Contra el mal de suegro
Glorioso San Sebastian,
Santo cabal y perfecto,
Mi alma como la tuya.
Como tu cuerpo mi suegro.
¿Todas las flechas á vos?
¡Qué poca razón tuvieron!
Suegros había en el mundo
Y habia casamenteros.
Yo que todos los dolores
Paso con un suegro eterno,
Que de él me queráis librar,
Como á santo, os pido y ruego.
Como dolor de costado,
Suegro de costado tengo,
Y con un suegro continuo
Seis años há que adolezco.
Me sabe á suegro y vinagre
Cuanto como y cuanto bebo;
Suegro hay por ante el comer,
Y al cenar, por postre, suegro.
Al que le duele la muela
El sacársela es remedio,
¡Y á mí que el suegro me duele.
No me dan este consuelo!
Si quisieran conmutarme
Este mal á otro tormento.
Yo tomara de lanzadas,
A diez por suegro sin miedo.
Suegra pascua le de Dios
Al que de yerno me ha puesto,
Y plegué á Dios que se vea
Tan yerno como me veo.
No hay cosa que se le iguale,
Todas son cosas de viento,
Como el llamar mi señor
A lo mismo que aborrezco.
Los suegros se vuelven lanzas,
No queda yerno con yerno:
A suegro y sangre va todo,
Y todo es suegro, y, á ellos.
Libradme, pues, santo mió,
De tantos ensuegramientos;
Muera yo de unas tercianas,
Y no de este parentesco.