Dolora - ¿Qué tienes Paula?
Nota: se ha conservado la ortografía original, excepto en el caso de la preposición á.
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—¿Qué tienes, Paula?
—No sé.
—¿Estás enferma, hija mía?
—No sé.
—¡Vamos! ¡qué manía!
—¿Por qué no respondes?
—¿Qué?
—Contesta: ¿quién te ha ultrajado?
—No sé.
—Paula, no me irrites
¿que deseas?
—Que te quites,
madrecita, de mi lado.
—¿No me quieres?
—¡Qué rareza!
—¿Qué te falta?
—Soledad.
—¿Qué te sobra?
—Tu bondad.
—¿Qué te duele?
—La cabeza.
—¿Nada más?
—Y el corazón...
—¿Qué tiene?
—¡Se me ha perdido! ...
—¡Adiós, Paula! que he oído
ahora tu confesión.
—¿Lo buscaré, madrecita?
—Déjale, que él volverá.
—¿Sólo?
—No
—¿Con quién, mamita?
—Quien lo llevó lo traerá.
—¿De veras, madre? Lo siento.
—Mal hecho, niña.
—¿Y por qué?
—No sé... me marcho.
—¡Un momento!
¿Por qué te marchas?
—¡No sé!