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Apuntes para la historia de Marruecos/IX

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IX


A

BDELHACQ, último soberano de la dinastía de los Benimerines, murió en Fez á manos de un personaje que se decía xerife ó descendiente del Profeta, el cual se hizo saludar por rey, pero con harta desdicha. Aquí, allá y acullá se levantaron mil cabezas y señoríos diversos, que ora se contenían en los límites de una sola provincia, ora en el recinto estrecho de una ciudad, los cuales hacían la paz ó la guerra sin otra voluntad que la suya, conquistaban las ajenas tierras ó cedían las propias, y no reconocían vasallaje ni en muchas ocasiones pagaban á nadie tributos. De estos que se alzaron por independientes fué Seid-Watas, también de los zenetes y del propio pueblo de los Benimerines, alcaide por ellos de la fortaleza de Arzila; y como allegase bajo sus banderas no escaso número de soldados, sintiéndose poderoso, determinó marchar contra el xerife, y venciéndole ocupar el imperio. No le favoreció á los principios la fortuna, porque de una parte el xerife derrotó su campo junto á Mequinez, y de otra el rey de Portugal, D. Alonso, cercó durante una de sus ausencias la ciudad de Arzila, y la ganó con sus mujeres, sus hijos y los tesoros que allí guardaba. Debía ser Seid-Watas de no vulgar aliento, cuando no lograron abatirle tales contratiempos. Lejos de eso, levanta el cerco de Fez, que á la sazón mantenía, corre á los muros de Arzila, compónese con los portugueses viendo que recobrar la plaza no era posible, vuelve al cerco que habían dejado, estréchalo, vence al fin, obligando al xerife á huir, y corónase allí por rey. Con su valor y fortuna logró este príncipe poner bajo sus manos las provincias de Fez, y fundó allí la dinastía de los Beni-Wataces, que duró ochenta años, y no contó más que tres verdaderos reyes, que fueron el citado Seid-Watas, su hijo Mohammed y su nieto Ahmed, que á manos de otros xerifes perdió luego la corona y la vida. Entretanto en Marruecos, en Sugilmesa, en Sus y en otras provincias, reinaban familias y dinastías que aún andan desconocidas. Sólo se sabe que en Marruecos, rival hasta entonces de Fez, y corte también de los antiguos reyes, imperaba al tiempo de la aparición de los xerifes un africano del linaje de Henteta, por nombre Muley Nasser Buxentuf, el cual poseía la ciudad y algunos pueblos pequeños de la comarca.