare, sin que desto se le pueda pedir ni pida razon alguna.

Iten se ordena, que todo poeta, de qualquiera calidad y condicion que sea, sea tenido y le tengan por hijodalgo, en razon del generoso exercicio en que se ocupa, como son tenidos por christianos viejos los niños que llaman de la piedra.

Item se advierte, que ningun poeta sea osado de escriuir versos en alabanças de principes y señores, por ser mi intencion y aduertida voluntad que la lisonja ni la adulacion no atrauiessen los umbrales de mi casa.

Item, que todo poeta comico, que felizmente huviere sacado a luz tres comedias, pueda entrar sin pagar en los teatros, si ya no fuere la limosna de la segunda puerta, y aun esta, si pudiere ser, la escuse.

Yten se advierte, que si algun poeta quisiere dar a la estampa algun libro que el huviere compuesto, no se de a entender que, por dirigirle a algun monarca, el tal libro ha de ser estimado, porque si el no es bueno, no le adobara la direccion, aunque sea hecha al Prior de Guadalupe.

Yten se advierte, que todo poeta no se desprecie de dezir que lo es, que si fuere bueno sera digno de alabança, y, si malo, no faltará quien lo alabe, que quando nace la escoba, &c..

Yten, que todo buen poeta pueda disponer de mi y de lo que ay en el cielo a su beneplacito; conuiene a saber: que los rayos de mi cabellera los pueda trasladar y aplicar a los cabellos de su dama, y hazer dos soles sus ojos, que conmigo seran tres, y assi andara el mundo mas alumbrado; y de las estrellas, signos y planetas puede seruirse de modo que, quando menos lo piense, la tenga hecha una esfera celeste.

Yten, que todo poeta, a quien sus versos le huvieren dado a entender que lo es, se estime y tenga en mucho, ateniendose a aquel refran: «Ruyn sea el que por ruyn se tiene».

Yten se ordena, que ningun poeta grave haga corrillo en lugares publicos recitando sus versos, que, los que son buenos, en las aulas de Atenas se auian de recitar, que no en las plaças.

Yten se da por aviso particular, que si alguna madre tuuiere hijos pequeñuelos, trauiessos y llorones, los pueda amenazar y espantar con el coco, diziendoles: «guardaos, niños, que viene el poeta fulano, que os echará con sus malos versos en la sima de Cabra o en el pozo airon».

Yten, que los dias de ayuno no se entienda que los ha quebrantado el poeta que aquella mañana se ha comido las vñas al hazer de sus versos.

Yten se ordena, que todo poeta que diere en ser espadachin, valenton y arrojado, por aquella parte de la valentia se le desague y vaya la fama que podia alcançar por sus buenos versos.

Yten se advierte, que no ha de ser tenido por ladron el poeta que hurtare algun verso ageno, y le encaxare entre los suyos, como no sea todo el concepto y toda la copla entera, que en tal caso tan ladron es como Caco.

Yten, que todo buen poeta, aunque no aya compuesto poema eroyco, ni sacado al teatro del mundo obras grandes, con qualesquiera, aunque sean pocas, pueda alcançar renombre de divino, como le alcançaron Garcilaso de la Vega, Francisco de Figueroa, el capitan Francisco de Aldana y Hernando de Herrera.

Yten se da aviso, que si algun poeta fuere favorecido de algun principe, ni le visite a menudo, ni le pida nada, sino dexese llevar de la corriente de su ventura, que, el que tiene providencia de sustentar las sauandijas de la tierra y los gusarapos del agua, la tendra de alimentar a un poeta, por sauandija que sea.

En suma, estos fueron los privilegios, aduertencias y ordenanças que Apolo me embió, y el señor Pancracio de Roncesballes me truxo, con quien quedé en mucha amistad, y los dos quedamos de concierto de despachar un propio con la respuesta al señor Apolo, con las nuevas desta Corte. Darase noticia del dia, para que todos sus aficionados le escrivan.

• Abarca (Diego).-

• Aguilar (Pedro de).-

• Alcañizes (Marqués de).-

• Aldana (Francisco de).-

• Almendarez (Iulian de).-

• Almendariz.- Véase Almendarez.

• Angulo (Gregorio de).-

• Aponte.-

• Arbolanche.- Véase Arbolanchez.

• Arbolanches.- Véase Arbolanchez.

• Arbolanchez [(Hieronimo)].-

• Argote y de Gamboa (Juan de).-

• Arguixo (Juan de).-

• Arias [Giron] (Félix).-

• Arrociolo.-

• Atayde (Antonio de).-

• Auila (Gaspar de).-

• Azeuedo [Alonso de].-

• [Balbuena (Doctor Bernardo de)].-

• Baldes [Pedro de].-

• Balmaseda (Andres [Carlos] de).-

• Barahona [de Soto] (Luis de).-

• Barrionuevo (Gaspar de).-

• Bateo (Juan).-

• Bermudez [de Carvajal] (Fernando).-

• Biedma [Hernando de].-

• [Borja y Aragon (Francisco de)].- Véase Esquilache (Principe de).

• Cabrera [de Cordoba] (Luis).-

• Calatayud [y Sandoval] (Don Francisco de).-

• Calvo (Maestro).-

• Capataz (Juan Baptista).-

• Caporalí [Cesare].-

• Caracciolo.- Véase Arrociolo.

• Caruajal (Juan de).-

• Casanate Rojas (Agustin de).-

• Casanate (Juan Luis de).-

• Castro (Geronimo de).-

• Castro [y Bellvis] (Guillen de).-

• Cejudo (Miguel).-

• Cepeda.-

• Cetina (Doctor Gutierre de).-

• Cid (Miguel).-

• Correa de la Cerda (Fernando).-

• Cueva [y Silua] (Francisco de la).-

• Enciso.-

• [Enriquez de Almansa (Alvaro Antonio)].- Véase Alcañizes.

• España [y Moncada] (Juan de).-

• Espinel [Vicente Martinez].-

• Esquilache (Principe de).-

• Faria.- Véase Farias.

• Farias (Francisco de).-

• [Fernández Ruiz de Castro y Osorio (don Pedro)].- Véase Lemos (Conde de).

• [Fernández de Velasco (Juan), Condestable de Castilla].- Véase Velasco.

• Ferrer [de Cardona] (Luis).-

• Figueroa [Doctor Cristobal Suarez de].-

• Figueroa (Francisco de).-

• Galarza (Antonio de).-

• Galarza [Beltrán de].-

• Galindo.-

• Gentil de Vargas (Antonio).-

• Gimenez y de Anciso (Diego).-

• Godinez [Doctor Felipe].-

• Gomez [de Sanabria] (Gabriel).-

• [Gomez de Sandoval y Rojas (Diego)].- Véase Saldaña (Conde de).

• [Gómez de Silva y Mendoza (Rui)].- Véase Pastrana (Duque de).

• Gongora (Luis de).-

• [González de Bobadilla (Bernardo)].-

• Gracian [D’Antisco] (Tomas).-

• Herrera [Fernando de].-

• Herrera [Temiño] (Juan Antonio de).-

• Herrera (Pedro de).-

• Herrera [y Ribera] (Rodrigo de).-

• [Hurtado] de Mendoça (Antonio).- Véase Mendoça.

• Iciar.- Véase Yziar.

• Iustiniano ([Lucas]).-

• Jaurígui.- Véase Xaurígui.

• [Jiménez de Enciso].- Véase Gimenez y de Anciso.

• Laso [de la Vega] (Gabriel [Lobo]).-

• Laso de la Vega (Garci).-

• Ledesma [Buitrago] (Alonso de).-

• Lemos (Conde de).-

• Leonardo [de Argensola] [Lupercio y Bartolome].-

• Leyua (Sancho [Martinez] de).-

• Lodeña (Fernando de).-

• Lofraso [Antonio de].-

• [Lopez Maldonado (Gabriel)].-

• Lopez del Valle (Juan).-

• Lupercio.- Véase Leonardo.

• Maluenda (Abad [Antonio de]).-

• Mantuano [Pedro].-

• Medinilla [Baltasar Elisio de].-

• Mendoça (Antonio [Hurtado] de).-

• Mendoza (Antonio de)].- Véase Santelmo.

• Mendoza [y Figueroa] (Lorenço de).-

• [Mendoza y Luna (Juan de)].- Véase Montesclaros (Marques de).

• Mesa (Christoval de).-

• Mexia.-

• Meztança [de Ribera] (Juan de).-

• Mira [de Amescua] (Doctor [Antonio]).-

• Mola (Bartolome de).-

• Monrroy (Antonio de).-

• [Montesclaros (Marques de)].-

• Montesdoca [Pedro de].-

• Mora (Geronimo de).-

• Morales (Pedro de).-

• [Nocara (Duca della)].- Véase Nocera.

• Nocera (Duque de).-

• Ochoa (Licenciado Juan de).-

• [Oña (Pedro de)].-

• Oquina (Juan de).-

• Orense (Maestro).-

• Pamonês.-

• Paredes (Antonio de).-

• Pastrana (Duque de).-

• Pedrosa.-

• Poyo (Licenciado [Damián Salustio del]).-

• Pozo (Doctor Andres del).-

• Queuedo (Francisco de).-

• Quincozes.-

• Ramirez de Prado (Lorenzo).-

• Ramon (Licenciado [Alonso]).-

• Rejaule [y Toledo] (Pedro Juan de).-

• Rey de Artieda (Andres).-

• Rioja (Francisco de).-

• Rodriguez [de Ardila] (Pedro).-

• Rodriguez Lobo [Francisco].-

• Rueda (Lope de).-

• Salas Barbadillo (Alonso [Jeronimo] de).-

• Saldaña (Conde de).-

• Salinas (Conde de).-

• Sanchez [de Villanueva] (Doctor Francisco).-

• Sanchez (Miguel).-

• Santelmo (El castellano de).-

• Segura (Bartolome de).-

• Silua (Diego de).-

• Silua [y Mendoza] (Francisco de).-

• Silueira [Doctor Miguel de].-

• [Silva y Mendoza (Diego de)].- Véase Salinas (Conde de).

• Solis [Mejia] (Juan de).-

• Soto [de Rojas] (Pedro de).-

• Suarez de Figueroa.- Véase Figueroa.

• Tamayo (Capitan Pedro).-

• Tapia (Rodrigo de).-

• [Tasis y Peralta (Juan Bautista de)].- Véase Villamediana.

• Tasso.- Véase Torcato.

• Tejada [Paez] [Doctor Agustin de].-

• [Tellez (Fr. Gabriel)].-

• Timoneda [Juan de]

• Torcato [Tasso].-

• Touar (Iorge de).-

• [Ubeda (Francisco de)].-

• Valdes.- Véase Baldes.

• Valdiuielso (Maestro Ioseph de).-

• Vargas (Iusepe de).-

• [Vargas Gentil].- Véase Gentil de Vargas.

• Vazconzelos (Juan de).-

• Vega (Bernardo de la).-

• Vega [Carpio] (Lope [Felix] de).-

• Velasco [Juan Fernandez de].-

• Velez de Gueuara (Luis).-

• Vera [Zuñiga y Figueroa] (Juan de).-

• Vergara (Hipolito de).-

• Vergara (Juan de).-

• Villamediana ([Conde] de).-

• Virues (Christoval de).-

• Xaurigui (Juan de).-

• Yzíar [(Juan de)].-