Apuntes relativos a la historia de Zacatlán: Época de la guerra de independencia

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Apuntes relativos a la historia de Zacatlán
Época de la guerra de independencia​
 de Ángel Wenceslao Cabrera
Capitulo III

Cuando la idea de ésta comenzó a surgir en México, el Padre Ortega Moro, cura de Hueytlalpan, del partido de Zacatlan, en combinacion sin duda con los que conspiraban á proclamarla en distintas partes del país, empezó á preparar algunos elementos para este fin; mas descubierto su intento, se vió obligado á huir y ocultarse.

En Agosto de 1811, D. José Francisco Osorno, un labrador del rumbo de Atlamajac, hacienda perteneciente al partido de Zacatlan, se alzó en armas secundando el grito de independencia y organizando una partida de caballería, con la cual invadió los Llanos de Apam, aumentándola rápidamente. En seguida estableció el centro de sus operaciones en Zacatlan, donde halló eficaces cooperadores.

Por esa época llegó á Zacatlan el inteligente oficial y fundidor Vicente Beristain, quien se encargó de establecer y dirigir una maestranza y fundición de cañones en el pueblo de San Miguel Tenango, á dos leguas y media hácia el Sur de Zacatlan.

Como estos elementos aumentaran la importancia de la insurreccion en el rumbo, el mismo intendente de Puebla, conde de Castro Terreño, á la cabeza de una fuerte columna de tropas españolas que sacó de la capital, invadió á Zacatlán el 19 de Mayo de 1812, destruyendo la maestranza y fundicion expresadas, y trató de emprender una campaña formal contra Osorno; pero éste, guareciéndose en las inexpugnables montañas de Loma Alta, y verificando rápidas y audaces correrías con su exelente caballería, nulificó por completo el plan de campaña de aquel, que comprendiendo lo inútil de sus esfuerzos, regresó á Puebla el 22 del propio mes.

El 25 de Julio del mismo año, otra columna al mando de jefe español Samaniego, atacó á Osorno; pero fué rechazada y perseguida hasta Atlamajac.

Osorno y Beristain restablecieron la maestranza y la fundición en el pueblo de Tenango, lo que obligó á Calleja á mandar una nueva expedicion á las órdenes de D. Cárlos Llorente, el cual se limitó á destruir de nuevo la maestranza el 13 de Agosto del año citado, no atreviéndose á seguir á Osorno en sus posiciones, sino que regresó inmediatamente.

Osorno desde que se levantó no habia tenido ociosa á su tropa: estuvo haciendo frecuentes excursiones con el mejor éxito, pues alcanzó más de una vez brillantes triunfos, que no se mencionan por no haber sido obtenidos en el territorio de Zacatlan.

Debemos sí mencionar un hecho que influyó grandemente en la suerte de la revolucion en este rumbo, neutralizando mucho el efecto de las victorias de Osorno, porque le enajenó las simpatías de una buena partede la poblacion de estos lugares.

Este hecho fué la órden que expidió de incendiar las trojes de las haciendas y derribar los templos, la cual comenzó á tener su principio de ejecucion con el incendio del techo y colaterales del convento de San Francisco en Zacatlán, y de las trojes de algunas haciendas en el año de 1813.

De advertir es, sin embargo, que la responsabilidad moral de esta órden no es de Osorno, pues personas bien informadas aseguran que fué indicada por la Junta revolucionaria establecida en México, á la cual presumen haberle sido sugerida por agentes encubiertos de los españoles, que hábilmente lograron introducirse en ella, suponiéndose amigos de la insurreccion.

Hácia principios de Febrero de 1814, comenzó á dirigir su vista a Zacatlán el General D. Ignacio López Rayon, nombrado presidente de la Junta Suprema, llamada gubernativa de América, desde que se organizó en Zitácuaro el 19 de Agosto de 1811, y el 13 de Junio del primer año citado hizo su entrada en Zacatlán, procedente del Sur de la Intendencia de Puebla, donde la insurreccion decaia rápidamente, debido á la ruda campaña emprendida en aquel rumbo por los realistas.

Fué muy bien recibido por Osorno, y estableció aquí su cuartel general, restableciendo la maestranza de Tenango y dando nuevo impulso á la revolución.

Así permaneció hasta que fué sorprendido en la mañana del 25 de Septiembre por el coronel realista D. Luis de Aguila, perdiendo todos los elementos de la guerra que habia reunido.

Osorno continuó sosteniendo la cauda de la revolucion con sus propios elementos, que conservó intactos, pues al verificarse la referida sorpresa él se hallaba en Atlamajac. Pero cuando la insurrecion llegó casi á extinguirse en todo el territorio nacional, con excepción de las montañas del Sur, en que Guerrero conservó sus últimos restos, Osorno se vió obligado a acogerse al indulto con que le brindó el gobierno vireinal.

Al iniciarse la última época de la guerra de Independencia, el capitan D. Alejandro Cabrera se puso á la cabeza de la revolucion en Zacatlan, y tomó parte activa en la lucha hasta que se consumó aquella.