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Compendio de la historia geográfica y natural del reyno de Chile/II

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COMPENDIO
DE LA HISTORIA GEOGRAFICA
Y NATURAL
DEL REYNO DE CHILE.

LIBRO SEGUNDO.

AGUAS, TIERRAS, PIEDRAS,
sales, betunes y metales del Reyno de Chile

EL Reyno de Chile es un plano sensiblemente inclinado hácia el mar, y tal vez será una prolongacion de la base occidental de las sierras de la cordillera; y de esto mismo proviene que reciba y recoja casi todas las aguas en que se disuelve la inmensa cantidad de nieve que cae anualmente sobre aquellos montes, que dexando sin agua las tierras orientales, producen la continua fertilidad de las provincias Chileñas. Estas aguas ó se deslizan por la superficie de la tierra, ó filtrandose por los conductos subterráneos, como por otras tantas mangas naturales, van á formar las fuentes cristalinas perennes, intermitentes y periodicas que se encuentran con tan singular abundancia en los llanos y en los collados, y aun en las cumbres de los mas altos montes de la parte marítima del pais.

Rios. Leuvu. Son innumerables los rios menores que descienden de la cordillera, ó que se forman de aquellas fuentes: pero los grandes que tienen su origen en la propia montaña ascienden á 123, quarenta y dos de los quales desembocan inmediatamente en el mar, llevando consigo las aguas de todos los otros; y aunque, mediante la angostura del reyno, sea muy corto el curso de tales rios, sin embargo hay algunos navegables para navios de linea, á lo ménos, hasta la mitad: de esta clase son el Maúle en la provincia del mismo nombre, el Bio-Bio que tiene cerca de una legua de ancho, el Cauten, el Tolten, el Valdibia en las tierras de los Araucanos, el Chaivin, el Riobueno, perteneciente á los Cunchos, y el Sinfondo que desemboca en el Archipiélago de Chiloé.

Todos estos rios corren con mucha rapidez desde sus fuentes hasta las sierras marítimas, las quales, rebatiendo y cortando de varios modos su curso, retardan su velocidad; pero sus alveos, abandonados á la misma naturaleza, son de un ancho desproporcionado: tienen pedregosos los lechos por lo general, y las orillas muy baxas. Esta ultima circunstancia facilita á los labradores que los sangren con varios canales con que riegan y fecundizan sus campos siempre que escasean las lluvias; y como estos rios tienen sus respectivas crecientes en el tiempo en que mas se necesitan sus aguas, que es en el verano; á causa de la mucha nieve que entonces se deshace en la cordillera, por lo mismo no hay que temer que se disminuya su cuerpo de agua con la que se extrae para los riegos [1].

A fines del mes de Septiembre empiezan por lo general las grandes avenidas, y duran hasta fin de Febrero, aunque no siempre con igual abundancia; pues unos rios crecen mucho por la mañana, y otros al mediodía ó hácia la tarde: lo qual proviene seguramente de la respectiva situacion que tienen sus maniantales en las faldas de aquellos montes, mas ó menos expuestos á los rayos del sol. Aunque estas avenidas sean siempre copiosisimas; no obstante, como van á parar á unos lechos tan anchos, no inundan las tierras inmediatas, pero son fatales con mucha freqüencia á varias personas que con demasiada temeridad se aventuran á vadearlos á caballo. Lo mas notable en estas aguas es que, sin embargo de provenir de las nieves que se derriten, son sanisimas y excelentes para beber, sin causar mal de garganta á ninguna de las personas que usan de ellas con mucha freqüencia; y asi resulta falsificada la opinion de los que atribuyen esta maligna propiedad á las aguas de nieve.

Lagunas Mallin. Este Reyno tiene tambien sus lagunas, parte de las quales son de agua salada, y parte de agua dulce: hallanse las primeras en las marismas del pais que habitan los Españoles, siendo las mas notables la de Bucalemu, la de Caguil, y la de Bojeruca, las quales tienen desde quatro hasta siete leguas de largo. Las lagunas de agua dulce estan situadas en las partes mediterráneas, siendo las mas principales la de Ridaguel, la de Aculeu, la Taguatagua, la de Lauquen, y la de Nahuelguapi. Estas dos ultimas, que se encuentran en las provincias de los Araucanos, son las mayores de todas: la de Lauquen, llamada por los Españoles Laguna de Villarica, tiene veinte y tres leguas de circunferencia, y abraza en su centro una hermosa colina que se levanta sobre las aguas á manera de un cono: la de Nahuelguapi gira muy cerca de veinte y siete leguas, y tiene igualmente en el centro una graciosa isla cubierta de lindísimos árboles. Ambas lagunas sirven de nacimiento á dos grandes rios; pues del primero sale el de Tolten que desemboca en el oceano Pacifico, y del segundo el rio Nahuelguapi que va con su curso hasta el mar Patagonico, muy cerca del estrecho de Magallanes. Los Andes encierran tambien otras varias lagunas, de que no hacemos mencion por ser mucho menos considerables.

Aguas minerales. Covunco. Siendo el suelo del Reyno de Chile, como verémos despues, un compuesto de materias metálicas, salinas y piritosas, no podia dexar de abundar de aguas compuestas ó minerales tanto cálidas como frias, de que se aprovechan los naturales en beneficio de su salud, ocurriendo con ellas á remediar varias necesidades de la vida humana. Las aguas minerales frias, ya sean piritosas, ácidas, o no piritosas, son comunes en todas aquellas provincias, pero con especialidad se encuentran en los valles de los Andes: las hay piritosas etereas, vitriolicas y alcalinas, marciales no piritosas, aluminosas, sulfureas, muriaticas, &c. todas las quales tienen por lo general el mismo temple que la atmósfera, bien que hay algunas frigidisimas en el verano, lo qual no puede provenir de otra cosa sino de pasar estas aguas muy cerca de algun depósito subterráneo de otras aguas que contengan una porcion muy considerable de sal ya disuelta: mas como no se ha hecho hasta ahora con exâctitud la analisis de aquellas aguas, no puedo dar una relacion hidrologica circunstanciada de lo que sean.

Copiapó y Coquimbo son las provincias Chileñas que tienen mayor número de fuentes saladas, y aun en la primera hay un rio cuya qualidad le ha adquirido el nombre de salado, que como todos los otros grandes rios de Chile, se descuelga de la cordillera, y se encamina en derechura al mar Pacifico, llevandole un copioso volumen de aguas clarisimas, que concentradas ó coaguladas por la misma naturaleza, dan desde quince hasta diez y ocho grados de peso, segun las estaciones del año. Es excelente la sal que se forma sobre ámbas orillas y que se gasta segun se recoge en el rio, porque carece casi enteramente de la sal marina con base térrea, y de las demas sales eterogéneas que por lo general van unidas con la sal comun. En uno de los valles de los Andes que habitan los Pehuenches, y yace por los 34 grados y 40 minutos, se desprenden de aquellos montes once rios considerables, cuyas aguas, derramandose por los llanos, se cristalizan en una sal pura y tan blanca como la nieve. El suelo del valle, que tendrá cinco leguas de circunferencia, se compone hasta los seis ó siete pies de profundidad, de aquellas mismas sales que sacan los del pais á grandes pedazos para aprovecharla en sus menesteres domesticos. Los montes que rodean el valle no presentan por fuera vestigio alguno de sal mineral; pero es imposible que interiormente dexen de estar impregnados de ella quando producen una cantidad tan copiosa de aguas saladas.

Las aguas termales simples, y aun mas las compuestas son tan comunes en Chile como todas las otras, siendo las mas célebres en las tierras que ocupan los Españoles las de los Peldehues y las de los Cauquenes. Las primeras, que se encuentran sobre la cumbre de uno de los montes externos de la cordillera, situado al norte de la capital, se reducen á dos fuentes considerables que distarán entre sí muy cerca de ochenta pies, siendo una de ellas tan cálida, que hallandose el temple del monte de donde nace en los ocho grados sobre el termino de la congelacion, sube allí el mercurio en el termómetro de Reaumur á los sesenta grados, mientras la otra por el contrario se queda entonces en los quatro grados mas abaxo del mismo termino; de manera, que unidas artificiosamente estas dos clases de aguas en un propio canal, forman un baño templado muy útil para algunos enfermos. La cálida es saponacea al tacto, y levanta espuma al modo que el xabon: lo que proviene de los álcalis minerales que se encuentran en ella como principio dominante, que retienen en disolucion algunas materias oleosas. Esta agua, cuya gravedad específica no pasa de dos grados sobre el termino del agua destilada, no tiene olor alguno sensible, es perenne, clara y un poco gajosa: siendo de presumir que provenga su calor de alguna gran reunion de pintas que se encuentren en la efervescencia de su descomposicion espontánea á la parte del monte por donde pasa la fuente. El agua fria es marcial vitriolica; y asi, quando se junta con la cálida alcalina, depone alguna sal de Glaubér, y un sedimento de substancia de ocre amarillo.

Los baños de los Cauquenes estan situados en los valles de la cordillera, no lejos de la fuente del rio Caciapoal, en un parage sumamente deleytable y ameno, á donde van todos los años en las estaciones proporcionadas muchas partidas de gentes, unas á recrearse, y otras á recobrar su salud. Las fuentes de estos baños son muchas, y todas de diversa especie asi por su temple como por las materias de que estan impregnadas: las hay calidisimas, y en extremo frias: las hay ácidas, marciales, simples ó alcalinas; las hay puramente simples y piritosas como las de Pisa; y hay otras vitriolicas ó neutras. La fuente principal cálida es sulfurea, como lo indican, ademas de su olor, el fegato y las flores amarillas de azufre que se forman al rededor de ella; á mas de lo qual se le descubre una materia alcalina y un poco de sal neutra. Su calor, en el temple medio de la atmósfera, sube á los cincuenta y ocho grados, y á veces á los sesenta. Los montes circunvecinos están sumamente impregnados de toda especie de minerales, y las hojas de los sauces, que se crian alli con bastante abundancia, se cubren en las estaciones de verano y de otoño de una especie de maná blanco, y tan grueso como los granos de la pimienta.

A las orillas de tres fuentes minerales que se encuentran en el camino que va desde Chile á la Provincia de Cuyo, se recoge una sal neutra calcaria, acre, amarga, algo disolvente, y formada en cristales prismáticos quadrangulares, de que se valen algunos, como si fuese la sal admirable de Glaubér, pero que yo reputo por una especie de sal de Epson; pues no tiene, ni la configuracion ni la base que la verdadera sal de Glaubér; bien que no puedo asegurarlo con exâctitud, mediante no haber hecho de ella una competente analisis. Es tan particular el aprecio que hacen los Araucanos de las aguas minerales, considerandolas como sumamente provechosas al genero humano, que han encargado su conservacion y custodia á su Dios Meulén, al qual dan el sobrenombre de Gencovunco, que quiere decir, Señor de las aguas minerales.

Qualidad del terreno El terreno de Chile, hablando generalmente, está dotado desuna singularisima fecundidad, que es mayor con respeto á la distancia del mar [2]: porque las tierras de la parte marítima no son por lo comun tan fertiles como las de la parte mediterránea, y estas se reputan inferiores á las situadas entre los Andes, porque son mas robustos los vegetales y los animales que se crian en ellas, que los que se advierten en las demas partes del Reyno: mas como los salvages de los Andes, que hacen profesion de Nomades o pastores, no siembran nada en los dilatadisimos valles que ocupan, no podemos conocer con exâctitud los grados de su fertilidad. Las sales y las demas partículas fecundantes que se esparcen desde aquella montaña por todo el pais, mediante sus vehículos naturales, el ayre y el agua, son verosimilmente la causa de la constante fertilidad que admiran alli las personas inteligentes; y aun el calor interno, originado de tantos minerales capaces de mantenerlo, y de que está impregnada toda aquella tierra, puede concurrir igualmente á la virtud productiva, que con estos auxîlios puede pasar muy bien, sin los externos de los abonos. Asi lo creen los labradores autorizados de la experiencia, juzgando por nocivo, ó á lo menos por superfluo para sus campos el adoptar el método de semejante beneficio, alegando para prueba la fecundidad inalterable de las inmediaciones de la Capital, que habiendo estado sembradas anualmente por los antiguos Indios, que alli eran muchos, y habiendolo sido despues por los Españoles por espacio de 239 años, sin los refuerzos ni los auxîlios de los abonos y engrasos artificiales, no han dado hasta ahora el menor indicio de degeneracion ó decadencia ni en el número ni en la bondad de sus frutos. Y quizá provenga de aqui que el terreno chileño no esté infestado de los gusanos destruidores de las plantas en berza, que mediante la fermentacion y putrefaccion del estiércol, se multiplican probablemente mucho mas de lo que debieran.

Los autores que hacen mencion de la fertilidad del Rey no de Chile difieren mucho entre sí en orden al tanto que producen sus tierras: unos dicen que fructifican sesenta, ochenta, y hasta ciento por uno [3]: otros afirman que se reputa por miserable ó irregular la cosecha en que no acude el grano con mas de ciento por uno [4]; y no falta quien diga que producen con bastante freqüencia hasta trescientos por uno [5]. Yo estoy muy lejos de censurar la verdad de los respetables autores que se explican en estos terminos, y algunos de los quales fueron testigos oculares de lo que escribian, mucho mas quando suelen ocurrir de tiempo en tiempo en aquellas tierras los prodigios de que nos informan: pero hablando generalmente, debo decir, que sin embargo de que en mi tiempo hubo posesiones que dieron ciento y veinte, ciento y cinquenta, y aun hasta ciento y sesenta por uno, fueron casos extraordinarios que no pueden servir de regla para la fructificacion general.

La cosecha comun no pasa en las tierras mediterráneas de sesenta ó setenta por uno, y de quarenta ó cincuenta en las tierras marítimas, siendo mas estable este producto en las provincias situadas entre los grados 247 34, cuyos campos riegan artificiosamente los labradores, que en las provincias australes, en las quales se contentan con la humedad y frescura que producen las rociadas nocturnas, sin embargo de que tienen á su disposicion el agua de muchos rios copiosos. Tampoco negaré que se aumente algo mas la cantidad indicada, haciendome cargo de la porcion considerable de grano que se pierde al recoger la cosecha; porque los labradores tienen la reprehensible costumbre de no segar los trigos hasta que ven que se empiezan á desgranar las espigas; y de aqui resulta que sea mucho el trigo que se quede en la tierra, sirviendo una buena parte de sustento á los paxaros, y volviendo á nacer la otra que á veces suele bastar para producir una cosecha igual á la del año anterior.

La diferencia que se nota en quanto á la facultad productiva entre la parte marítima y la mediterránea, dimana positivamente de las qualidades peculiares de uno y otro suelo: porque la tierra de las playas Chileñas, análoga á la de las tierras substanciosas que hay en Bolonia, es por lo general de un color pardo encendido, suelta y manejable, algo arcillosa y margosa, mezclada con pedernales blancos y pardos, con piritas marciales y arsenicales, conchas, madreporas y otras producciones marítimas; y la de la parte mediterránea igualmente que las de los valles de la cordillera son de un color negro amarillazo, porosas, sueltas, suaves al tacto, á veces cargadas de guijas, piritas, escorias, y de cuerpos marinos desnaturalizados: qualidades que se encuentran no solamente en el primer lecho ó capa superficial, ó llamase tierra franca, sino tambien á una profundidad de bastante consideracion, segun pude observar en las grietas y derribos de los torrentes.

Organizacion fisica de Chile Estos cuerpos marinos que se encuentran esparcidos á cada paso sobre toda la organizacion fisica del Reyno de Chile, anuncian claramente que ha servido de lecho por espacio de muchos siglos á las aguas del mar oceano, que retirandose poco á poco, y segun lo hace en el dia, ha ido dexando descubierta y desocupada la estrecha superficie de tierra actualmente poblada [6]. Quanto hay alli manifiesta su larga y tranquila morada, pues las tres cadenas paralelas de montes marítimos, los collados que de trecho en trecho los unen á la cordillera, y las ramificaciones el apendices de esta montaña antediluviana, son efectos nada equivocos de la lenta operacion de las aguas marítimas.

Muy diverso origen nos indica por todas partes la estructura interior de los Andes, cuya creacion parece coetánea á la de la tierra. Elevase rápidamente aquella prodigiosa montaña no formando mas que un ángulo pequeño con su base, y conservando por lo general la forma de una piramide cristada de puntas cónicas interrumpidas, mas altas, y como cristalizadas, compuestas de enormes masas de roca viva quarzosa y casi uniforme, en la qual se encuentran fragmentos de cuerpos marinos, del propio modo que se observan entre los peñascos de los demas montes de segundo órden. Sobre la cumbre del gran monte Descabezado, que yace en la cadena primaria de la cordillera, y que no tengo por de menor altura que la del célebre Chimboraso de Quito, se encuentran igualmente patenas, bocinas, caracoles y otras especies de conchas evidentemente marítimas, unas petrificadas, y otras calcinadas, y todas las quales quedarian seguramente depositadas en aquel lugar al tiempo de retirarse las aguas del diluvio. Esta cumbre, descabezada á lo que parece por alguna erupcion volcanica, forma un plano quadrado, cuyos lados tienen mas de tres leguas de largo, y en cuyo centro hay una laguna profundisima, que sera tal vez la crátera ó la boca del volcan que allanó la punta del monte.

La cadena primaria de la cordillera está contenida entre otras dos subalternas, mas baxas, paralelas, y distantes de ella como unas diez leguas, pero unidas de trecho en trecho por medio de algunas ramificaciones transversales, de igual antigüedad y organizacion á lo que parece, bien que sean sus bases algo mas dilatadas y variadas; siguiendose por defuera á estos montes colaterales otros mas pequeños con diversas ramificaciones, y los quales no guardan siempre igual paralelo.

No menos la osamenta de estos montes Andinos externos que la de todos los otros, tanto mediterráneos como marítimos del Reyno de Chile, que llamamos de segunda formacion, es de un órden sumamente diverso. Componense pues estos montes, cuyas cumbres aparecen por lo general mas obtusas, de lechos, ó capas horizontales y paralelas, mas ó menos anchas y profundas, compuestas de diferentes materias que suceden unas á otras, mezcladas de una gran cantidad de producciones marítimas que representan con mucha freqüencia figuras pertenecientes á los reynos vegetal y animal. El ultimo lecho, segun pude observar en las cortaduras y derrumbaderos hechos por las aguas ó por las manos de los hombres, se compone en algunos parages de una especie de asperon roxo y graneado, y en otros de una arena quarzosa ó de una toba pardusca y compacta, siguiendose á estos lechos varias capas de arcilla, marga, marmoles de varias especies, eschistos, espatos, yesos, carbon fosil, &c. y á cuya continuacion se notan vetas metalicas, ocre, quarzos, granitos, pórfidos, arenas, y rocas mas ó menos duras.

La colocacion de este órden varía notablemente en casi toda la serie de aquellos montes, hallandose en el infimo lugar en los unos lo que en los otros ocupa el sido mas alto, notandose en el desorden de tales mezclas observadas muy rara vez las leyes de la gravedad. No obstante parece que los lechos ó capas siguen alguna especie de regularidad, dirigiendose casi constantemente de mediodia al septentrion, é inclinandose un poco hácia occidente, como siguiendo el propio órden del batidero del mar, el qual es occidental respecto del pais, encaminandose sus corrientes de mediodia á norte.

Ademas de estos montes de capas eterogéneas hay otros varios cuya estructura se compone absolutamente de lechos omogéneos, de piedras calcareas, yesos, talcos, asperones, granitos, rocas simples ó primitivas, basaltos, lavas y otras materias volcánicas, y aun conchas poco el nada desnaturalizadas, de que habla Don Antonio de Ulloa en la relacion de su viage: pero estos montes uniformes, por lo comun son áridos, y no producen sino algunos arbustos de poquisimo aprecio; al contrario de los otros, que sobre los diversos lechos que componen s textura interior, están cubiertos de una costra bastante gruesa, de bellisima tierra labrantia, y se visten de lindisimos árboles.

La forma exterior de todos estos montes, dispuestos por capas o lechos, suministra asimismo una prueba sensible de la mansion larga y pacifica del océano en aquel pais; pues por una parte, sus faldas, anchas en demasia, van á formar insensiblemente diversos valles cuyas inflexîones é inclinaciones representan á la vista la continuada mansion y direccion de las aguas; y por otra se refieren de tal modo y con tal alternativa sus curvas, que los angulos salientes de las unas corresponden siempre á los angulos entrantes de las otras; y últimamente, si descendemos á los llanos, encontraremos que su organizacion interna es análoga á la de los montes, y que su suelo presenta la misma disposicion paralela y horizontal en sus lechos ó capas, y la misma clase de materias, aunque por lo general desmenuzadas y reducidas á tierra.

Esta variedad de fosiles, de que se compone el terreno, aumenta mas y mas el merito de aquel delicioso pais; y aunque deslumbrados al presente sus habitantes con el valor de los metales mas nobles hagan poco o ningun caso de lo demas, sin embargo vendrá tiempo en que las varias especies de tierra, las piedras, las sales, los betunes, los semimetales y los metales llamados imperfectos, (que todos abundan alli prodigiosamente), les acarrearán notable utilidad y ventaja: lo qual habrá de suceder necesariamente luego que las artes y las ciencias adquieran alli aquel grado de perfeccion capaz de excitar en el espiritu de aquellas gentes la noble emulacion y el aprecio que se merecen tantas y tan bellas producciones. Todos estos fosiles han recibido con profusion varias diversificaciones de manos de la naturaleza; pero con particularidad las tierras, tanto las arcillosas y calcareas, quanto las areniscas y minerales. Tierras. Tue.

Hallanse en este Reyno todas las especies y variedades de arcilla de que hace mencion el Caballero Linneo en su Sistema de la Naturaleza, y que menciona Waller en su Mineralogia, á excepcion quizá de la arcilla encarnada ó de Lemnos, que no sé que se encuentre en ninguna parte de Chile: pero á demas de estas hay otras cinco especies que me parecen distintas de todas las demas conocidas hasta estos tiempos.

Arcillas. Rag. La primera, á la qual doy el nombre de Argilla Bucarina [7], es una especie de tierra bol que se encuentra en la provincia de Santiago, y que es bastante fina, ligera, olorosa, de color pardo salpicado de amarillo, y que igualmente que las demas bolas se deshace en la boca, y embarra la lengua. Las monjas de la capital hacen de esta tierra jarros, redomas, tazas y otras varias especies de vidriado muy fino, que barnizan por defuera ligeramente para pintarles despues diversos ramos, paxaros y otros animales. El agua que se pone en los tales vasos contrae prontamente un sabor y un olor agradable, que provienen segun parece de algun betun confundido y disuelto en la misma tierra, pero del qual no se descubre vestigio alguno en las inmediaciones del buco, y cuya qualidad y exîstencia se pudiera averiguar con el unico auxîlio de la análisis. Es grande la cantidad de estos vasos que se transporta al Perú y aun á España, en donde son muy estimados y conocidos por el nombre de Bucaros de la América meridional. Las mugeres peruleras y no pocas Españolas acostumbran á comerselos á pedazos, del propio modo que las Mogolas se comen los barros de Patna.

La segunda, que puede llamarse muy bien Argilla Maulica [8], es una tierra tan blanca como la nieve, deleznable, sembrada de puntillas resplandecientes, y de un grano finisimo. Hallase á las orillas de los ríos y de los arroyos de la provincia de Maúle en lechos ó capas que se internan mucho en la tierra, y que vistos á cierta distancia, tienen todas la apariencias de una superficie de nieve, siendo deleznable con tal extremo, que es imposible poner sobre ella los pies sin resbalar ó caer en tierra. Expuesta á la accion de los ácidos no produce ningun genero de efervescencia, y lejos de perder en el fuego alguna parte de su resplandeciente blancura, adquiere en él alguna transparencia. Sus qualidades extrinsecas me hicieron creer á primera vista que esta arcilla fuese una especie de esmetites ó de tierra de abatanar: pero no es laminosa, se dexa trabajar facilmente, retiene la forma que se le dá; y aunque saponacea al tacto, no levanta espuma por mas que se le bata en el agua, ni tiene las demas propiedades que caracterizan las tierras-xabonarias, de que tambien hay alli una prodigiosa abundancia. Estos motivos me induxeron á sospechar que fuese mas bien una tierra de porcelana análoga al Kaolin de China, y que unida con el espato fusible, que es comun en la misma provincia, podria servir para hacer una excelente porcelana: pero las circunstancias en que me ví despues, no me permitieron verificar mis sospechas y conjeturas.

La tercera es la Argilla subdola [9], llamada asi porque el sitio donde se encuentra, que por lo comun es en las marismas, contiene un vortice peligrosisimo para todos los animales: los caballos que entran en él, perecen alli sin remedio, si prontamente no los sacan fuera valiendose de una yunta de bueyes; y ni aun los hombres que tienen la desgracia de caer en aquel precipicio pueden salir de él como no sean ayudados de otras varias personas. Esta arcilla es negra, pantanosa, viscosisima, compuesta de moleculas toscas indeterminadas, y cuyos bucos tienen de quince á veinte pies de circunferencia, y un fondo inmenso. Waller y Linneo hablan de una arcilla análoga á esta, que se halla en Suecia, baxo la denominacion de Argilla tumescens: pero es una especie muy distinta de la nuestra, no solo en el color, sino en algunas de sus propiedades, pues la arcilla Chileña es algun tanto alcalina, se conserva en un mismo estado en todas las estaciones del año, y está continuamente cubierta de una agradabilisima yerba que excita el apetito de los animales: pero la Sueca es algun tanto ácida, se dilata en ciertos tiempos del año algo mas que en los otros, y es de una esterilidad absoluta.

La quarta especie es el Rovo, ó la Argilla rovia [10], de que se sirven aquellos pueblos para hacer el excelente color negro que emplean en la tintura que dan á sus lanas, y cuyo color prefieren el Padre Feuillée y Mr. Frezier al mejor negro de Europa. Esta arcilla es fina, sumamente negra, algo betuminosa y vitriolica, y se encuentra en casi todos los bosques. Los maderos que se entierran en ella por algún tiempo adquieren muy pronto una especie de barniz negro, indeleble y sumamente brillante: pero es de advertir que esta tierra no da el buen color negro de que vamos hablando como no hierva muy bien al fuego con las hojas de la Coriaria ruscifolia, ó de la Panke tinctoria. La arcilla gris, que es la quinta especie entre las Chileñas, tiene todas las buenas qualidades que apetecen los Alfareros para sus obras; y aun me parece á proposito para hacer varios generos de vasos chîmicos, porque los que he visto de esta especie de tierra son suficientemente refractarios, y resisten la accion mas violenta del fuego sin cascarse ni vitrificarse.

Gredas. Malo. Entre las tierras calizas merece particular atencion una especie de cal ó creta granujienta y soluble que se encuentra en la cordillera en canteras de una legua de extension, y cuyo fondo se ignora. Yo la puse el nombre de Calx vulcania [11], porque vivo persuadido de que de piedra marmórea que debió ser originalmente, ha sido reducida á su estado actual por los volcanes ó por los fuegos subterráneos; con efecto, su costra superficial está como tostada, y los montes adyacentes presentan señales nada equivocas de un volcan extinguido. Aunque ésta cal levanta con los ácidos alguna efervescencia, formando con ellos cristales irregulares, no tiene la qualidad cáustica de la cal comun, ni menos la adquiere quemandola: por lo qual solo se sirven de ella los naturales para blanquear sus casas. La hay de dos clases, conviene á saber, la fina y la basta: la primera, que se saca de las montañas de Colchagua y de Maúle, es de un blanco perfecto, y se reduce á polvos insensibles al tacto y la otra, que es de la provincia de Chillán, y que tira algun tanto á amarilla, degenera en pálida con el tiempo y el uso.

Ocres. Págniltue. Las tierras metalicas descubiertas en Chile hasta el tiempo presente, son la verde y la azul de monte, el albayalde ó cerusa natural, la tierra calamita, el ocre pardo, el amarillo y el roxo, de cuya ultima especie se encuentran dos variedades, una de las quales, llamada Colo, es roxa, pálida; y la otra mucho mas fina, llamada Quenchu, tiene el color mas encendido y mas vivo que el bermellon ó cinabrio, como lo afirma el Lord Anson que descubrió una gran cantidad de ella en las islas de Juan Fernandez. Algunas personas que vieron que esta tierra metalica tiene con pocos grados de diferencia la misma gravedad especifica y la apariencia del minio, no dudaron nominarla minio natural, creyendo que los fuegos subterráneos pudiesen formarlo al modo que se hace el minio artificial, calcinando violentamente alguna mina de plomo: pero sea esto como fuere, lo cierto es que las canteras de estas dos especies de ocre profundizan mucho en la tierra, y que son mas finos á proporcion de la profundidad de donde se sacan.

Son pocos y de muy corta extension los parages verdaderamente arenosos ó cubiertos de arena que se encuentran en Chile, incapaces por consiguiente de producir algun fruto, no obstante de que siendo pedregosos todos los rios, llevan con grande abundancia todas aquellas especies de arena que distinguen los naturalistas. A las margenes de estos rios, y aun á orillas del mar, se encuentra con abundancia entre todas las otras la arena micacea vera Virginiana de Woodward, de que se sirven los naturales para polvos de cartas, porque es fina y pesada á causa del hierro que contiene. En los propios parages se halla otra especie de arena que solo se diferencia de la primera en un hermoso color parecido perfectamente al turquí de Prusia, por cuyo motivo se le puede llamar muy bien Arena Cyanea [12]; y cerca de Talca, Ciudad Capital de la provincia de Maúle, hay una pequeña colina de donde se saca cierta especie de mortero conocido alli baxo el nombre de Arena Talcense [13], y que al parecer es producto de los volcanes. Esta arena es de un color roxo fusco, y algo mas delicada que la verdadera puzolana, y los granos de que se compone contienen partes ferruginosas y terreas medio calcinadas. Las gentes del campo usan de esta arena para jaharrar las paredes de todas sus casas antes de blanquearlas, porque pegandose fuertemente á ella la cal, y no abriendo jamas hendeduras ni grietas, admite un blanqueo perfecto.

Piedras. Cura. Los quatro órdenes en que se puede dividir muy bien la clase de todas las piedras, conviene á saber, las arcillosas, las calizas, las areniscas, y las gredosas, comprehenden igualmente en el Reyno de Chile todos aquellos generos establecidos de antemano por los mas celebres autores. Mas como quiera que aquellos montes no ha sido todavia exâminados por ningun Mineralogista, son pocas las especies de aquellos generos de que podemos dar razon, y que por lo general son analogas á las que se conocen dentro de Europa. Sin embargo, en las brevisimas excursiones que me permitieron hacer por los tales montes los estudios abstractos que me ocupaban en aquel tiempo, descubrí las especies siguientes: el eschisto nobacula, el tabular, el verde, el pizarreño, el comun, y el compactisimo: Arcillosas. Ragcura el talco verde, el nefitico, el carneo, y el aceroso ó en agujas: el amianto asbestino, el frágil y el acorchado ó corcho fosil: la mica membranacea, la argentosa, la aurea, la talcosa, la cristalina y la ungara.

La Mica membranacea de Chile, llamada por otro nombre Vidrio de Moscovia, es perfecta en su genero, ya se atienda á la magnitud de sus laminas ó ya á su limpieza, debiendo á estas qualidades el que las gentes del campo hagan de ellas varias flores artificiales, y formen-las vidrieras de sus ventanas como los Rusos. Muchas personas las prefieren al vidrio, porque ademas de no estar expuestas á romperse, facilitan á las personas de adentro el ver las cosas de afuera, é impiden á las de afuera el registrar lo de adentro. Estas planchas tienen por lo general un pie de largo, bien que, sacandolas de la mina con alguna precaucion, se logran de mas de dos pies, y su color se diferencia muy poco del color de los vidrios. Hay tambien otra especie con manchas irregulares amarillas, roxas, turquies y verdes, y que podemos llamar Mica variegata [14]: es tan apreciable como la otra, y se hiende en planchas de cerca de un pie de largo; pero sus manchas la inutilizan para los usos comunes.

Calcareas. Malcura. Las especies del segundo órden que suministra este Reyno, son las diferentes piedras comunes para cal, los marmoles, los yesos, y los espatos, hallandose entre las primeras las piedras calizas compactas de todos colores, las lucientes coloreadas, y las asperas blancas, turquies y de color gris.

Los marmoles de un solo color, descubiertos hasta ahora en el Reyno de Chile, son el blanco estatuario, el negro, el verdegay, el amarillo y el gris. Hay dos montes, el uno situado entre las cordilleras de Copiapó, y el otro en las marismas de Maúle, compuestos enteramente del marmol polizonito, el listado de faxas de diferentes colores, repartidas en tantos lechos ó capas, que rodean estos montes con tal simetria desde sus bases hasta las cumbres, que parecen un capricho de la misma naturaleza. Entre los marmoles manchados se halla el ceniciento venado de blanco, de amarillo y de turquí; el verde salpicado de negro, y el amarillazo con manchas irregulares verdes, negras y pardas; y este ultimo, que se saca de un monte inmediato, á la ciudad de San Fernando, Capital de Colchagua, es muy estimado, porque siendo sumamente facil de trabajar, se endurece dexandole expuesto á los temporales: bien que todos los demas marmoles gozan de igual aprecio segun sus clases por el bello pulimento que admiten, y por las buenas qualidades apetecidas de los canteros. Varias personas me aseguraron que los Andes inferiores, reconocidos por ellas, abundan en todo genero de piedras de diversos colores: mas careciendo yo de relaciones circunstanciadas, mees imposible indicar los caracteres que las distingan.

Cavando á tres ó quatro pies de profundidad en las tierras de labor inmediatas í la ciudad de Coquimbo, se encuentran desde cinco hasta ocho capas ó lechos de marmol testáceo blanquecino y granujoso, sembrado de conchas mas ó menos enteras muy parecidas á las limazas. Extiendense los lechos ó capas por mas de una milla quadrada sobre dos pies de grueso, interrumpidos ligeramente con algunos lechos de arena, encontrandose mas fina y mas dura la piedra en razon directa de su profundidad: de modo que la del primer lecho es tosca y frangible, y solo á proposito para cal; pero las siguientes, que son bien compactas, aunque ceden á poco trabajo á los picos de que se sirven para cortarlas y sacarlas de la cantera, adquieren en los edificios la dureza que se requiere para resistir á las impresiones del ayre y del agua.

Siendo los espatos los compañeros inseparables de las minas metalicas, y sirviendoles á los mineros de guias seguras para caracterizar los minerales que se descubren, no hay especie ni clase que no esté suficientemente conocida en todo el pais, á excepcion del Cristal de Yslandia, que hasta ahora no se ha encontrado en el Reyno de Chile. Son infinitas las variedades comprehendidas en estas especies, y muchas de las quales si se exâminasen con mayor atencion, pasarian á ser especies distintas y separadas. El espato teñido es uno de los que se encuentran con mayor abundancia, de donde se sigue la cantidad de topacios, esmeraldas, y zafiros espurios, que otros llaman flores espaticas, que salen del reyno: pero el mas singular entre los espatos cristalizados y trasparentes es el exágono de varios tamaños que se saca de las minas de oro que hay en Quillota, y el qual está atravesado de mil modos distintos de un gran número de filamentos sutiles de oro, cuya mezcla ofrece una de las vistas mas agradables de que es capaz la imaginacion.

Aunque son muchas las canteras que hay en Chile de yeso comun ó paralepipedeo, del romboydál, y del estriado, hacen poco ó ningun caso de él aquellos naturales, prefiriendo á todos los otros una especie de yeso fusible, compuesto de particulas pequeñisimas indeterminadas, y de un hermoso blanco que toca algo en azul. Este yeso, que llamarémos Gypsum vulcanicum [15], se encuentra siempre muy cerca de los volcanes de la cordillera en canteras muy grandes, y semicalcinado; no obstante lo qual, es excelente para todos los usos á que le destinan, empleandole con particularidad para blanquear las paredes, á las quales con su ligera tinta turquí da siempre una especie de blanco de Rey. Este yeso puede servir en su estado natural, pero los Albañiles acostumbran prepararlo con una leve calcinacion. Ultimamente, las mismas montañas de la cordillerra, donde no parece sino que la naturaleza ha querido manifestarse con singular complacencia, abundan de canteras de fino alabastro, y de selenitas especulares, de que hacen los vecinos de la ciudad de Santiago las puertas de vidrio para las ventanas de sus iglesias.

Areniscas. Cuyuncura. Los asperones de diferentes especies, los quarzos, los pedernales, y los cristales de roca son las piedras areniscas que se hallan en Chile con la propia abundancia que en la mayor parte de las regiones de nuestro globo, siendo muy comunes alli entre las primeras las piedras blancas, las cenicientas y las amarillazas para afilar, las muelas y las sillares, ó de construccion. Los quarzos diáfanos, los opacos, los de colores y los legitimos abundan en aquellos montes no menos que los pedernales cretaceos, el Piromaco, el Emachate, y las Agatas ordinarias, porque ignoro si se han encontrado las finas. Las especies de diáspero de un solo color, observadas hasta el presente, son el diáspero roxo, el verde, el gris, el blanco, y el perfecto lapislazuli [16], y entre los coloridos ó variados se encuentran el ceniciento manchado de negro, el blanquecino venado de turquí y amarillo, y el amarillo con manchas turquies, roxas y de gris mezcladas hermosamente.

Ademas de los pequeños cristales de monte que se encuentran por todas partes, ofrece la cordillera unos trozos á proposito para hacer colunas de seis ó siete pies de alto, hallandose tambien un gran número de cristales de color, ó falsas piedras preciosas, como son el falso rubí, el topacio, el jacinto, las esmeraldas, &c. no faltando alguna piedra preciosa; pues sé muy bien que hace algunos años que se encontró en Coquimbo una hermosisima esmeralda, y en la provincia de Santiago un topacio legitimo de considerable tamaño. Los rios, que de quando en quando llevan entre sus arenas algunos pequeños rubies, zafiros, y otras piedras de valor, indican que en las montañas de donde descienden hay forzosamente piedras mucho mas apreciables: pero la indolencia de aquellas gentes, que miran con un total abandono otros muchos ramos de un importante comercio, desprecia tambien este, sin embargo de que pudiera serles de la mayor importancia. Con efecto, yo no puedo dudar de que las montañas Chileñas, atendida su constitucion, dexen de contener riquezas considerables de la clase de que tratamos, siendo tan abundante de vapores metalicos, de sales y de cristales: peros lejos de haberse dedicado personas inteligentes á indagar con su vista los retiros ocultos donde la naturaleza acostumbra esconder sus mas apreciables tesoros, ni aun han sido hollados hasta ahora, segun parece, de algun pie humano.

Una pequeña colina, situada al nordeste de Talca, se compone casi enteramente de amatistas de hermosisimo color violado, parte de las quales estan encaxadas en una especie de quarzo de color de gris que les sirve de matriz ó de caxa, y parte esparcidas y revueltas entre la arena, pero cuya consistencia y finura se aumentan con proporcion á la respectiva distancia de la superficie: lo qual me induce á creer que si se profundase la tierra, se encontrarian sumamente perfectas. Algunas que se sacaron de aquellas partes, poco antes de mi partida, á un pie de profundidad, tenian un color vivo y perfecto, y cortaban seis ó siete veces el vidrio sin despuntarse; y aun se hallaron algunas otras que tenian las mismas aguas que los diamantes, y que tal vez serian subalternas de esta preciosisima piedra; siendo tal su abundancia, que hasta en las hendeduras de algunas rocas se hallan á cada paso finisimas amatistas purpureas. No por otra causa dieron los Indios á la provincia de Copiapó este mismo nombre sino por la multitud de turquesas de que abundan sus montes; y aunque estas no son á la verdad otra cosa sino dientes petrificados á que han dado color los vapores metálicos, y que por consiguiente pertenezcan con mas propiedad á la clase de las concreciones, he querido hacer memoria de ellas en este lugar, por la relacion que tienen con las piedras preciosas, y porque vulgarmente son conocidas baxo de este nombre. Estas piedras, pues, o estos dientes petrificados, tienen por lo general un color turquí verdegay, aunque se hallan no pocas de la clase que llaman los lapidarios roca vieja, que es decir, que tienen un hermoso color turquí, y una considerable dureza.

Agregadas. Lile. Siendo las piedras agregadas, ó formadas por la agregacion de vanas partes eterogeneas, las mas comunes entre los cuerpos de esta clase, no es mucho que formen una gran parte de la estructura de los montes Chileños: pero á demas de las especies comunes, que son numerosisimas, se encuentran á cada paso varias clases de pórfidos y de granitos de bellisima qualidad; y las faldas de los montes que costean el estrecho camino que va por la cordillera hasta Cuyo, se componen enteramente de pórfidos roxos, verdes y negros, salpicados de diversos colores, entre los quales es notable uno de fondo amarillo, manchado hermosamente de roxo y de azul, y al qual doy el nombre de Saxum Chillense [17], porque se encuentra en las cercanias del rio Chile.

En los campos inmediatos al confluente del rio Claro se descubrió, á dos pies de profundidad, una vasta cantera de pórfido obscuro con manchas espatosas negras, que se ramifica con varias vetas horizontales, cuya altura y profundidad ignoramos. Hallase colocada esta piedra en capas ó lechos de cerca de dos pies de ancho, y de tres ó quatro pulgadas de alto, cuyas medidas son uniformes respectivamente en cada uno de aquellos lechos; y aunque interrumpan su continuacion algunas grietas que dividen las planchas, ó algunos cuerpos eterogeneos que las cortan de trecho en trecho, con todo, se pueden lograr de ocho y mas pies de largo, siendo de una superficie de tal pulimento, que los pintores se sirven de ellas para moler sus colores sin necesitar de que los canteros se las arreglen. No me es fácil explicar como se habrán amontonado en aquel preciso parage todas estas piedras, ni qué fuerza de mecanismo les habrá dado una forma tan regular; pues solo sé que el terreno de aquellos campos es en parte arenoso, y en parte arcilloso ó gredoso, y que entre plancha y plancha solamente se encuentra arena espatosa y quarzosa.

En todos los llanos, y sobre el mayor número de los montes se nota una gran cantidad de piedras aisladas de forma circular, aplanadas, de cinco á seis pulgadas de diámetro, y que tienen en el centro un agujero que las pasa de parte á parte. Estas piedras, que sin duda son artificiales, pertenecen á la especie de los granitos y á la de los pórfidos; y es de creer que los antiguos Chileños se sirviesen de ellas en vez de clava el de maza, introduciéndoles un palo á proposito en el agujero.

Sales. Chali. La parte de los Andes, que corresponde á las provincias de Copiapó y de Coquimbo, contiene varios montes compuestos de capas ó lechos de sal gemma diáfana y cristalizada en cubos viscosos, de color roxo, blanco, turquí y amarillo, y cuyas superficies cubre en algunas partes una costra de tierra arcillosa. Los pueblos circunvecinos son los unicos que se aprovechan de esta sal excelente, porque los mas apartados se ahorran los gastos de su transporte proveyendose de la sal marina muy buena que se forma en las costas, especialmente en los lugares llamados Bucalemo, Boyeruca, y Vichuquen, que es donde se encuentran las salinas mas ricas de todo Chile: bien que los pueblos mediterráneos hacen un gran consumo de la sal de las fuentes de los Pehuenches, de que hicimos mencion en el artículo de las aguas minerales.

La sal ammoniaca en costras y en florescencia es tan comun en varias partes del Reyno como la sal ammoniaca fosil de diversos colores que se halla cerca de los volcanes, cuyo fuego parece que la sublima. Mucha parte del territorio de la ciudad de Coquimbo, que consiste por lo general en una tierra gredosa y porosa, se vé cubierta de una costra de varias pulgadas de sal de nitro bien cristalizada con base de alcalí fixo [18], y lo restante de la provincia, no menos que las de Copiapó y Melipilla, abunda de la misma sal con base calcarea; bien que no todo lo que aquellas gentes llaman nitro, lo es á la verdad, porque se encuentra con mucha abundancia la sal alcalí terrea mezclada por lo general con sal marina, ó con sal alcalí volatil, á la qual dan igualmente el nombre impropio de nitro ó salitre.

Ademas del alumbre comun, y del que llaman de pluma, que se han descubierto en varios distritos de Chile, se saca tambien de los Andes una piedra aluminosa, semicristalizada, friable, de, un grano fino, de sabor vitriolico, y de color blanco pálido, á la qual dan los naturales el nombre de Polcura; y que aunque viene á tener la apariencia y la consistencia de la marga blanca, no contiene parte alguna caliza, ni es otra cosa que una arcilla empapada en ácido vitriolico, análoga á la piedra aluminosa que llaman Tolfa. Las canteras de donde se saca esta piedra útilisima para los tintes ocupan muchas leguas de tierra en todos aquellos montes, de los quales se saca asimismo otra piedra del propio genero, aunque mas tosca y menos apetecible; y que, á diferencia de la verdadera Polcura, que no tiene mezcla de particulas metalicas, es piritosa y abundante de azufre, y que por consiguiente es de un color que tira mucho á amarillo.

Las quatro principales especies del vitriolo natural, conviene á saber, el verde ó marcial, el turquí con base de cobre, el blanco con base de zinc, y el mixto, se encuentran no menos en el estado de cristalizacion o de estilite, que germinantes en las minas que los contienen y aun enmedio del campo; y de aqui proviene que sean tan comunes las minas de caparrosa ó de piedras atramentarias roxas, negras, amarillas y cenicientas.

Betunes. Upe. Caldeada la gran cadena de los Andes con tantos fuegos subterráneos, presenta en varios parages la nafta blanca y la rubia, el petrolio, el asfalto y la pez mineral de dos clases; conviene á saber, la pez de monte ordinaria, y otra de un negro azulado, y la qual, que llamaremos Bitumen andinum [19], exhala quando la exponen al fuego un olor agradable, y parecido al que despide el succino: mas como quiera que yo no la reputo por otra cosa que por una nafta condensada por la larga sucesion de los tiempos, sospecho que pueda ser una variedad de la mummia Persica: bien que sea lo que fuere, parece que la naturaleza se propuso hacerla comun, segun es la vasta extension de las varias canteras que la contienen. En las tierras de los Araucanos se encuentra el Jaeto con abundancia, y en las cercanias de la ciudad de la Concepcion y en otras varias partes del Reyno se halla gran copia de carbon fosil [20].

El mar arroja buena cantidad de ambar pardo y negro, y aun las costas de Arauco y en el Archipielago de Chiloé se recoge tambien el gris: llamanle los Indios Meyene, esto es, excremento de las ballenas, y pretenden que esta substancia, que sale del agua con un color negro, se vuelva luego parda, y despues gris y olorosa por medio del calor del sol. Yo sospecho con algun fundamento que alli haya igualmente minas de succino ó ambar amarillo, pues quando el mar está borrascoso, suele arrojar á la orilla algunos pedazos de este betun apreciable.

En la provincia de Copiapó, cuyo suelo es tal vez uno de los mas ricos de minerales que se pueda encontrar en el mundo, hay dos montes, compuestos unicamente de un azufre cristalizado, y tan puro, que no necesita de purificacion [21]: bien que apenas se hallará en los Andes un valle donde no se encuentre algun deposito de esta substancia.

Piritas. Cuthalcura. Todo el terreno de Chile está sembrado de piritas, que no solamente se encuentran en el seno de la tierra á qualquier especie de profundidad, donde forman venas ó vetas de un grueso y de una extension muy considerable, sino es tambien sobre la superficie de los llanos y de las tierras, corriendo solas algunas veces, y otras, que es lo mas general, acompañando las vetas de las minas de todas especies, pues se ven igualmente esparcidas en las venas metalicas, en las gredas, en las arcillas, en las piedras, pero singularmente en los quarzos y en los cristales de roca. Son tan diversas y tan abundantes en este Reyno las tres especies á que se pueden reducir todos estos fosiles, conviene á saber, las piritas ferruginosas, las acidulares, y las arsenicales ó marcasitas, que si hubiesemos de dar cuenta de todas, necesitariamos componer una obra tan vasta como la Piritologia de Henckel: sin embargo debo decir, que la que merece mas particular atencion entre quantas he visto, es la pirita acidular aurifera de figura cubica, donde el oro, mezclado y unido con el cobre, está indirectamente mineralizado de azufre. Heridas con el eslabon estas piritas, arrojan poco o ningun fuego; carácter que las distingue de otras varias especies. Mr. Bomare, en su excelente Diccionario de Historia Natural dice, que las piritas llamadas piedras del Ynca son ya tan raras, que solamente se encuentran en los sepulcros de los antiguos Peruleros: lo qual podrá ser cierto en el Perú, mas no en el Reyno de Chile, donde se halla una gran cantidad de estas piedras, especialmente sobre un monte muy elevado de la provincia de Quillota llamado Campana, donde asimismo son conocidas con el propio nombre de piedras de Ynca.

Semimetales. Ragipagnil. Abunda tambien este Reyno en seis semimetales comunes; conviene á saber, en arsenico, en cobalto, en bismuto, en zinc, en azogue y en antimonio, todos los quales se encuentran, bien en minas particulares, ó bien mezclados con otras substancias metalicas, y mineralizados por lo comun: pero aquellos naturales no se han dedicado á extraerlos de sus matrices, y los mineros unicamente son los que buscan el antimonio para las fusiones de algunas minas de plata, como los plateros para purificar el oro, con cuyo motivo es conocido el antimonio extraido, el plumoso, el sólido, y el roxo, combinado con arsenico y con azufre, todos los quales se extraen de las minas de oro, de plata, de hierro y de plomo, y aun de una mina particular donde se halla cristalizado.

El mercurio, cuya extraccion se ha prohibido rigurosisimamente á causa del estanco real, se encuentra en diversas partes del Reyno, ya virgen, y ya mineralizado de azufre, ó en el estado de perfecto cinabrio; bien que las provincias de Coquimbo y Quillota son las que poseen las dos minas mas ricas de esta substancia de primera necesidad para el beneficio de todos los otros metales, y las quales, siempre que se llegue á permitir su excavacion, acarrearan inmensas ventajas al vecindario de aquellos pueblos. La mina perteneciente á Coquimbo está situada en uno de sus montes mediterraneos, compuesto de una arcilla pardusca, y de una piedra arcillosa negra y frangible, que sirven igualmente de matriz al mercurio, el qual se encuentra natural, y con mucha abundancia en vetas inclinadas hácia el horizonte, no faltando algunas venillas mineralizadas, esto es, baxo la forma del cinabrio de un color roxo cargado. La mina de Quillota, está igualmente situada en otro monte elevado, poco distante del lugar llamado Limache, y es, á lo que parece, no menos rica que la anterior. El azogue, que está en ella mineralizado de azufre, tiene por matriz una piedra caliza que podria servir para retener el azufre quando se estraxese el mercurio por medio del fuego.

Metales. Paguil. Hacen los Chileños tan poco aprecio de sus minas de plomo, aunque las tienen de bellisima calidad, que solo extraen el poco que necesitan para la fusion de la plata y para los menesteres domesticos, siendo asi que ademas del que sacan de las minas de plata, les está brindando el pais con el galena ó plomo negro en cubos pequeños y grandes, con minas de plomo verde, y con la espatica blanca y verde, todas las quales, contienen siempre un poco de plata y de oro que desprecian aquellos mineros.

Mas abandonadas que las minas de plomo yacen las ricas y excelentes de estaño, que se encuentran por lo comun en los montes arenosos i no formando vetas como los demas minerales, sino formando una especie de piedras negras, irregulares, fragiles, bastante pesadas, y separadas unas de otras, y las quales contienen una gran copia de este metal casi puro, mineralizado unicamente de un poco de arsenico, y mezclado con uña pequeña porcion de hierro. Tambien son muy comunes en todo Chile los cristales de estaño de diversos colores.

El autor de las investigaciones Americanas ha desterrado de este pais con un rasgo de pluma todas las minas de hierro; pues se atreve á decir, sin alegarla menor autoridad, que Chile no tiene absolutamente mina alguna de hierro [22]; pero Frezier, y todos los demas que han estado en aquellas partes, han visto lo contrario [23]: porque este metal se halla tan profusamente esparcido por aquel Reyno, que todos los rios, los arroyos y los torrentes depositan en sus orillas una gran porcion de la arena ferruginosa de que hicimos memoria quando tratamos de las arenas, y aun hasta el mismo mar las arroja de quando en quando con tal abundancia, que varias partes de sus orillas se ven cubiertas de las tales arenas, compuestas sin duda de particulas ferruginosas, pues las atrae con vehemencia el imán ó la calamita. Coquimbo, Copiapó, Aconcagua y Huilquilemu poseen las minas mas ricas de hierro que se pueden apetecer, sin exceptuar el mineral sólido negruzco, el gris ceniciento granujoso, y el turquí sólido cubico, siendo todo de bellisima calidad, segun consta de los ensayes que han hecho personas inteligentes, no faltando algun particular que á pesar de estar prohibida su excavacion, se haya aprovechado de algunos quintales de este hierro precioso para proveer sus haciendas de los aperos de su consumo.

Las provincias Araucanas abundan tambien de minas de hierro, que segun los informes de un Vizcayno bastante practico en la materia, no reconocen ventaja á las de Vizcaya. Igualmente se ha descubierto en las mismas tierras las especies de esta substancia llamadas refractarias, y apenas habrá provincia que no contenga alguna mina de piedra imán. El citado Frezier habla de un monte que hay en los Andes, llamado de Santa Inés, que casi no se compone de ninguna otra cosa.

Pero desde el principio de la conquista hasta nuestros días dirixieron sus miras los habitantes de Chile á extraer el cobre, la plata, y el oro. Las minas del primero abundan con especialidad entre los grados 24 y 36 de latitud, variando mucho en el color y en la calidad el cobre que se saca de todas ellas, pues lo hay excelente, bueno, é inferior. Hablando D. Antonio de Ulloa de este cobre en general, le dá el segundó lugar, comparandole con el de Corinto, que es reputado con razon por un metal ficticio: pero el Ingles, autor del Gazetero Americano, prefiere absolutamente el de Chile á quantos hasta ahora se han descubierto [24]. Este cobre está generalmente mezclado con algun oro, y habiendolo entendido asi los Franceses que al principio de nuestro siglo hicieron un trafico muy considerable por aquellas partes, procuraron adquirir la mayor cantidad que pudieron, con el fin de separar despues aquel apreciable metal. Son muy varias las proporciones con que estan unidas entre sí en las minas estas dos substancias metalicas, habiendo cobre que contiene desde una decima hasta un tercio de oro; pero el que se encuentra con esta proporcion está libre de las manos de todos los mineralizantes.

El cobre que contiene poca dosis de oro se presenta mineralizado, ya del arsenico, y ya del azufre, ó juntamente de ambos, y mezclado con hierro y con plata; reduciendose hasta ahora las minas descubiertas con este carácter á las especies azules, vitrosas, epaticas, verdosas y blancas, las quales, aunque riquisimas, se conservan intactas, porque reputandolas los mineros de aquel pais de una faena muy dispendiosa, se han ceñido á la excavacion de otras dos especies distintas que llaman cobre campanil, y cobre maleable, bastandoles sus ricos productos para recompensa del abandono en que yacen todas las otras.

El cobre campanil, al qual han puesto este nombre en consideracion al destino que le dan generalmente, está mineralizado, como el de las minas antecedentes, con azufre y arsenico, pero solo se halla mezclado con algunas porciones de estaño, cuyo compuesto, que, viene á ser una especie de bronce natural, permanece aspero y de color ceniciento aun despues de haber sufrido la torrefaccion y refinamiento; y tiene una gravedad especifica mucho mayor que la que deberia resultar de la combinacion de las propias gravedades especificas particulares. Son muy varias las proporciones que guarda esta composicion en las minas, pero no en su matriz, la qual es por lo comun una piedra arenisca, cenicienta y fragil [25]; y como sea de esta calidad la mayor parte del cobre que se transporta á España para las fundiciones de artilleria, pudo ser causa de que Bomare dixese en su Diccionario que el cobre de Coquimbo era poco apetecible: pues en efecto no sirve sino para obras de fundicion.

El cobre maleable, que se halla en esta provincia y en todas las otras, tiene por el contrario todas las qualidades apetecibles; y á este se dirixen con especialidad los elogios que hacen los autores en general del cobre Chileño. Esta especie tiene un hermoso color roxo, y por matriz una piedra terrea, ya parda y ya blanquecina, bien que sin seguir ninguna forma regular, acercandose mucho al cobre natural, pues solo está mineralizado de una corta porcion de azufre, que, abandonandolo del todo mediante una simple torrefaccion, lo dexa ductil, maleable y a proposito para formar con él todo genero de utensilios. Sin embargo, los mineros tienen la costumbre de refinarlo para darle, segun dicen ellos, un color mas vivo. Es tan grande la afinidad que tiene el oro con esta especie de cobre, que no solamente se encuentra siempre mezclado con él, sino que á veces ocupa el fondo de aquellas minas, o forma varias venillas de las vetas mas principales; siguiendose de aqui que varias minas reputadas quando fueron descubiertas por minas de cobre, resultaron despues por minas de oro.

Las vetas de estas dos especies de mineral siguen indistintamente quantas direcciones son imaginables, subdiviendose en una multitud de ramos y de venillas, y notandose la misma variedad excesiva en las gangas que los acompañan. Aunque son inumerables las minas de este genero [26], solo se benefician aquellas de que esperan sacar puro y neto la mitad de todo el mineral extraido, ó medio quintal por quintal pues de otro modo creerian perder el trabajo y el tiempo: pero sin embargo, entre las ciudades de Coquimbo y de Copiapó hay abiertos en la actualidad mas de mil martinetes, contandose otros tantos en la provincia de Aconcagua.

La mina mas famosa de cobre que se ha conocido en el Reyno de Chile fue la de Payen [27], en que actualmente no se trabaja porque no lo permiten los Puelches que poseen aquel distrito; pero que quando se empezó á excavar, producia Pepitas de cobre puro de cincuenta y de cien quintales de peso. Refieren las historias de aquellos tiempos que este cobre era de tan excelente color, que parecia un similor verdadero, pues por lo general dominaba mas el oro que el cobre, bastando para extraerle encender fuego al pie de las pepitas y piedras impregnadas de tan precioso metal. En el distrito de Curicó se ha descubierto modernamente otra mina parecida á la anterior, y en la qual se encuentra el oro ligado con el cobre por par tes iguales. Los de la tierra llaman á aquel compuesto, venturina natural, porque aparece sembrado de puntas brillantes de oro; y hacen de él manillas, anillos y otras varias vagatelas curiosas.

En las colinas de la provincia de Huilquilemu se encuentra el cobre mezclado con el zinc, ó llámese el azofar natural [28], en trozos de diferentes tamaños, adherente á una especie de piedra terrea y frangible, que á veces es de color amarillazo, y á veces de un verde obscuro. Esta operacion se debe atribuir á los fuegos subterraneos, que habiendo encontrado con el zinc ó con la calamita, y con el cobre puro, sublimaron aquel semimetal, y fixandolo en el cobre por medio de una fermentacion natural, produxeron un compuesto tan extraordinario entre los fosiles. Su color es un hermoso amarillo, no cediendo en ductilidad ni en dulzura al azofar artificial mas bien preparado. El gran rio Laxa que baña las faldas de las colinas que lo producen, le ha comunicado el nombre de Cobre laxense.

Lo primero que practican aquellos mineros quando quieren hacer la depuracion de este cobre, es separar lo mejor que pueden el verdadero mineral de entre las partes terreas y piedras accidentales, ó de las porciones de ganga, y aun de aquellas partes pobres de metal; y despues de haberlo reducido en pedazos pequeños, machacandolo con fuertes mazos de madera pesada, lo meten en un horno bien caldeado entre varias capas de leña alternativamente dispuestas, y que encienden con celeridad y viveza dos grandes fuelles puestos en movimiento por un canal proporcionado de agua. Este horno, cuya capacidad es puramente arbitraria, debe ser construido de una arcilla refractaria: pero su pavimento, inclinado hácia un hoyo de proporcionada extension, está reforzado y cubierto de una tonga de yeso y de huesos calcinados y pulverizados: la boveda tiene suficiente numero de agujeros para que salga el humo, y una abertura en la parte mas alta, que se abre y se cierra, y por la qual se echa en el horno el mineral y la leña que se necesita, sirviendo asimismo para observar el estado de la fusion. Hacen al mismo alto del pavimento una tronera un poco inclinada, y aplicando á ella una canal, recogen el cobre ya derretido en el deposito preparado, refinando despues en unos hornillos, iguales á los que se usan para el mismo efecto en Europa, la substancia metalica que provino de la primera torrefaccion.

Yo no puedo saber las cantidades de cobre que se sacan anualmente de las minas Chileñas, pero que deben ser muy considerables, reflexîonando que todos los años salen cargados de aquellos puertos para los de España cinco ó seis baxeles, cada uno de los quales cargará veinte mil y mas quintales de cobre: que las recuas de Buenos-Ayres, y las embarcaciones del Perú, empleadas en aquel comercio, extraen todos los años mas de treinta mil quintales para las calderas y demas utensilios que se necesitan en los trapiches; y que el mismo Reyno de Chile hace por su parte un consumo excesivo en los usos domesticos, en los alambiques, en vasijas para el vino y el aguardiente, en la fundicion de la artilleria de sus presidios y de los del Perú, y en la de las campanas de los dos Reynos.

Las minas de cobre están esparcidas por todo el pais: pero no parece sino que las de plata han preferido nacer y permanecer entre el retiro de la soledad y los rigores del frio; pues la mayor parte de las que hasta ahora se han descubierto, estan efectivamente situadas entre los nevados barrancos de la cordillera, ó en sus apéndices exteriores; cuya incomoda situacion, unida á la increible fatiga que se necesita para la depuracion de este metal, es la causa mas poderosa de que la mayor parte de aquellas minas esté, á pesar de los atractivos de sus riquezas, en un total abandono, pues apenas se benefician tres ó quatro de tantas como casualmente se han descubierto. Pero si la poblacion se aumentase por aquellas partes, como quiera que entonces se aumentarian las necesidades humanas, llegaria la industria á vencer unos obstaculos tan importunos; y mas activos los venideros, ó menos detenidos de la abundancia, entrarán quizá en la posesion de aquellas riquezas que la naturaleza reserva para premio de sus esfuerzos.

Aunque todas las provincias confinantes con la cordillera pueden contar entre sus producciones naturales todas estas especies de minas, sin embargo las de Santiago, Aconcagua, Coquimbo y Copiapó han sido las mejor repartidas en esta materia; pues ademas de los minerales comunes se encuentran en ellas las minas vitrificadas, corneas, gris, roxas y blancas, en las quales se halla la plata mineralizada con el arsenico ó con el azufre, ó con ambos unidos, y ligada á veces con otros varios metales. En el año 1767 encontró un labrador á las faldas de los montes de Copiapó una pepita de mineral de plata de la primera especie, y de color verde, que en los varios ensayes que se hicieron de ella con toda la exâctitud necesaria, dio constantemente mas de tres quartas partes de plata pura. El metal de este rico mineral está únicamente mineralizado de un poco de azufre; y al tiempo de nuestra partida hacian los Copiapinos las mas vivas diligencias para averiguar el parage de donde se havia desgajado aquella pepita.

Pero las minas de esta preciosa substancia mas estimadas de aquellos naturales por su abundante riqueza, son las negras, llamadas asi porque su matriz es una piedra terrea y negra, ó de un color pardo cargado. Siempre que los mineros dan con un monte que se compone de esta especie de piedra, le caracterizan, guiados de su propia experiencia, con el nombre de mina de plata, y á la verdad jamas sale fallido este su axîoma de metalurgia. Todas las minas pertenecientes á esta especie tienen, al parecer, un mismo color exterior; pero los ojos del inteligente minero saben distinguir tres clases diversas que llaman negrillo, rosicler, y plomo ganchoso. El mineral negrillo se asemeja bastante á la escoria del hierro, y no presenta señal alguna que indique el metal que contiene: el rosicler, distinto del mineral roxo de plata, adquiere este color luego que le estriegan y lavan; y aunque no manifiesta por afuera lo que contiene, dá una gran cantidad de plata, reputada por mas fina que la de todos los otros: y el plomo ganchoso, llamado asi por estar mezclada la plata con este metal descubre su mucha riqueza sin mas que arañar ligeramente la superficie, porque este es el mas rico de todos; teniendo tambien la ventaja de que no estando mineralizado de nada mas que de un poco de azufre, produce, mediante la fusion, una plata mucho mas fina que la que dan el negrillo y el rosicler, que hallandose combinados con las dos substancias mineralizantes, requieren ademas de la torrefaccion, otras varias manipulaciones.

Encuentranse todos estos minerales en la gran mina de Uspallata, que es la mas dilatada y mas rica entre quantas se han descubierto y beneficiado en el Reyno de Chile. Está situada sobre los montes orientales de aquella parte de la cordillera, perteneciente á la provincia de Aconcagua, y que se parecen mucho á aquel espacio del Apenino que yace entre Bolonia y Florencia, distinguiendose de este parage por la esterilidad que se nota en aquellos montes que solo producen la Dactylis glomerata de Linneo. Rematan las cumbres de aquellos montes en un gran llano de tres leguas de ancho, y de mas de diez y siete de largo, llamado Uspallata, que ha comunicado su nombre á la mina. Este llano, bañado de un arroyuelo apacible, y cortado con algunos sotos, es de un temple muy fértil, y sirve de base á otro llano mas alto llamado Paramillo, sobre el qual se elevan tanto los montes del primer orden, que se descubren desde los llanos de San Luis de la Punta, que es decir, á mas de ciento y veinte leguas de distancia. Componense las vetas de aquella cumbre desmesurada y enorme, en cuya subida se gasta un dia entero de continuo camino, de masas negras de arcilla petrificada, en las quales se ven encaxadas muchas piedras redondas, lisas, y parecidas enteramente á las que suelen rodar con las aguas de algunos rios: fenómeno que tal vez no será posible explicar como no recurramos á los efectos del diluvio universal, á no ser que haya quien pretenda que los Indios antiguos se divirtiesen en arrojar aquellas piedras en la arcilla quando ésta se hallase tan muelle y tan blanda como se requeria: pero desde luego se ve, dexando aparte el origen de las arcillas, la inverosimilitud de tal conjetura; pues ademas de encontrarse una cantidad prodigiosa de las mismas piedras en lo interior de otras muchas, como afirma el Abate Don Manuel de Morales, inteligente observador de la provincia de Cuyo su patria, que tuvo proporcion de exâminarlas con mucho cuidado, es absolutamente increible que aquellos Indios quisiesen divertirse transportando á distancia de muchas leguas una inmensidad de piedras sobre las altas cumbres de aquellas montañas.

Pero sea lo que fuere, me ha parecido del caso esta digresion, para dar á mis lectores una idea de las cercanias de una mina que podrá llegar a ser, andando los tiempos, una de las mas célebres de toda la América.

La mina de Uspallata se extiende pues sobre las faldas de los montes orientales del llano de su mismo nombre, desde los 33 grados de latitud, prolongandose directamente hacia el septentrion, sin que se sepa el termino donde concluye; pues algunas personas que la han seguido hasta treinta leguas, afirman que prosigue avanzando con la misma abundancia, no faltando quien crea que llégue hasta el Potosí, y que sea una ramificacion de aquella célebre mina del Perú.

La veta capital conserva constantemente nueve pies de ancho: pero por una y otra parte arroja un gran numero de venas de todos tamaños, que subdividiendose en otras infinitas, se derraman y esparcen por todos aquellos montes, que tienen muy cerca de diez leguas de ancho. Su matriz, que es terrea y variamente pintada, divide la veta en cinco partes paralelas y desiguales: la del centro, que no tendrá mas que dos pulgadas de ancho, es negra, aunque la gran copia de metal que contiene la representa blanquizca, por cuya razon la llaman los mineros la Guia: las dos contiguas á ella, y que llaman Pinterias, son pardas; y las dos mas externas llamadas Brozas, son de un color gris celeste. Aunque esta vena se difunde horizontalmente, se interna de tal modo en la tierra, que algunas de las bocas excavadas en el año 1766 hasta los 300 pies de profundidad, no solamente no daban indicio alguno de degeneracion, sino que presentaban un mineral mas rico, á proporcion de su mayor distancia de la superficie.

Habiendose hecho en Lima el ensaye de este metal, declararon los ensayadores mas peritos del Potosí que la Guia daba por Caxon mas de doscientos marcos de plata pura: que las Pinterias, mezcladas con la Guia, producian cincuenta, y las Brozas catorce [29]. Asi que, reduciendo los marcos al precio corriente que les dan en las minas, produce el caxon de Guia mil y seiscientos duros, el de las Pinterias mezcladas quatrocientos, y el de las Brozas ciento y doce: producto que en nada cede á la célebre mina del Potosí. Descubriose la de Uspallata en el año 1638; y aunque huvo entonces indicios muy fuertes de su riqueza, estuvo sin beneficiar, ó por falta de dinero ó de operarios, hasta que habiendo hecho pasar del Perú dos excelentes y experimentados mineros en el año 1762, se dedicaron los vecinos de la ciudad de Mendoza, poco distante de Uspallata, á trabajar baxo la direccion de aquellos dos hombres, empleandose actualmente con inmensas ventajas en la extraccion de tan preciosos metales.

Antes que arribasen los Europeos al Reyno de Chile, sabian aquellos naturales separar la plata del mineral con la simple aplicacion del fuego quando era virgen, ó quando no estaba mineralizado, como freqüentemente se encuentra baxo formas distintas: mas quando lo hallaban obstinado é impregnado de substancias extrañas, lo metian dentro de ciertos hornillos situados sobre las cumbres de las colinas, para que la ventilacion continua del ayre avivase el fuego, é hiciese las veces de los mejores fuelles: maquinas que conocian muy bien baxo el nombre de Pimohue, pero que no empleaban en aquel uso por ahorrarse el trabajo del movimiento. Los labradores de nuestros dias continúan aprovechandose del mismo método facil y sencillo: de modo, que se puede asegurar que una parte no pequeña de la plata que gira en el comercio de Chile, proviene de estas fusiones privadas; pero los mineros expertos y ricos se valen de un método muy diferente, que consiste en las manipulaciones que describiremos ahora.

Reducido primeramente en polvos el mineral en un molino semejante á los molinos de yeso, lo pasan por una zaranda de alambre; y extendiendolo sobre cueros de buey, lo mezclan con sal, con mercurio y con estiercol bien putrefacto, derramando encima una porcion suficiente de agua. Hecho esto, y ya en este estado, lo golpean y pisan muy bien por espacio de ocho dias, y dos veces por lo menos en las veinte y quatro horas lo vuelven y revuelven con mucho esmero, para que el mercurio se incorpore mejor, y se una con el metal. Preparado el mineral de este modo, lo ponen dentro de una especie de dornajo de piedra, donde, disolviendose con el agua que le vierten encima, se deslizan la tierra y la arena por un agujero que va á parar en otro deposito, quedandose en el fondo del dornajo la plata amalgamada con el mercurio; recogen despues esta amalgamacion, y lavandola y relavandola repetidas veces, la echan en un saco de lienzo fuerte y espeso, que comprimen y aprietan muy bien para que se salga el mercurio que se quedo sin incorporar con la plata. Estando- el metal en este estado de amalgamacion tan dulce y manejable como una pasta, le dan los operarios segun su antojo la forma que quieren, valiendose de moldes agujereados por el fondo, para que el azogue que esté desunido se deslice con facilidad; y hecho esto, lo sacan del molde, y poniendolo sobre un gran vaso ó recipiente lleno de agua, lo cubren con una cabeza, y encienden al rededor un fuego vivisimo, mediante cuyo calor se evapora el mercurio, mas no se pierde; porque encontrando con la cabeza, cae en el agua, donde se condensa de nuevo, dexando la plata brillante y solida,, aunque mezclada con un poco de plomo, dé que la purgan y purifican despues en el crisol ó copela.

El metal que mas abunda en el Reyno de Chile es el oro, pues apenas habrá algun monte ó collado que no le contenga en mayor o menor abundancia, encontrandose del propio modo entre el polvo de todos los rios, y con mas freqüencia entre las arenas de los torrentes y de los rios [30]. Mr. Pluche, el Padre Buffier, y otros escritores Fran- ceses é Ingleses afirman que el oro de Chile es el mas puro y el mas precioso de todo el mundo [31], y con efecto es por lo general de 22 y aun de 23 quilates y medio. En las provincias Australes situadas entre el rio Bio-Bio y el Archipielago de Chiloé, se descubrieron antiguamente algunas minas de bellisimo oro, de las quales sacaban los Españoles sumas inmensas, y para cuyo beneficio establecieron una casa de moneda en Valdibia, y otra en Osorno [32]: pero luego que los Araucanos despojaron de aquellas tierras á los Españoles con repetidos hechos de armas, cerraron aquellas minas enteramente, prohibiendo á toda clase de personas, baxo pena de la vida, el abrirlas de nuevo: porque aquel pueblo guerrero está muy distante de hacer el aprecio que hacemos nosotros de este Idolo adorado de la avaricia.

Las minas mas considerables que actualmente se benefician, son las de Copiapó, Guasco, Coquimbo, Petorca, Ligua, Tiltíl, Putaendo, Caén, Alhué, Chibato, y Huilli-patagua, todas las quales, á excepcion de las tres ultimas descubiertas modernamente, han redituado desde que las conquistaron los Españoles un producto considerable y constante. Sin embargo, hay algunas minas que engañan á los mineros apareciendo fecundisimas al principio, y desapareciendo despues del todo, ó escaseando demasiadamente el metal. Los Ornitologos del pais llaman Bolsón á este genero de mina vaga y errante, aplicando el propio nombre á las espansiones que por lo general son circulares, y á las ri- quisimas venas acinadas y amontonadas que se suelen encontrar en las propias minas. No son pocas las que, inundadas de algunos torrentes de agua subterránea, obligan á los mineros á que las abandonen sin procurar distraer ó divertir tales aguas; y ya hace algunos años que sucedió este improviso accidente en la famosa mina de los Peldehues, poco distante de la Capital del Reyno, que daba tres mil escudos de oro al dia, y que habiendo sido inútiles quantas tentativas se hicieron para libertarla de las aguas que se desprendian por todas partes, quedó abandonada del todo.

Es tan variable la matriz del oro, que se puede decir con razon que no hay especie alguna de tierra, piedra ó metal que no sirva de laboratorio y de receptáculo adaptable á esta preciosa materia, que brilla por todas partes, ya en granos menudos, ya en hojuelas ó pajas, ya en caprichos curiosos de la naturaleza, y ya en masas irregulares que se pueden cortar muy bien con el cincel. Pero con todo, la matriz mas comun es una especie de piedra arcillosa, roxa y frágil, de la qual he visto, con mucho placer mio, un trozo en este célebre instituto de las ciencias de Bolonia. Son tambien sumamente diversas las salvandas ó salidas petrosas que acompañan las vetas, y que los Metalurgicos del pais llaman caxas; pues las hay quarzosas, espatosas, de pedernal, de marmol, de roca cornea, &c. Las vetas capitales se esparcen á veces en diferentes venillas riquisimas, y á veces se internan casi verticalmente en la tierra hasta una profundidad espantosa; en cuyo ultimo caso se ve obligado el minero á seguirlas con inmensas fatigas, y valiendose de las precauciones necesarias: hallanse otras que costean horizontalmente una sierra á pocos pies de profundidad, y aunque es tan inconstante su direccion, las mas se encaminan S. N.

De dos modos se saca de las minas este metal, que son, ó rompiendo con picos de hierro las piedras que lo contienen, ó arrancandolas con barrenos de pólvora, para reducirías despues en polvos en un molino que llaman Trapiche, que es de un mecanismo tan sencillo como el de los molinos de aceyte, y que se reduce á dos piedras, la una sentada de firme, y la otra que gira verticalmente. La que hace de asiento, y que tiene en su circunferencia bien explanada una canal de 18 pulgadas de profundidad, á proposito para recibir el mineral, será de cerca de 6 pies de diámetro, y tiene en su centro un agujero pasante por donde entra un cilindro vertical que va á encaxar en una rueda dentada, en la qual choca el agua que cae por un cauce, y que le da movimiento. La piedra corredera que cae verticalmente sobre el asiento, tiene en su centro un exe horizontal encaxado en el mismo cilindro, que la sostiene en el ayre sin tocar en la piedra de asiento, y que la hace girar sobre el mineral que se debe moler, siendo su diámetro comun de cerca de quatro pies, y su grueso desde diez hasta quince pulgadas.

Luego que el mineral está un poco molido, le vierten encima una cantidad proporcionada de mercurio, que se mezcla inmediatamente con el oro; y para que quede mas suelto y mas destemplado, le encaminan una corriente de agua, que sirve tambien para hacerlo pasar por un agujero á ciertas pozas que aquellos Metalurgicos llaman maritatas. Mezclado asi el oro con el mercurio, se precipita al fondo á causa de su gravedad, tomando la forma de unos globulillos blanquecinos y muy suaves: pero la accion del fuego disipa despues el mercurio, y le restituye al oro su brillante color amarillo y su natural consistencia. En cada uno de estos molinos se suelen moler al dia mil ochocientas setenta y cinco libras de mineral.

El beneficio de estas minas de piedra es de un gran gasto y fatiga, y requiere muchos instrumentos y mucha gente; pero al mismo tiempo produce una utilidad mucho mayor y continua que la que dexan las minas llamadas de Lavadero, porque se saca el oro lavando las arenas de los arroyos y de los rios; maniobra en que se emplean aquellas gentes, cuyas facultades no alcanzan á cubrir los gastos de la excavacion, reduciendose su trabajo á recoger la arena ó la tierra cargada de moléculas o pajillas de oro que echan despues en una especie de naveta de cuerno llamada Poruña, que ponen debaxo de una corriente de agua de algun arroyo, agitandola continuamente, con el fin de que subiendo arriba la arena, se deslice y escape de la naveta, dexando como mas pesado en el fondo el oro casi puro y unicamente mezclado con una especie de tierra negra y ferruginosa, de la qual le purgan echandolo en un gran dornajo de madera, que tiene en medio una concavidad de quatro ó cinco lineas de diámetro. Puesto á nadar este dornajo en una tina llena de agua, le hacen dar vueltas al rededor con la mano, y dandole algunos golpes de quando en quando, hacen saltar fuera toda la tierra, quedandose dentro de la concavidad el oro brillante dividido en particulas de varias figuras, que no necesitan de ningun otro pulimento.

No parece muy economico este método de lavar el oro, porque es imposible que dexen de perderse con semejantes operaciones muchas partecillas metalicas que por su poco peso se irán con el agua entre la tierra y la arena: asi que, nos parece que seria mas acertado valerse tambien del mercurio; y quando no, hacer estos lavados sobre planos inclinados, cubiertos de zaleas de carnero, como se observa en otras partes, bien estendidas para que se enredase el oro en sus lanas: pero á pesar de los defectos de semejante manipulacion, es muy considerable, y á veces exôrbitante la utilidad, hallandose entre las tierras y las arenas lavadas pedazos de oro de mas de una libra de peso, que los naturales llaman Pepitas; aunque lo mas general es recogerlo en polvos, en pajas, y en granillos pequeños redondos ó lenticulares, que juntan en bolsas de los escrotos de los carneros bien preparadas, como se acostumbraba en los tiempos de Plinio, y que llevan á vender á las ciudades, donde es mas apetecido y mejor pagado que el oro que se saca de las minas, á causa de que siendo por lo general de un color mas vivo, pasa con frecuencia de 23 quilates de calidad.

La tierra que está impregnada de semejantes partecillas de oro, presenta por la mayor parte un color roxo, y forma lechos ligeros de unos cinco pies de profundidad [33]; siendo creíble que las aguas de los rios que tienen sus nacimientos en las cercanias de algunas minas, ó que corren por entre las montañas donde las hay, hayan ido formando aquellas capas ó lechos arrancando de las vetas el oro envuelto y mezclado con la tierra roxa, que por lo comun sirve de matriz á este precioso metal.

La cantidad de oro que se extrae anualmente de las minas chileñas, y que llaman oro quintado, porque se paga el quinto al erario real, no baxará de quatro millones, de los quales se acuña en cada año millon y medio en la casa de moneda de Santiago, extrayendose fuera del Reyno una parte de lo restante, y consumiendose lo demas dentro del Reyno en adornos y vasos sagrados para los templos, en muebles de casa, y en varios generos de adornos profanos, especialmente para mugeres: pero es imposible determinar el tanto del oro que no paga el tributo del quinto.

Hallandose el Perú tan contiguo al Reyno de Chile, y habiendose encontrado en aquel la platina ó el oro blanco, tuve esperanzas por algun tiempo de poderla encontrar igualmente dentro de Chile: pero, á pesar de mis diligentes pesquisas, no pude hallar el menor vestigio de su exîstencia; pues aunque los mineros del pais llaman oro blanco á un metal que se saca de dos minas particulares, este metal no es realmente otra cosa sino un oro emblanquecido por la gran cantidad de plata que se le ha juntado. Despues de haber llegado á Italia supe que cerca de un monte de Copiapó llamado Capote, ya muy famoso por el excelente oro que producen sus minas, se ha encontrado una vena de un metal blanco refractario y desconocido enteramente de los mineros, el qual podrá muy bien ser la platina.

El beneficio de las minas depende, como ya dexamos insinuado, de infinitos gastos y afanes, que aumentan á cada paso mil imprevistas dificultades, pues no es posible penetrar por las entrañas de la tierra sin que los mineros y los trabajadores se expongan á grandes gastos y á correr infinitos peligros. El ayre estancado en las galerias subterráneas y en aquellos bucos, está infestado continuamente de los malignos vapores que unos llaman mofetes, y otros, fuegos monteses: se necesita un gran numero de instrumentos para excavar, extraer, y pulverizar los minerales: se requiere una inmensa porcion de maderos para sostener aquellas bovedas temblonas á medida que se van abriendo; y estas operaciones tan complicadas no se hacen sin el auxîlio de muchos brazos, y sin que el gran numero de operarios que se emplean en ellas, cobren buenos jornales, y tengan abundante comida; á lo qual se agrega la duda de si el producto de tantos afanes alcanzará á recompensarlos. Esta incertidumbre bastaria por sí sola para retraer á todos los hombres de unas empresas tan arriesgadas, si la lisonjera esperanza de una grande y cercana opulencia no produxese un atolondramiento tan ciego como el del juego de mayor interes. Sin embargo, es cierto que á proporcion de las minas que presenta el pais, son pocos los Chileños que se dedican a su beneficio y trabajo.

Las personas que resuelven emprender la excavacion de alguna vena, piden permiso al Gobierno, que jamas lo dificulta ó lo niega, y nombra al punto un Diputado, baxo cuya direccion y autoridad se divide la mina en tres partes iguales, que llaman Estacas, y cada una de las quales contiene un espacio de 246 pies de largo y de 123 de ancho. La primera es para el Rey, en cuyo nombre se vende: la segunda para el dueño del sitio, y la tercera para el que descubrió la mina: pero es tan grande el daño que causa á la labor de los campos la mucha gente que concurre á las minas, que los hacendados suelen ocultar, siempre que pueden hacerlo, las venas que se descubren en sus haciendas. No bien se publica el descubrimiento de una vena abundante, quando acuden trabajadores de todas partes, y un gran numero de vivanderos para conducir todo genero de producciones; y estableciendose poco á poco una feria contínua, se van construyendo casas, y se forma un lugar permanente y estable. Entonces envia á él el Gobierno, un Alcalde de mina para que lo gobierne y dirixa, siendo un empleo de tan buenas utilidades, que lo suelen conferir por lo general al Corregidor de la Provincia, el qual acostumbra delegar sus facultades en un subalterno.

Los mineros Chileños están por lo general suficientemente instruidos en la practica de la Metalúrgia y aun en la Docimastica; y saben muy bien buscar las minas, hacer los ensayes, excavarlas en las situaciones mas ventajosas, formar galerias bien ordenadas, apuntalarlas con seguridad, distinguir las vetas de verdadera direccion y las extraviadas, buscar los medios oportunos de renovar el ayre para libertarse de los perniciosos efectos de las exhalaciones subterráneas, construir molinos y hornillos á proposito para la purificacion de los metales, y elegir con acierto los fusibles que necesita: pero practican todas estas cosas sin conocer principio alguno sólido, y sin aquella instruccion que suministra la teoria de estas utilisimas ciencias, porque no han tenido hasta ahora otras guias ni otros maestros que la costumbre y sus experiencias.

En tres clases se divide la gente que se emplea en las minas conviene á saber, en Cavadores, Fundidores, y Apiros (llámanse asi los que sacan el mineral excavado y los materiales inutiles): y estas tres clases componen en Chile el órden metalurgico, cuyos individuos son por lo general arrojados, emprendedores, y prodigos con exceso, porque como tienen todos los dias entre sus manos los metales mas ricos, se acostumbran á despreciarlos y á disiparlos con una profusion Increible, especialmente en el juego, al qual destinan todo el tiempo que no estan empleados en el trabajo: de modo, que llaman friolera el perder en una noche mil ó dos mil duros, repitiendo con freqüencia para justificar su conducta, el proverbio inventado por ellos de que los montes no piden cuentas. En suma, es tal su prodigalidad, que quando advierten que hay alguno en su cuerpo que intenta ahorrar alguna cantidad de dinero portandose con sobriedad, ponen por obra quantos medios alcanzan para engañarlo y hacerle gastar, con la mira de que se desnude y despoje, como ellos dicen, de un vicio tan vilipendioso á la noble profesion metalurgica, qual es la avaricia; y de aqui proviene que la mayor parte de los mineros mueran pobres y miserables, y que tocia la utilidad de las minas redunde á favor de los mercaderes y vivanderos.

Concreciones. Tudcucura. Aunque abunden suficientemente en el Reyno de Chile los cuerpos correspondientes á la clase de las concreciones, no sé que presenten cosa alguna que sea digna de particular atencion. La piedra Pomes es tan comun, que se ven entre los Andes montes enteros formados de estas producciones volcanicas, de donde sacan los naturales una especie particular de color gris claro, que es excelente para destiladores de agua. Hallandome yo en una colina poco distante de la ciudad de Valdibia, desenterraron á mi presencia varios trozos de vigas petrificados enteramente, y algunos de los quales tenian ocho pies de largo; y como en todos ellos se conservaban con claridad los cortes de la sierra europea, no puede quedar duda de que aquellos maderos empezaron á petrificarse mucho tiempo despues del arribo de los Españoles. El terreno de la colina, que es arenoso, contenia asimismo una gran cantidad de escombros igualmente petrificados. El Sauce Chileno es quizá el árbol mas susceptible de semejante transmutacion, pues se encuentran por todas partes muchos troncos suyos convertidos en piedra, bastando para esto el tenerlos enterrados por algun tiempo en un parage húmedo y arenoso; y aunque el cerezo perulero no parece tan adaptable, atendiendo á su textura xugosa y poco consistente, para impregnarse del humor lapidifico, sin embargo se suelen encontrar algunos pedazos petrificados enteramente con todas sus espinas.


  1. "Los rios, pues, que bañan y fecundan maravillosamente todo el país por la parte occidental, son muchisimos, y todos descienden de la cadena de los Andes caminando de levante á poniente hasta desembocar en el mar. La amenidad de sus margenes, cubiertas de bellos árboles siempre verdes, y la delicadez y frescura de unas fuentes tan cristalinas, son causa de que sea aquel pais el mas delicioso del mundo. Las aguas terminales y minerales coadyuvan también á la salud de los habitantes." Colecti, Dicc. de la Amer. merid. Palab. Chile.
  2. "Los llanos, las alturas, los valles; en suma, todo Chile, sin exceptuar la menor porcion de terreno, son un objeto de maravilla, pues no parece sino que cada partecilla de tierra se convierte, segun es su prodigiosa fertilidad, en verdaderas semillas." El autor del Gazetero Americano en la palabra Chile.
  3. «El rio de Chile, llamado tambien rio de Aconcagua porque sale de un valle que tiene este nombre, es famoso por la prodigiosa cantidad de trigo que se coge todos los años en sus orillas. De ellas, y de las inmediaciones de Santiago que miran á la cordillera, es de donde se sacan todos los granos que se transportan por Valparaiso al Callao, á Lima, y á otros parages del Perú: de modo, que no estando informados de la qualidad de la tierra, que produce generalmente sesenta y ochenta por uno, seria cosa imposible el llegar á comprehender cómo un pais tan desierto, cuyas tierras labradas están contenidas dentro de algunos valles de diez en diez leguas, pueda suministrar tantas porciones de granos, ademas de los que necesitan los habitantes para su consumo. En los ocho meses que estuvimos en Valparaiso salieron de aquel puerto treinta embarcaciones cargadas de trigo, cada una de las quales conduciria seis mil fanegas, ó tres mil cargas de mulo, que es una cantidad suficiente para alimentar por un año cerca de sesenta mil personas: pero, á pesar de una saca tan excesiva, valen alli los trigos á precios muy moderados." Frezier, viag. tom. I. pag. 203.

    "Ademas del comercio de cueros, sebo y carnes saladas, hacen tambien los vecinos de la Concepcion el comercio del trigo, de que cargan todos los años ocho ó diez buques de quatrocientas á quinientas toneladas, que remiten al Callao, y no se incluyen las harinas y los vizcochos de que abastecen á los navios franceses que hacen alli sus provisiones para baxar al Perú y de vuelta para Francia. Todo esto seria nada para tan excelente pais si cultivaran la tierra, que es fertilisima, y tan facil de labrar, que no hacen mas que arañarla con un arado, que hacen las mas veces de una rama corva de un árbol, tirada de un par de bueyes, bastando que apenas cubra la tierra los granos para que fructifiquen, á lo menos, ciento por uno." Frezier ibid. pag. 132.

  4. «Otra riqueza mas efectiva, aunque menos apreciable para sus poseedores, es la que les está brindando la fertilidad de la tierra, que es prodigiosa; pues todos los frutos de Europa se han perfeccionado baxo de aquel clima envidiable, y serian exquisitos sus vinos si no les comunicaran un sabor amargo depositandolo en tinajas barnizadas con cierta resina y transportandolos despues en pellejos. Quando la cosecha de granos no excede de ciento por uno, se tiene por escasa y por mala." Historia Filosófica, lib. VIII. pag. 316. En la palabra Chile.

    No es año regular si no excede la cosecha del trigo de ciento por uno; y á este respecto todas las demas semillas." Ulloa viag. tom. III. part. II. lib. II. cap. V. núm. 508. En la palabra Chile.

  5. "El terreno es excelente y fertil, bien que con alguna diferencia segun la mayor ó menor distancia del Equador...... Los valles de Copiapó dan con freqüencia trescientos por uno: los de Guasco y de Coquimbo le reconocen muy pocas ventajas; y los de el rio Chile son tan excelentes que han comunicado su nombre á todo el pais." Sanson d' Abbeville, Geograf. en la palabra Chile.
  6. El retiro del mar de las costas de Chile es suficientemente sensible todos los años, aunque no igual en todas sus partes: hay lugares de donde no se retira mas de dos pulgadas, y hay otros de los quales retrocede medio pie, especialmente en las playas inmediatas á las bocas de todos los rios. Este fenómeno, dexando aparte otras causas mas generales, deriva probablemente de los terraplenes que causan con sus tierras y arenas los muchos y grandes rios que entran en el mar, y cuyas orillas abandonadas se cubren en el primer año de arena voladera: en el segundo producen alguna yerba; y en el tercero se visten enteramente de agradable verdura. Tal es la causa de que las playas de este Reyno consistan por lo general en un llano de dos leguas de ancho situado entre el mar y las montañas marítimas, cuyas faldas occidentales, excavadas de varios modos, conservan en la actualidad los vestigios de los choques de las olas del mar que han formado en ellas muchas grutas curiosas con varias estancias, tapizadas de conchas y de bellisimas estalactitas, en las quales se alvergan los ganados durante la estacion del invierno.

    A distancia de quatrocientos pasos de la boca del rio Maule se levanta á mano izquierda sobre la orilla del mar hasta la altura de setenta y cinco pies un trozo de marmol blanquecino, todo de una pieza, aislado y largo E. O. 224 pies, y ancho 54, al qual han dado los naturales el nombre de Iglesia. Con efecto tiene todas las apariencias de tal, porque por adentro está excavado en forma de boveda como hasta la tercera parte de su elevacion, y tiene por afuera tres puertas de un alto y de un ancho proporcionado, formando semicírculo, la una en la fachada occidental por donde se introduce el mar, que es el artífice de aquella obra, y las otras dos laterales contrapuestas exâctamente, por las quales se entra en las horas del refluxo. Este edificio natural, que todavia bañan hasta la mitad las aguas del mar, sirve de domicilio á un gran número de lobos marinos que se alvergan en la parte inferior, y que hacen resonar con sus espantosos ahullidos aquella concavidad dilatada, mientras ocupan la cima ciertos paxaros marinos muy blancos, llamados Lili, que en su figura y tamaño se asemejan mucho a los palomos caseros. En las marismas de la provincia de Rancagua hay otra mole de piedra igualmente excavada y abandonada enteramente del mar, y á la qual llaman los habitantes la Iglesia del Rosario, porque querian dedicarla al culto divino. Son muchas las grutas o cuevas de esta especie y de grandisima extension que encierran los Andes. En las gargantas vecinas al nacimiento del rio Longaví se ve un ventanon ovál, donde puede estar comodamente un hombre á caballo. Quando entran por aquel agujero los rayos del sol, antes de aparecer sobre las cumbres de la cordillera, presentan á la vista un objeto maravilloso. En las mismas montañas esta igualmente el célebre puente llamado del Ynca el qual no es otra cosa que un gran monte horadado de parte á parte por el rio Mendoza; y como quiera que este monte es de yeso penden de la bóveda del puente muchas estilites producidas de las sales vitriolicas del propio yeso.

  7. Argilla fusca, luteo punctata, odorifera.
  8. Argilla nivea, lubrica, atomis nitidis.
  9. Argilla atra, aquosa, tenacissima.
  10. Argilla aterrima, tinctoria.
  11. Calx solubilis, pulvereo-granulata.
  12. Arena ferri micans caerulea.
  13. Arena ferruginea in agua durescens.
  14. Mica membranacea, fissilis, flexîlis, pellucida, variegata.
  15. Gypsum particulis indeterminatis caerulescens.
  16. "Ademas de las minas de oro se hallan en las inmediaciones de Copiapó muchas minas de hierro, cobre, plomo y estaño, en que no se trabaja: hay tambien cantidad de imán y de lapislazuli, que las gentes del pais no conocen por cosas de valor. Estas minas distarán catorce ó quince leguas de Copiapó, y están cerca de un parage donde hay muchas minas de plomo." Frezier viag. Tomo I. pag. 245.
  17. Saxum impalpabile luteum maculis spatosis, rubris, caeruleisque.
  18. "No es alli menos comun el salitre, hallandose en los valles de una pulgada de grueso sobre la haz de la tierra." Frezier viag. Tomo I. pag. 245.
  19. Bitumen tenax ex atro caerulescens.
  20. "En las montañas vecinas que habitan los Puelches se encuentran minas de azufre y de sal; y en Talcaguano, en Yrequin, y en la ciudad misma de la Concepcion se encuentran muy buenas minas de carbon de piedra á uno ó dos pies de profundidad." Frezier tomo I. pag. 245.
  21. "En las altas sierras de la cordillera, á 40 leguas del Puerto de Copiapó hácia el E. S. E. están las minas del mejor azufre que se pueda encontrar: sacanle puro de una vena de cerca de dos pies de ancho sin necesidad de purificarle, y el quintal vale tres duros dentro del Puerto, de donde lo transportan á Lima." Frezier tomo I. pag. 245.
  22. "Para desacreditar mas bien las Américas, añade Paw que hay pocas minas de hierro en toda la extension de la América, y que lo mas espantoso es que el hierro de que se sirven es infinitamente inferior al de nuestro continente, y tal, que no se podria aprovechar para clavos: pero, á pesar de este defecto, vale muy caro, pues la libra cuesta un escudo en el Perú, y escudo y medio el acero."

    Pero este hierro que tanto pretende desacreditar el autor indicado teniendolo por Americano, es el mismo hierro que transportan de Europa los Españoles; porque está prohibido trabajar ni vender otro hierro en toda la América, sino el que se lleva de España.

  23. "En las cercanias de Copiapó se encuentra, ademas de las minas de oro, cantidad de minas de hierro, de cobre, de estaño y de plomo...... y en el año 1710 se descubrieron, en Lampagué, muchas minas de todos generos de metales, como son oro, plata, hierro, plomo, cobre y estaño." Frezier tomo I. pag. 245 y 199.
  24. "En las provincias de Coquimbo son comunisimas las minas de todos metales, de suerte que no parece sino que toda la tierra se compone enteramente de mineral. Aqui es donde se benefician las minas de cobre que proveen del que se consume en Chile y en el Perú: bien que, á pesar de ser el mejor entre quantas especies se conocen hasta este tiempo, lo extraen con mucha cautela." Gazetero Americano en la palabra Chile.
  25. Cuprum mineralisatum stannosum cinereum.
  26. "Tambien son muy freqüentes en las cercanias de Coquimbo, á tres leguas al N. E. las minas de cobre, y ya hace mucho tiempo que se trabaja en una que abaste»ce de bateria á casi todas las cocinas de las costas de Chile y del Perú..... habiendo otras muchas que no se benefician por falta de compradores. Aseguran que tambien se encuentran alli minas de hierro y de azogue." Frezier viag. tom. I. pag. 233.

    "Todas las partes de la cordillera hacia Santiago y la Concepcion abundan en minas de este metal (cobre), y particularmente un sitio que llaman Payen, donde antiguamente se beneficiaban algunas, y en donde se encontraron pedazos de peso de cincuenta y de cien quintales de puro cobre." Gazetero Americano en la palabra Chile.

  27. "Internandose por las montañas de la cordillera se encuentra una infinidad de minas de todas especies de metales y minerales, singularmente en dos sierras que solo distan doce leguas de las Pampas, del Paraguay, y ciento de la Concepcion, en una de las quales se han descubierto minas de cobre puro, tan singulares, que se han hallado Pepitas de mas de cien quintales de peso. A uno de estos lugares, que los Indios llaman Payen, esto es, Cobre, puso Don Juan de Melendez, autor de este descubrimiento, el nombre de San Joseph. Yo vi una pepita de 40 quintales, de la que mientras estuve en la Concepcion, hicieron seis cañones de campaña de calibre de seis libras; y nada es tan comun como encontrar piedras compuestas por partes de cobre perfecto y de cobre imperfecto, lo qual ha dado motivo para que digan que la tierra de aquel parage es criadora, esto es, que el cobre nace ó se cria alli siempre con igual abundancia. Esta propia montaña encierra las minas de Lapislazuli; y la otra próxîma á ella, que los Españoles llaman Cerro de Santa Ines, es sumamente notable por la mucha piedra imán de que parece enteramente compuesta." Frezier viag. tomo I. pag. 145.
  28. Cuprum (Laxense) zinco naturaliter mixtum.
  29. Los Metalúrgicos Americanos llaman Caxon á aquella porcion de mineral que puede extraer un minero en un dia, y que comunmente pesa 50 quintales: mas como en esta cantidad entra una buena porcion de ganga y de tierra no metalica, no se puede decir con exâctitud el mineral que contiene cada caxon.
  30. "Halase en casi todos los desgalgaderos de Chile una tierra de que, se puede sacar oro, sin mas diferencia que darlo con mayor ó menor abundancia: por lo generar es rubiona, y suave hácia la superficie.... pero sea lo que fuere, es cierto que, estos lavaderos son freqüentisimos en Chile, y que la inaccion de los Españoles y los pocos trabajadores que tienen, dexan en la tierra unos inmensos tesoros que podrian disfrutar facilmente: mas no limitandose á ganancias medianas, solo benefician las minas en que pueden hallar mayores utilidades; y asi, luego que se descubre alguna, concurren á ella gentes de todas partes, como sucedió en Copiapó y Lampaguí, que por este medio se poblaron rápidamente, habiendo concurrido tantos trabajadores, que en solos dos años se establecieron seis molinos en estas ultimas minas..... La Concepcion está situada en un pais, que no solamente abunda de todas las cosas necesarias para la vida, sino de infinitas riquezas: con efecto, en todas las inmediaciones de la ciudad se encuentra muy buen oro, particularmente á cosa de doce leguas hácia el E. en un parage llamado Estancia del Rey, de donde se sacan por medio de estos lavados aquellos pedazos de oro puro que en el pais llaman Pepitas, encontrandolos de ocho y de diez marcos de peso, y de muchisima ley. Tambien hubo tiempo en que lo sacaban de las cercanias de Angól, que distará de alli 24 leguas; y si los habitantes del pais fuesen gentes laboriosas, lo sacarian de otros infinitos parages donde se cree que haya lavaderos muy buenos, esto es, tierras que lo dan vertiendoles agua como diré despues...... A nueve ó diez leguas al E. de la ciudad (Coquimbo) están los lavaderos de Andacoll, cuyo oro es de 23 quilates, y en los quales se trabaja continuamente con mucha utilidad quando no se les escasea el agua, acostumbrando decir aquellos habitantes que la tierra es criadora, esto es, que el oro se forma en ella continuamente, fundandose en que despues de haber sido lavadas sesenta y aun ochenta años, se les encuentra igual cantidad de oro que á los principios. Ademas de los lavaderos que hay por todos aquellos valles, es tal la cantidad de minas de ero, y entre ellas algunas de plata, que se encuentran en las montañas, que podrian dar que trabajar á mas de 40Ϡ hombres. Yo supe del mismo Gobernador de Coquimbo que se trataba de establecer quantos molinos fuese posible; pero habia escasez de trabajadores." Frezier viag. pag. 144, 195, 232, 299.
  31. "Este Reyno de Chile es abundante de minas de toda especie, pero singularmente de oro y de cobre, cuyas minas son comunisimas. Coquimbo, Copiapó y Guasco tienen minas de oro, cuyo metal es llamado por excelencia Oro capote, siendo el mas apreciable entre quantos se han descubierto hasta el dia." Gazetero Americano en la palabra Chile.
  32. "Por encima de estos valles hay minas de plata, de azogue, de cobre, de plomo, y un numero tan grande de minas de oro; y es tanto el que se encuentra en las arenas de los arroyos, que cierto autor dixo que todo Chile es un compuesto de este precioso mental. Fue infinito el que sacó de alli Pedro de Valdibia que entró en Chile despues que Almagro, y que tuvo mas dicha que él al principio. Hizo beneficiar unas minas de oro tan rico, que cada Indio le daba 30 ó 40 ducados al dia; de forma, que aun quando no hubiese empleado en este trabajo mas que doce ó quince Indios, podia sacar 300 ó 400 ducados al dia, cerca de 10Ϡ ducados al mes, ó 120Ϡ al año. Esto conviene con lo que refiere el Inca Garcilaso en su historia, de que á Valdibia le cupo en suerte una parte de Chile, y que sus » vasallos le pagaban un tributo anual de mas de 100Ϡ pesos de oro." Sansón Abbev. Geog. en la palab. Chile.
  33. Queriendo un. N. Tiznado encaminar una acequia de agua á una posesion suya situada en los llanos de Huilquilemu, encontró, con admiracion suya, en el canal que abria para este efecto una vena de oro en polvo, que le produxo mas de 50Ϡ duros sin el menor trabajo. Lo mismo le sucedió á un tal Basso en uno de los sulcos que iba abriendo con el arado para sembrar grano. Estos exemplos no son muy raros; y los naturales dan el nombre de Mantas á esta especie de minas eventuales, que son siempre de poca extension.