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Discurso de Hugo Chavez en el acto de proclamación, 10 de octubre de 2012

De Wikisource, la biblioteca libre.
Discurso en Acto de proclamación
de Hugo Rafael Chavez Frías
Transmitido en cadena nacional el 10 de octubre del año 2012

Señora presidenta y rectora del Poder Electoral venezolano, doctora Tibisay Lucena; señoras rectoras, señor rector, trabajadoras y trabajadores, servidores públicos y servidoras públicas del Poder Electoral, un saludo muy especial a ustedes esta tarde de hoy.

—Aplausos.

No sólo a quienes aquí están, sino a esos miles y miles de servidores y servidoras del Poder Electoral que están dispersos a lo largo y ancho de nuestro territorio, habiendo logrado algo así como un milagro, porque en verdad cuando uno compara, los que hemos vivido ya un poco varias décadas pues, y uno compara lo que era, no el Poder Electoral, porque no había, era el órgano electoral venezolano de hace 40 años, 30 años, 20 años atrás, con lo que hoy es, con lo que hoy significa, con lo que hoy representa, no sólo el Consejo Nacional Electoral, sino todo el Poder Electoral venezolano, ordenado por el constituyente de 1999, en verdad es como casi un milagro la transformación que la Patria, que el Estado ha logrado, gracias a ustedes, gracias a ustedes, por eso mis felicitaciones.

—Aplausos.

Lo que ocurrió el día domingo 7 de octubre fue algo así como el proceso perfecto y los invito a que sigamos en esa dirección y creo que todas las instituciones del nuevo Estado social, de derecho y de justicia, deberíamos seguir el ejemplo del Poder Electoral venezolano, de cómo se ha conformado, cómo se ha constituido.

—Aplausos.

Con transparencia, con eficiencia, con entrega y allí están los resultados, por eso les reitero desde mi corazón, desde mi alma de venezolano, mis palabras de reconocimiento. Y subrayo, bueno, todo lo que mencionaba la presidenta Tibisay Lucena en sus palabras; a la Fuerza Armada Nacional igual nuestro reconocimiento, el mío como soldado, como compañero de tantos años, de tantas luchas.

—Aplausos.

Y más allá de la Fuerza Armada, a todo el pueblo venezolano, a todos, a todas las organizaciones políticas, movimientos políticos, a los votantes a quienes participaron en esa jornada memorable, batiendo récord histórico, más de 80 por ciento de participación es algo verdaderamente memorable.

Les saludo a todas y a todas, creo que todos estaríamos agradecidos de mi brevedad en esta ocasión, porque venimos de largas jornadas y de largos discursos, quiero saludar a todos, a la señora Fiscal General de la República, a la Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, la Defensora del Pueblo, la Contralora, a todos los ministros, ministras, el vicepresidente Elías Jaua, hasta esta semana tenemos a Elías como Vicepresidente, ha sido un excelente vicepresidente. Gracias Elías. Noble, trabajador, honesto, entregado, inteligente y humilde, sobre todo, muy humilde, gracias Elías por tanto, gracias por tanto Elías Jaua Milano.

—Aplausos.

Gracias. A ti y a tu esposa, tu hija, tu familia, y a todos quienes contigo han trabajado en la Vicepresidencia Ejecutiva de la República cumpliendo una labor también memorable y además aguantándome a mí que no es cosa fácil. No le recomiendo a nadie que sea Vicepresidente de la República, no le recomiendo a nadie. Por eso quiero que le demos un aplauso de apoyo, de estímulo, al nuevo Vicepresidente, que es Nicolás Maduro.

—Gritería y aplausos.

Al canciller Nicolás Maduro vamos a desearle mucho éxito y vamos a darle un aplauso de estímulo, de apoyo, ¡eh!, a Nicolás Maduro que ha sido también un gran servidor público de todos estos años en distintos frentes de batalla, en la Asamblea Nacional y luego en la Cancillería del Gobierno Bolivariano. Mucha suerte, Nicolás.

—Aplausos.

Ya ellos están haciendo sus actas y sus revisiones de traspaso del mando pues, como se dice en la jerga nuestra.

Bien, bueno es la dinámica, la nueva dinámica que ya entró en acción pues, los nuevos motores. Por eso agradezco mucho, señora Presidenta, señores, señoras rectoras, rector, este acto, este evento en la carpa, vine a conocer la carpa, no pensé que fuera tan grande y tan bonita, para ver si me la prestan, ¿no?

—Risas.

Claro, porque el salón aquel es muy pequeño, muy pequeño. Yo en ese salón he estado varias veces, la primera vez que estuve en ese salón brindé, con el entonces presidente electo, que era Carlos Andrés Pérez, fíjense ustedes cómo es la vida, yo brindé, por obligación pues, porque era ayudante del general del Consejo de Defensa Rodríguez Ochoa, tu compañero Santeliz. Mi general Santeliz, saludos, todo mi respeto y mi afecto a Santeliz Ruiz.

—Aplausos.

Ustedes saben que yo he estado cerca de la muerte en varias ocasiones y gracias a Dios que ha metido la mano a través de gente pues y de sucesos y de hechos. El general Santeliz es uno de los hombres que contribuyó a salvar mi vida el 4 de febrero de 1992.

—Algarabía y aplausos.

Después a él casi lo matan, le dieron unos tiros por allá en Las Mercedes, estando nosotros presos, ¿te acuerdas? Casi lo matan, creo que por cobrarle, porque al final no se determinó, fue un sicariato pues, él iba manejando y le dieron no sé cuántos tiros. Menos mal que fue uno sólo (risa). Gracias mi general. Sí, él salió manejando en su propio carro y me dijo: “Comandante, allá arriba están los francotiradores de la Disip, tienen órdenes de liquidarlo, la orden que dio el Presidente es que usted no salga vivo de aquí…”. Ya yo había rendido las armas, pero la orden era liquidarme allí. Y él, con el viejo Altuve Febres, los dos, en un carro civil dieron unas vueltas por ahí, confundimos a los francotiradores, terminaron disparándoles a un yip militar que esta solo ahí y salimos por la reja de atrás, y dimos no sé cuántas vueltas hasta que entramos al Fuerte Tiuna, fue por el Círculo Militar, por el Laguito, por ahí entramos hasta que me entregó allá al grupo de generales que estaba comandando la operación. 4 de febrero, de allá venimos camaradas de armas. Cuando veo a Rangel Silva, cuando veo a Barrientos, cuando veo a Carlos Alcalá, cuando veo a Molero, cuando veo a Pérez Escalona, todos ellos son muchachos, eran mis muchachos del 4 de febrero. Que Dios los bendiga, que Dios los bendiga muchachos, a ustedes y a todos aquellos soldados.

—Aplausos.

Y por aquí hay otro también, Briceño.

Y como he dicho, que Dios nos perdone pues, pero no había otra, no había otra, las circunstancias nos obligaron a la rebelión del 4 de febrero sobre todo después de la masacre de El Caracazo, un pueblo pasando hambre, un pueblo explotado, dominado, saqueado y luego masacrado, algo tenía que ocurrir, bueno ya estaba ocurriendo, el pueblo venezolano, ese heroico pueblo fue el primero en este planeta que se alzó contra las doctrinas neoliberales del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, el primero.

—Aplausos.

¡Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó! Pueblo bravo, pueblo bravío, pueblo heroico, pueblo de Bolívar. A ti todo nuestro amor, y el mío, y hoy más que ayer todo mi compromiso vital, existencial, como siempre, pero ahora reafirmado. Bolívar, hablando de Bolívar, el Padre Bolívar, recuerdo una de sus últimas cartas que de cuando en cuando yo cito por allí, Bolívar le escribe a Urdaneta, presidente encargado de la Gran Colombia que se hundía, Bolívar en Cartagena, y le dice: “Habrá elecciones y sólo si el pueblo me da su voto habrá Patria…”. Después de las elecciones a las que él invitaba a Urdaneta a convocar. Esa es una de las razones por las que hace años yo me convencí leyendo, leyendo y leyendo, investigando, investigando, de que Bolívar no pudo haber muerto de tuberculosis. No, él estaba desplegado en batalla, militar y política, y estaba invitando a elecciones, era septiembre, era 1830 desde Cartagena, poco antes de salir a Santa Marta. Y dice: “Una barrera de bronce —y cita una frase bíblica—, una puerta de bronce me separa de la Presidencia, no tengo legitimidad, sólo las elecciones me pudieran bañar de la legitimidad que necesito para retornar como ustedes quieren —le dice a Urdaneta— a la Presidencia de la República. Pero después de las elecciones se abrirá el horizonte político —dijo, escribió— y sabremos si hay Patria o no hay Patria…”. Parece que fue escrito el 6 de octubre de 2012, porque el 7 de octubre se despejó de nuevo el horizonte político y hoy lo sabemos, seguirá habiendo Patria en Venezuela.

—Aplausos.

Y eso no tiene que ver única y exclusivamente con este ser humano que aquí está, yo sólo soy un soldado, un soldado; una vida y una circunstancia que aquí me trajeron. No, no es porque ganó Chávez las elecciones que habrá Patria, es porque una buena mayoría, clara mayoría de venezolanas y venezolanos votaron por la Patria, votaron por el futuro.

—Aplausos.

Bolívar, Bolívar. Nosotros, creo que es bueno decirlo hoy también, desde siempre hemos visualizado nuestro proyecto como un proyecto histórico, histórico, es decir, de largo aliento, no llegamos aquí ni nunca tuvimos visión de cortoplacismo, nunca se me olvidará cuando tú estabas, que no caminabas todavía Rosita mía, hija primera, no caminaba Rosa todavía, no tenía un año; sí, porque ella nació en un septiembre y ese diciembre hubo elecciones presidenciales, cuando ganó el doctor Herrera, Herrera Campíns, recuerdo. Y en esos días nos reunimos en el humilde apartamento donde vivíamos en Maracay, algunos, dos militares muy jóvenes, otro dirigente político joven, de izquierda en ese tiempo, y un más experimentado líder político que venía bajando de las guerrillas, de las columnas guerrilleras por esos años, y estaba formando con un grupo de jóvenes un movimiento político, ese hombre se llamó Alfredo Maneiro, el gran Alfredo Maneiro.

—Aplausos.

Y recuerdo que después de una larga conversación, allí en Maracay, ya despidiéndonos por la noche, me dijo Alfredo: “Teniente Chávez, sólo quiero insistirle en algo, esto no es para mañana, no es por el corto plazo que andamos, esto es para largo, así que tenga paciencia…”. A lo mejor él me vio un poco impetuoso, a mis —¿cuántos Rosa?— 25, 26 años.

Siempre hemos tenido, pues, siempre vinimos asumiendo, vinimos dándole, imprimiéndole, entendiendo este proceso o este proyecto, como un proyecto histórico, necesariamente de largo aliento, de largos horizontes, de muchos caminos, como diría el gran Rómulo Gallegos, de las sabanas venezolanas: “Llanura venezolana, propicia para el esfuerzo, como lo fue para la hazaña, tierra de horizontes abiertos, toda caminos como la esperanza, toda caminos… —perdón me equivoqué— Toda horizontes, como la esperanza; toda caminos, como la voluntad…”. Un proyecto de largo aliento.

Necesariamente ha debido venir pasando por un conjunto de etapas, como ha venido pasando; necesariamente por un conjunto secuencial de ciclos. Ahora mismo estamos cerrando un ciclo y se abre un nuevo ciclo, un proyecto histórico fundamentado en una visión estratégica, política, geopolítica, humanista, en una teoría, un conjunto de ideas. ¿Cómo fue que dijo Carlos Marx? Carlos Marx dijo que la teoría, “la teoría se vuelve, se transforma, se transforma en fuerza material cuando se apodera de las masas”. La teoría se transforma o se convierte en una fuerza material cuando se apodera de las masas. Y luego señala Marx, desarrollado por Mészáros, István Mészáros, que la teoría hoy —dice Mészáros— hoy la teoría se enfrenta a un gran desafío, para que eso sea realidad. Es decir, para que ella se convierta en una fuerza material tiene por delante un gran desafío, y cuando digo teoría, pues digo también aquellos quienes la portamos, aquellos quienes la difundimos, aquellas y aquellos quienes la debatimos, la estudiamos, la teoría.

Ese gran desafío tiene como dos escalas, tiene como dos dimensiones, como dos planos. Uno, el de corto plazo. Cómo esa teoría puede captar, interpretar, entender, procesar, y solucionar hasta donde pueda las necesidades de un pueblo en un momento específico de la historia, en un momento específico de la vida humana. Ahora, 2012; ayer, 2011; mañana, 2013; antier, 2009. Pero al mismo tiempo el desafío está en que la teoría, y nosotros, repito, los que la portamos, la difundimos, etc., podemos con la teoría captar, entender, interpretar esas necesidades acuciantes de un pueblo en el momento específico de su vida humana; pero al mismo tiempo aferrándonos, aferrando esa teoría a lo que llamaba Carlos Marx también “el carácter radicalmente ilimitado de la historia”. He ahí el gran desafío.

Creo que el 7 de octubre estuvimos enfrentando una vez más ese gran desafío, y hemos vencido el desafío del 7 de octubre, el desafío y la carga del tiempo histórico.

—Ovación.

Sí, porque, entre otras cosas, la campaña adversaria, la campaña burguesa, la campaña de la derecha política, utilizó mucho el recurso de sobredimensionar o utilizar las fallas, las necesidades, los reclamos de un pueblo (risa), que carga todavía sobre sus hombros ¡500 años de dominación, 200 años de capitalismo salvaje, de saqueo!

Pero la derecha es muy hábil:

“Te das cuenta, no tienes casa todavía. Vota por mí, que yo sí te voy a dar casa.

Te das cuenta, que no te llega el agua todavía. Vota por mí, que yo sí te voy a poner el agua.

Te das cuenta cómo están las calles, llenas de huecos y están rotas. Yo sí te voy a arreglar las calles.

Te das cuenta que te llamaron y te inscribiste en la Misión Saber y Trabajo y todavía no tienes trabajo.

Te das cuenta que te graduaste en la Misión Sucre y te engañaron, porque ahora eres abogada, pero no tienes trabajo. O ahora eres técnico agrícola, pero no tienes trabajo.

Te das cuenta que te mataron un familiar. Te das cuenta, la inseguridad. Y yo sí voy a arreglar todo eso”.

Ese fue uno de los recursos más intensos que utilizó el marketing de la derecha. Sin embargo ahí está el resultado, más de 8 millones de conciencias dijeron: “¡No, no te creo!, yo creo es en el socialismo”.

—Gritería y aplausos.

Claro que este aspecto tiene como dos caras, como las dos caras de una moneda, la otra cara de esa misma moneda es que nosotros estamos obligados, nosotros como Gobierno y como Estado, a acelerar las respuestas eficientes y la solución a los miles y miles de problemas que aún perduran en el pueblo venezolano, estamos obligados a ser más eficientes, precisamente para continuar, cada día con mayor contundencia, enfrentando y derrotando el gran desafío y la carga del tiempo histórico. Porque Venezuela no puede volver más nunca al neoliberalismo.

No, este rumbo que llevamos es el rumbo de la salvación de nuestro pueblo, de la salvación de nuestra Patria, la construcción del socialismo bolivariano del siglo XXI en el marco de los mandatos de la Constitución de 1999.

—Aplausos.

Por eso, por eso quería hacer esta reflexión, muy, muy de Bolívar, muy de Bolívar, y la visión del tiempo histórico, y el desafío, y la necesidad de continuar fortaleciendo en nuestro pueblo esa conciencia, esa conciencia de que este es un proceso de largo aliento que va por etapas, que va avanzando por ciclos, que es imposible en un corto plazo solucionar los miles y miles de problemas de todo tipo que siguen aquejando a la población venezolana, producto, precisamente, del modelo capitalista que se instaló aquí desde siempre. El dominio de la burguesía, el saqueo de la burguesía y del imperialismo.

La transición al socialismo, la transición al socialismo. El período de Gobierno, que comenzará constitucionalmente el próximo 10 de enero de 2013, debe ser un período de mayor avance, de mayores logros, de mayor eficiencia en esa transición del capitalismo, del neoliberalismo al socialismo, que es la democracia. Ya yo ando, por supuesto, pensando, con mis compañeros y compañeras de los equipos, en la activación de nuevos y diversos mecanismos para lograr esto, incrementar la eficiencia del Gobierno.

También hay que decir que no estamos exentos, no hemos estado exentos de sabotajes. Además de nuestras fallas, además del cúmulo de problemas heredados, imposibles de solucionar en un corto plazo, además el sabotaje. El tema eléctrico por ejemplo, el tema eléctrico.

Faltando pocos días capturamos por allá por… ¿Dónde fue?, ¿eh? No, no le oigo. En Falcón. Y por aquí por Catia. Andaba, bueno, rompiendo cables, quemando subestaciones, lanzándoles guayas a los cables de alta tensión para generar apagones. No es que todos los apagones hayan sido producidos por ello. ¡No! Pero también ocurrió, ocurrieron actos de sabotaje. Para con ello tratar de lograr que el pueblo se confundiera y votara por el programa oculto. Porque ese es otro, yo creo que otro de los grandes éxitos. Creo que nuestro pueblo ha madurado tanto políticamente, que ahora la derecha venezolana se ve obligada a disfrazarse de izquierda para buscar los votos del pueblo (risa). ¡Eh! A disfrazarse de izquierda y a ocultar sus verdaderos programas, el paquete, el neoliberalismo, que es el programa burgués, pues. ¿Cuál otro puede haber? No, lo demás es mentira, lo demás es demagogia política.

Nosotros no, nosotros somos transparentes, ahí está el programa de la Patria, que entregué por cierto a usted señora Presidenta en el mes de junio, antes de iniciar la campaña electoral, y ese es nuestro programa. Y ahora lo estamos llenando de contenidos, desde las regiones, desde los pueblos.

Este resumen que está aquí, por ejemplo, es un conjunto de medidas, de acciones, de anuncios que hice a lo largo de la campaña, casi todos ellos recogidos de ahí de la región, de ahí del pueblo, de allí de las comunidades. Y yo aquí tengo este primer resumen.

Aquí hay, por ejemplo, fíjense, esa es otra cosa, con nuestra presidencia se acaba aquello, con nuestro proyecto, con nuestro Gobierno se acaba aquello de que “los candidatos ofrecían de todo y después se olvidaban”. Nosotros no, nosotros cada oferta, cada idea, cada respuesta la registramos, y es parte del compromiso.

Aquí, por ejemplo, las instrucciones más relevantes emitidas en la campaña:

Crear seis distritos motores de desarrollo en el estado Anzoátegui, en el marco del Consejo Federal de Gobierno.

Dos petroindustriales al sur del estado.

Dos agroindustriales al norte, hacia la Mesa de Guanipa.

Y dos más (turísticos, pesqueros) hacia el norte costero, la zona norte costera de ese estado Anzoátegui, por ejemplo.

En el estado Lara crear distrito motor en el Valle de Quíbor, en Yacambú, la zona de café; en la zona industrial urbana de Barquisimeto, y otro en la zona ganadera Sarare y Carora. Eso, desde allí, hasta por ejemplo crear un fondo estratégico cuyo objetivo sea apoyar con créditos y tecnología a empresas venezolanas que tengan perfil exportador, en el marco del Mercosur.

Y de allí señor canciller y nuevo vicepresidente, a partir de los próximos días, vamos a lanzar la Misión Mercosur, y esto es parte de esa misión, porque ahora Venezuela es Mercosur. Y ese es uno de los mecanismos para convertir a nuestro país en una potencia, en un país potencia en Suramérica.

Así que desde aquí… Por favor entréguele esto, señor teniente, al canciller Nicolás Maduro. Y esto es para que se cumpla al pie de la letra, señor canciller, señores ministros, señoras ministras, y pido a todos, gobernadores, alcaldes, y a los pueblos que trabajemos. Ahí hay un proyecto, por ejemplo, muy importante para convertir al pueblo de La Ceiba, allá en el estado Trujillo, en el Lago de Maracaibo, como sabemos, en un puerto internacional.

Ahí está el proyecto, Rafael, señor ministro, para comenzar de inmediato a elaborar el proyecto del ferrocarril, que debe unir el Orinoco con el Caribe, allá en por el puerto de aguas profundas en Araya, y luego seguirlo hacia abajo, hacia Santa Elena de Uairén, y luego, algún día, más temprano que tarde, ese ferrocarril llegará hasta Manaos, para unir el Amazonas con el Orinoco y el Caribe. Es Mercosur hacia el Caribe, y es Venezuela hacia el Amazonas, hacia el Río de la Plata, ¡es la potencia suramericana!

—Aplausos.

¡Ese es el proyecto histórico!

Cuando hablo de proyecto histórico y de largo aliento, me refiero a elementos que cada día deben ser más concretos, como estos, por ejemplo. No es sólo teoría. Por eso el desafío es que la teoría se convierta o se apodere de las masas de los pueblos, y de nosotros como parte de esos pueblos.

Otra idea que tengo, y la voy a adelantar, señor Nicolás… Miren donde va Nicolás, el autobusero, Nicolás era chofer de autobús en el metro, y cómo se han burlado de él.

—Aplausos.

La burguesía se burla, ¿no?: “¡Qué pena!”.

Bueno, señor vicepresidente entrante, señor vicepresidente saliente… Así me decían algunos a mí: “Señor Presidente saliente…”. ¡Saliente! Yo te aviso, chirulí.

—Risas y aplausos.

Bueno, ahora hay una idea, sólo se las voy a lanzar. tenemos las misiones, tenemos las grandes misiones. Nicolás, prepárate para las micromisiones, no digo más nada. ¡Micromisiones! Estoy elaborando, elaborando ideas, revisando notas.

—Aplausos.

Objetivo específico y fundamental de las micromisiones, que por micro serán muchas, allá en un pueblito, allá en una región, allá en una fábrica, allá en un liceo, allá en una escuela, micromisiones, allá en un municipio. Y estas misiones deben ser, estas micromisiones, en verdad serán gigantescas misiones, porque estarán asentadas en el Poder Popular, el pueblo organizado, el dueño y señor de esta Patria, de esta República, de esta Venezuela nuestra.

—Aplausos.

Y ese es otro de los elementos centrales de la nueva dinámica para lograr la mayor eficiencia en la transición política, económica, social, y en el combate a tantos males, el protagonismo del Poder Popular, continuar dándole más poder al pueblo, esa es la solución. No es el poder de las burocracias y de las élites lo que va a solucionar los problemas del pueblo. Darle poder al pueblo. Sólo el pueblo salva al pueblo, pero necesita poder, un pueblo con poder, con poder político, poder de conciencia; el poder del conocimiento, el poder que da la técnica, los recursos, los materiales, las finanzas, por ejemplo, Nicolás, la aplicación al máximo de la Ley de las Comunas, de la Ley de la Economía Popular, la Economía Comunal, de los bancos comunales.

—Aplausos.

Eso está en pañales apenas, pero ahí están las leyes, todas esas leyes enmarcadas en la Constitución Bolivariana. Por eso digo, el socialismo del siglo XXI está enmarcado en esta Constitución y esto me sirve, me valgo del momento para seguir haciendo un llamado a aquellos sectores, que aun cuando no comparten la tesis y la idea del socialismo, y por tanto seguramente votaron contra nosotros, contra esta propuesta socialista, les hago un llamado porque aquí, en nuestro programa, en el curso de esas cinco grandes líneas históricas que son los grandes objetivos históricos, la independencia nacional, la construcción del socialismo, construir el país potencia, dentro de la gran potencia suramericana; contribuir con el mundo pluripolar y finalmente contribuir a la salvación de la especie humana, el tema de la ecología y el ambiente, en el curso de esas cinco grandes líneas históricas tienen cabida todos los sectores de la vida nacional, aun aquellos que adversan al socialismo pero que juegan a una Venezuela soberana, libre, independiente, desarrollada, tienen cabida por supuesto aquí.

—Aplausos.

Yo los seguiré invitando al diálogo, al debate, a la propuesta, a mí me llamó la atención declaraciones que leí en prensa, Elías, del Presidente de Fedecámaras, ¿no?, diciendo que sí, que están dispuestos al diálogo, bueno al diálogo claro, no a la imposición, son dos cosas muy distintas, porque nosotros, eso sí, y ahora mucho menos después de esta ratificación esplendorosa del día 7 de octubre, estamos decididos, ahora más que ayer, a cumplir a fondo la Constitución Bolivariana y a construir el socialismo bolivariano del siglo XXI.

—Aplausos.

Y como diría el guerrillero heroico Ernesto Guevara, ese que un día como ayer dio su vida allá arriba en las montañas del Yuro, luchando por la dignidad de los pueblos, luchando por la humanidad humana, permítanme la expresión, el Che una vez dijo: “No se puede construir el socialismo con las armas melladas del capitalismo…”. El socialismo se construye con teoría socialista y con proyecto socialista, y por ese rumbo vamos a continuar transitando, consolidando, echando nuevas bases, construyendo nuevas estructuras, renovando.

—Aplausos.

Se impone una renovación en el proyecto socialista, renovándolo, aireándolo, fortaleciéndolo, autocriticándolo, corrigiendo, hay que corregir muchas cosas, pues quiero convertirme —cómo se llamaría— en el gran corrector de la comarca, pero llamo a todos a ser correctores, necesitamos corregir muchas cosas, renovar, reimpulsar, reanimar, para darle más fuerza y más vida al proyecto patrio, al proyecto socialista.

Señora Presidenta, señoras rectoras, señor rector, señoras y señores, compañeros y compañeras, pueblo todo de Venezuela, prometí ser breve y ya creo que tengo como una hora, pero bueno, he hecho algunas reflexiones que me parecían como pertinentes en este momento en el cual usted, señora Presidenta, ha dado sus reflexiones, ha leído el acta final de escrutinio del proceso perfecto del 7 de octubre, y bueno, me ha entregado ese modesto documento que me acredita como Presidente de la República para el nuevo período 2013-2019. Un día lo dije… Saludo al pueblo que está allá afuera plenando la Plaza Caracas y las calles aledañas.

—Algarabía y aplausos.

A esta Caracas, este centro de Caracas, pueblo, pueblo mío, pueblo amado. Lo dije un día, lo dije un día que tiene mucha relación con el día de hoy, que tiene mucha relación, mucha conexión con el día de hoy, fue el día aquel en el que por una gran mayoría también aprobamos la enmienda constitucional que permitió que Hugo Chávez fuese de nuevo candidato a la Presidencia y que ganásemos de nuevo las elecciones presidenciales, y que yo estuviese aquí hoy; si no hubiese sido por aquel día, que no es que sea un solo día, es un proceso pero que como que se condensó en aquel día, era, comenzaba el año 2008, 2009, yo salí al balcón, yo sentía como una angustia en el corazón, en el pecho, no sabía que decir cuando anunciaron ustedes el resultado, yo no sabía qué decir, y llamé a un sacerdote, el padre Rojas, de allá de Barquisimeto, y le dije: “Padre, tengo una angustia, no sé cómo explicársela…”. Y entonces fue como una confesión, tenía tiempo que yo no me confesaba, y entonces él después de oírme me dijo: “Yo sé lo que tú quieres, lo que tú quieres decir, lo dijo el Apóstol San Pablo…”.

“Dígame, dígame —le dije— porque yo no sé que voy a decir en el Balcón del Pueblo…”. Y es aquella frase de una carta del Apóstol San Pablo, yo hoy la digo de nuevo con mucha humildad, mucha, mucha humildad, porque yo lo que soy es un soldado, un soldado, eso es lo que yo en verdad soy, y todo lo demás es producto de una circunstancia, repito, pero la frase hoy la repito desde lo más profundo de mi alma, de hombre campesino y de soldado de este pueblo, se lo digo al pueblo venezolano y sobre todo a los pobres, es para todos, pero sobre todo a los pobres, porque dijo Cristo, mi Señor: “Bienaventurados los pobres, porque de ellos será el Reino…”. Los que más han sufrido, los que más sufren, las familias que más sufren.

—Aplausos.

El pueblo venezolano más humilde. Pero claro que es para todos, pero sobre todo para ellos y para ellas: Me consumiré gustosamente al servicio del pueblo sufriente, para tener Patria. ¡Viva la Patria!