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Voces chilenas de los reinos animal y vegetal/T

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S
Voces chilenas de los reinos animal y vegetal: que pudieran incluirse en el Diccionario de la lengua castellana y propone para su examen a la Academia chilena (1917)
de José Toribio Medina
T
V

Tabolango, m. (Paradoxomorpha crassa).

«El género anisomorfa.. habita debajo de las piedras... Son insectos peculiares a la América del Sur y se llaman en Chile tabolangos.» Philippi. Tiene el cuerpo grueso y alargado, de color pardo obscuro, reluciente; la cabeza es oblonga, con ojos fascetados, pequeños; antenas y patas robustas; meso y metatórax doblemente más desarrollados que el protórax. Despiden un olor nauseabundo, que se percibe desde lejos, y se les encuentra en la Cordillera de los Andes. Suele también designárseles con el nombre de chinchemoyos, bajo cuyo nombre registran esta voz Lenz y Román. Yo he oído sólo el de tabolango.


Taca. f. (Venus Dombeyi).

«Hay muchas especies de venus y muy bonitas. La venus Dombeyi es muy común en los mares de Chile; su nombre indígena es thaca.» Philippi. «Otras especies de ostiones hay de mas pequeños, que llaman tacas. Ovalle. «De los pescados de concha, el que vulgarmente se llama taca... es muy blanda y delicada; la concha blanca, recia y algo rugosa». Rosales. «La ostra y el pico de papagayo es marisco regalado, como el choro y la taca y piur, y mejores mientras mas al Polo.» Córdoba y Figueroa.

«La taca es una concha del género de las chamas, casi redonda, de cuatro pulgadas de diámetro, estriada longitudinalmente y manchada de blanco, de violado y de amarillo. La superficie interna es de un hermoso color de aurora y el animalejo que allí se alberga tiene un excelente sabor.» Molina.

Febrés nota «thaca: un marisco muy sabroso.»


Tagua, f. (Fulica chilensis).

«Las fúlicas, a las que pertenecen las taguas de Chile.» Philippi. Y con tal nombre todos los zoólogos de Chile citan esta ave de las lagunas, nadadora, de movimientos muy graciosos y que tan pronto nada como se zabulle; de color negro azulado. Lenz, n. 1304, escribe el nombre con h. pero la práctica corriente prefiere la g, vulgarizada desde los primeros tiempos de la conquista, según puede verse ya en cierta encomienda de indios otorgada por el fundador de Santiago a uno de sus capitanes.

En araucano, según Febrés, thahuathahua. Conservado en el toponímico Taguatagua, una laguna.

Philippi advierte que la totora o estoquillo, se llama tambien así, aunque escrita la voz sin h; significado que Lenz considera erróneo; y por su parte afirma que la laguna a que acabo de aludir se llamó así por las taguas que la habitan. Observaré, a mi turno, que si Febrés trae thagathaga, la quijada, y si es sabido que de esa laguna se han extraído las mandíbulas de los extinguidos mastodontes, ¿no sería de creer que los indígenas habían observado ya el hecho y denominaron por eso así esa laguna, convertido luego el nombre por los españoles en Taguatagua? Si la razón para dárselo fuera la apuntada por el sabio lexicógrafo, la misma mediaría para todas las de Chile, que no deja ninguna de estar poblada de taguas.

Véase huala.


Talhuén. m. (Talguenea costata).

Árbol o arbusto de la familia de las Ramnáceas, de dos a tres metros de altura, con las ramas tomentosas y cenicientas; hojas opuestas o fasciculadas, oblongas, mucronadas, cuncadas en la base, algo más largas que las espinas; flores pentámeras; fruto, nuez hirsuta.

«El talguén es un árbol cuya madera es colorada y tan fuerte que es incorruptible, y así usan de las estacas de este árbol para rodrigones de las viñas para que duren muchos años.» Rosales. Ortografía que aparece hoy cambiada en la forma que se expresa (si es que en el original no estaba la crema en la u) y que Lenz cambia en thralhuen, ajustándose a la índole del idioma araucano, pero desmentida por los propios ejemplos que cita del uso de esta voz.


Tamarugo. m. (Prosopis tamarugo).

«El nombre de Tamarugal se deriva de tamarugo, árbol que crece en la pampa [de Tarapacá] y que, aunque en la época actual se encuentra en estado fósil, muestra, sin embargo, algunos ejemplares diseminados en diversos puntos.» Espinoza, Geografía Descriptiva de la República de Chile, p. 72. No se trata de un «arbusto o arbolito», como dice Lenz, n. 1311, sino de un árbol grande, parecido al algarrobo, que en la época prehistórica alcanzaba proporciones gigantescas y entre los cuales hacía su habitación el mastodonte descrito por Philippi con el nombre de M. Medinae.

Como lo observa aquel autor, de tamarugo provino tamarugal, agrupación de aquellos arboles.


Tapaculo. m. (Pteroptochus albicollis).

«Avecilla del género upucerthia, del cual se hallan varias especies en Chile, y cuyo nombre se debe al canto que emite que parece repetir en él aquella voz.» Philippi.

El color general de su plumaje es un rojizo bruno, con una gran mancha blanca en el pecho.


Tayu. m. (Flotowia diacanthoides).

«Tayu o palo santo, árbol grande de las provincias del sur, con flores poco aparentes y dos espinas a la base de cada hoja; su corteza se considera como muy vulneraria.» Philippi.

Lenz, n. 1322, que cree la voz de procedencia seguramente araucana y enumera los demás botánicos chilenos que la citan.


Teatina. f. (Avena hirsuta).

Planta gramínea, anual, con espiguillas dispuestas en una panícula abierta, con los pedúnculos muy delgados; cada espiguilla con dos o tres flores fértiles. Usase para el tejido de sombreros. Procede de Europa.


Teca. f.

«... los indios siembran en septiembre papas; en octubre, maíz; en noviembre cogen su teca, que es como avena, que comen.» Herrera, década VII, p. 11, segunda edición; y en la página 191 añade lo que sigue: «Dase, como se ha dicho, en este reino el trigo, la cebada y el maíz y otras muchas semillas, y en particular una que llaman teca, la más temprana que los indios siembran y cogen; siémbrase en febrero y marzo y cógenla en noviembre, primero que la cebada; es como una yerba cebadilla, de media vara en alto, casi como una avena; su grano es como el del centeno, poco menos; cógenle antes que se seque y en manojos le dejan secar al sol, y lo desgranan y tuestan en arena caliente; y tostado, le muelen en una piedra..., y hecha harina la llevan de camino y por doquiera para su sustento, y un celemín de esta harina basta a un hombre para ocho días, desatándola con agua, bebiéndola o comiéndola a medio desatar.


Tenca, f. (Turdus o mimus thenca).

«Los ruiseñores, que aquí llaman chedcán: calandrias, que llaman tencas...» Rosales «...la thenca, que yo creo es una variedad del tordo poligloto de la Virginia...; las plumas de la parte superior del cuerpo son cenicientas y manchadas de pardo y de blanco...; aunque canta todo el año, varía de tal modo la prodigiosa variedad de sus tonos, que no parece que se oye la voz de uno solo...» Molina.

Es voz araucana, onomatopéyica, y se halla en Havestadt: trenca.

Una de las avecillas de más hermoso canto que tengamos en Chile, que no es raro ver «entre doradas rejas.»

Lenz, n. 1329.

Teníu. m. (Weinmania trichosperma).

Árbol siempre verde, con la corteza arrugada y con puntos blancos; ramas nuevas, vellosas; hojas impari-pinadas; raquis alado, entre tres a ocho pares de pinas oblongo-elípticas y dentadas; flores en racimos; corola blanca; fruto, cápsula.

«El teniu, árbol muy grande de las provincias del sur.» Philippi. Descrito por Gay. Botánica, III, p. 45, donde se advierte que se llama también tinel, palo santo, y maden.

Lenz, n. 1330. acentúa teníu, advirtiendo que su etimología debe de ser araucana, aunque la voz no se registra en los diccionarios.


Tiuque, m. (Caracara chimango).

Ave de rapiña muy común en todo Chile y República Argentina, descrita por Azara y de que habló ya el cronista chileno Carvallo y Goyeneche.

Su aspecto general es el de todo los Falcónidos, distinguiéndose de sus congéneres por su pico grande, alto, ligeramente ganchudo y recto en la base; y por su plumaje opaco; por sus alas prolongadas, que casi cubren enteramente la cola. Como en toda las aves de aquella familia, la hembra es un tercio grande que el macho (35 centímetros) y su plumaje mas oscuro. Es omnívoro, y, por consiguiente, tan perjudicial como útil.

Trae la voz Febrés, que escribe en araucano thiuque o chiuque.

Lenz, n. 1345.

Traro. m. (Poliborus o caracara vulgaris).

«Los traros son una sección particular a la América del Sur; tienen el pico encorvado sólo en la punta, los tarsos bastante largos, andan mucho en la tierra, y comen, sobre todo, sabandijas y animales muertos. Tenemos dos especies en Chile, el traro y el tiuque (Poliborus chimango)...» Philippi.

«Hay otras aves rapaces y carniceros singulares de esta tierra, como el peucu y el taru, que saquean los palomares y gallineros.» Rosales.

«El tharu es una especie de águila del tamaño de un buen capón... El macho es de color blanquecino, salpicado de negro, y lleva en la cabeza una especie de corona compuesta de plumas negras; el pico es blanquecino; tiene los pies amarillos y escamosos; las guías de las alas y las puntas de las de la cola son negras...» Molina.

Taro (cuya pronunciación araucana en ta es tra), en Gómez de Vidaurre y Carvallo y Goyeneche.

Lenz, n. 1373.


Tricahue, m. (Conurus cyanolysios).

Nombre del loro que abunda más en Chile y el que se domestica y aprende a hablar. «El papagayo estante, conocido de aquellos pueblos bajo el nombre de thecau, es algo mayor que un palomo; adórnale el cuello un hermoso collar turquí; las plumas de la cabeza, de las alas y de la cola son de color verde manchado de amarillo: las de la espalda, las de la garganta y del vientre son amarillas, listadas sutilmente de verde. y su cola es igual y mediana.» Molina. Rosales dice que a los loros grandes de Chile los llaman los indios tecau, y a sus polluelos, coroy. Gómez de Vidaurre, sin duda por yerro en la copia de su manuscrito, thegan, por thegau, como lo notó ya Lenz, n. 1383. En araucano, según Febrés, el nombre de este papagayo es thucau.


Trile. m. (Xanthornus cayenensis).

«El trile, enteramente negro con una mancha de un bello amarillo en la ala; es común en toda la América del Sur. Molina pretende que el nombre de Chile ha venido a nuestra patria de este pájaro.» Philippi.

«El thili es una especie de tordo; su color es ceniciento, o mas bien, fusco, pero el macho es totalmente negro, menos por debajo de las alas, en cuya parte tiene una gran mancha de un hermoso color amarillo.» Molina. Cítalo también Carvallo con el nombre de tilí, trocado el acento.

Su etimología es araucana y probablemente onomatopéyica, Febrés escribe: «thili o chili, el tordito con manchas amarillas en las alas; de este nombre opinan algunos llamaron Chile a este reino los españoles.»


Tucúquere. m. (Bubo magellanicus).

«Tenemos varias especies [de mochuelos] en Chile: el tucúquere con dos garzotas encima de la cabeza.» Philippi. Es el mayor de los buhos que habitan este país.

Lenz, n. 1403, quien estima su etimología araucano-onomatopéyica.


Tunduque, m. (Ctomis maulinus).

Ratón grande de la cordillera, bastante parecido en su tamaño, en su género de vida y en las cuevas que labra al cururo, de que ya se trató. Sale de sus madrigueras al ponerse el sol y entonces profiere un canto muy parecido al nombre con que se le designa.

Lenz, n. 1407, que da el nombre de este animalillo equivocado: tunduro.


Turca, f. (Pteroptochos megalopodius).

Pajarillo de la familia de los Teroptóquidos; tiene 21 a 22 centímetros de largo; el pico bastante corto, derecho y robusto; las alas cortas, la cola un tanto larga y siempre levantada, y las patas con tarsos muy fuertes y gruesos. Es de plumaje pardo rojizo y de un aspecto de los más extraños. El célebre Darwin, que en 1884 observó en Chile la turca, dice que cuando se le ve por primera vez, uno se imagina que se trata de algún ejemplar horriblemente mal disecado, que se ha escapado de un museo y vuelto a la vida. Se oculta al menor ruido, y por lo regular no se nota su presencia sino cuando deja oir su grito, que dice claramente «turca». Vuela y corre poco y no hace más que saltar.

Su etimología es araucana; Febrés, thurcu, voz onomatopéyica, como lo nota Gay.

Lenz, n. 1411.