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Viaje maravilloso del Señor Nic-Nac/II

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CAPÍTULO II
el autor consulta á un espiritista

Mi juventud ha sido una borrasca.

Mi espíritu tenía toda la vaguedad del infinito, y apesar de esto, me llamo Nic-Nac.

En 1856—contaba apenas veinte años—todas mis preocupaciones se habían desarrollado, sin tener empero un vínculo que las ligara, vínculo con que los años las han fortalecido hoy, tanto mas cuanto que he resuelto graves problemas desconocidos no sólo por los filósofos sin sentidos, sino tambien por los sábios sensuales.

Acababa de llegar de Europa un espiritista.

Nadie le conocía.

Sólo una persona le consultó;—y esa persona que halló el ideal de sus aspiraciones en la palabra de aquel hombre, esa persona fuí yo.

Pronto existió entre nosotros la comunion del alma; empero, si vastas eran sus ideas cuando se relacionaban con el mando de los espíritus, mas vastas aún eran las mias, porque ellas se referian á los espíritus y á la materia toda, al Kosmos del panteista, el supremo soñador de los soñadores.

¡Qué bella es la vida de los sueños!

El sueño es el eslabon que liga el espíritu humano con los grandes misterios de la Naturaleza.

Aquel espiritista se llamaba Friedrich Seele, ó si quereis su nombre en castellano, Federico Alma.

Nadie ha llevado nunca un nombre mas bien puesto.

Muchos hay que tienen el apellido de Torres, y sin embargo, son de una estatura menor que la mediana; otros ostentan el de Leon, y he conocido algunos que huían de un gato.

Pero Seele, ó mas bien Alma, era como una concesion suprema de la verdad á la realidad. Aquí no había contraste, ese chocante contraste de los Torres y los Leones, porque si alguna vez ha existido sobre el mundo un alma corporea y tangible, ha sido en la personificacion de Friedrich Seele.

La vida material se había sublimado en él por decirlo así, transformándose sus manifetstaciones en una série de fenómenos psíquicos, análogos al que presentaría una vision perceptible é intangible á la vez, como la de ese gato negro que desde hace algunas horas persigue con su forma inmaterial el poder de mis sentidos.

Seele, y este nombre ya lo indica, era Aleman, y en su espíritu noble se había concentrado toda la fuerza pensante de su nacion, todos los sueños, todas las nieblas, todos silfos, todas las bellezas, todas las luces que nacen, brillan, vuelan, vagan y coloran él espíritu de Alemania.

Versado en todas las ciencias físicas y morales, le era igualmente familiar la interpretacion de un fenómeno cósmico, como la explicacion de un fenómeno psíquico, y si á todo esto se reune su fuerza poderosa como medium, tendremos que admitir que Seele podría tener notables imitadores, pero jamás rivales.

Seele no era de aquellos espiritistas ó para hablar con mayor exactitud, de aquellos mediums que saben llamar espíritus muy versados en la vida del Dr. Agüero, pero que ignoran cuantas letras tiene la palabra sol en quichua.

Seele era un sábio, mas aún, era un espíritu, más aún, era medium.

Los espiritístas, en general, son tratados de charlatanes, pero Seele no lo era, porque Sseele demostraba de una manera palpitante todo aquello que de él ó de sus génios familiares se averiguaba.

Un ejemplo:—cierto dia un sábio le preguntó: "¿cuántas letras tiene la palabra carbonada en chino?" consultado uno de los génios, contestó "tiene nueve letras, así como sombrero en inglés, tiene ocho."

—"No es cierto" repuso el consultante, "sombrero, en inglés, se dice hat:—tiene tres letras y no ocho."

—"¡Nécio!" repuso el génio, "en inglés, hat tiene tres letras, pero sombrero tiene ocho letras en el mismo ó en cualquier otro idioma".........

Si el génio se hubiera reducido á la carbonada, el consultante habría quedado satisfecho, y se hubiese depedido mentando la sabiduría de Seele, que tenía á su servicio génios tan doctos; pero cuando recordó el positivismo por filiacion de ideas, el consultante y los asistentes se retiraron, tratando á Seele de charlatán y al génio de farsante.

Esa fué la opinion del pueblo mas tarde, pero bien sabía yo que el pueblo no tiene, ni puede, ni debe tener opinion.

Consulté al espiritista y quedé convencido, despues de la primera conferencia, que era imposible encontrar un hombre comparable á ese hombre.

—"El espíritu," me dijo, "y particularmente el espíritu de cada uno de los hombres, no es sino un parte mínima de un espíritu universal, sólo y único, del cual es emanacion directa. Así como al materia se compone de átomos, el espíritu universal está formado de espíritus atómicos, en los cuales existen todas las fuerzas que caracterizan la vida humana en su forma espiritual. En ella las sensaciones se manifiestan con toda su pureza, y encierran la imájen, ó sea lo perceptible. Carecen de peso, de resistencia y de impenetrabilidad, pero son visibles por encerrar la imájen."

—"De manera que es posible contemplar una de esa imájenes sin mas auxilio que el de nuestros sentidos?" le pregunté.

—"Sí, porque los sentidos del hombre forman parte de un espíritu, y como este es de la misma naturaleza que el otro, siendo ambaos á su vez integrantes del espíritu universal, la imájen le percibe por medio de las funciones propias de los sentidos."

—"Y cómo se explica que siendo el espíritu simple, puesto que le habeis denominado atómico, ó mejor aún, átomo espiritual, pueda constar de partes con fuerza propia, siendo así que la condicion esencial del átomo es la de no tener partes."

—"Ese es el átomo de la ciencia; pero el átomo espiritual, aunque realmente tiene partes, si quereis denominarlas de este modo, ellas no son sino cualidades que se manifiestan por vibraciones llamadas sentidos."

—"De manera que después de la muerte, el espíritu se separa de la materia, conservando los sentidos y la imájen?"

—"Sí,y aún antes de la. muerte. ¿No habeis observado que durante el ensueño todas las funciones corporeas conservan su intensidad en el espíritu? ¿No habeis contemplado vuestra imájen flotando en el espacio á la manera de un ave ó de un astro, y que esta imájen percibía todos los fenómenos sensibles? Y sinembargo, la materia estaba muerta, aunque los fenómenos vejetativos continua ban."

—"Pero ese espíritu mio que veía flotar no era sino una emanacion del órgano que lo segrega."

—"Segrega? ¿acaso el espíritu es una secrecion?"

—"Sí, y prueba de ello que cuando el órgano aquel produce ménos espíritu, cuando la secrecion disminuye, disminuye tambien la fuerza espiritual."

—"Fuerza que por otra parte conserva toda su accion durante el ensueño ¿no es verdad?"

—"Teneis razon, Sr. Seele. ¿De manera que segun vuestra doctrina, el espíritu es una emanacion del alma universal, y esta emanacion es susceptible de recibir impresiones, independientemente de la materia en que vibra?"

—"Sí, y además posée la imájen."

—"¿Puede acaso el espíritu vinculado á la materia desprenderse de ella en algunos momentos determinados?"

—"Sí, y no solamente se desprende, sino que lleva tambien la imájen, condicion esencial de su existencia. Este fenómeno cuya forma mas comun es el ensueño, presenta algo muy característico. En un ensueño, cuanto mas nos acercamos al alma universal, tanto menos recordamos, al despertar, las maravillas de que hemos sido testigos. Y es porque el peso de la materia ahoga por decirlo así la fuerza de la memoria, la cual no conserva sino una idea vaga, perdida, de lo que ha contemplado."

—"¿Y qué es necesario hacer para romper el yugo material?"

—"Disminuir su accion, privándose de todo alimento."

—"¿Y hay medio alguno de reconocer cuándo ha llegado la materia á espiritualizare completamente?"

—"Cuando el hambre nos ha idiotizado."

—"Eso es para el ensueño; ¿y si ahora tuviera la idea de lanzar mi espíritu-imájen á visitar los planetas?"

—"Tendriais que someteros ántes á las mismas privaciones, y cuando sintierais que vuestra debilidad os aniquilaba, observariais que el espíritu se alejaba, siendo mas fijo su rumbo, cuanto mayor fuera la intensidad de vuestro deseo."

—"Segun eso, mi espíritu en imájen puede visitar otros cuerpos celestes, y hallar en ellos fenómenos desconocidos hasta hora por el hombre?"

—"Sin duda alguna, y lo que es más aún, podreis comunicar directamente con el resto de los espíritus libres ó esclavos que pueblan los demás astros, ó bien los que habitan en el éter."

Me retiré con algun apetito. Sinembargo, iba á comenzar desde aquel momento á privarme de todo aquello que debilitara el espíritu, fortaleciendo la materia. Como prueba de mi energía, pasé el resto del dia leyendo la descripcion de las bodas de Camacho.