Dentro en mi alma fue de mí engendrado
Apariencia
Soneto XXXI
Dentro en mi alma fue de mí engendrado un dulce Amor, y de mi sentimiento tan aprobado fue su nacimiento como de un solo hijo deseado; mas luego de él nació quien ha estragado del todo el amoroso pensamiento: que en áspero rigor y en gran tormento los primeros deleites ha trocado. ¡Oh crudo nieto, que das vida al padre, y matas al abuelo!, ¿por qué creces tan disconforme a aquel de que has nacido? ¡Oh, celoso temor! ¿a quién pareces?, ¡que la envidia, tu propia y fiera madre, se espanta en ver el mostro que ha parido!