A secreto agravio, secreta venganzaA secreto agravio, secreta venganzaPedro Calderón de la BarcaJornada 2: Escena VIII
Jornada segunda
Escena VIII
SIRENA.
SIRENA
Bien dentro de casa entré
sin que fuese conocida.
Lindamente le he engañado,
aunque él más, pues me ha dejado
tan afrentada y corrida.
Que dijera que era fea
no importaba, aunque lo fuese,
ni importaba que dijese
que necia y que sucia sea;
pero ¡aceite un ojo a mí,
y otro arrope! No, por Dios.
Y aun si lloraran los dos
una cosa, entonces sí
que callara; mas ¿que tope
un picarón, un taimado,
que mis ojos han llorado
uno aceite y otro arrope?