El contrato social: Libro Tercero: Capítulo X

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CAPÍTULO X.
Del abuso del gobierno y de su propension á degenerar.

Asi como la voluntad particular obra sin cesar contra la voluntad general, asi tambien el gobierno hace un continuo esfuerzo contra la soberanía. Cuanto mas crece este esfuerzo, tanto mas se altera la constitucion; y como aqui no hay otra voluntad de corporacion que resistiendo á la del príncipe, se equilibre con ella, tarde ó temprano debe el príncipe indispensablemente oprimir al soberano y romper el contrato social. Este es el vicio inherente é inevitable, que desde el orígen del cuerpo político, tiende sin descanso á su destruccion, á la manera con que la vejez y la muerte destruyen al fin el cuerpo del hombre.

Hay dos conductos generales, por los cuales un gobierno degenera; á saber, cuando se reduce, ó cuando el estado se disuelve.

Se reduce el gobierno, cuando pasa de un número mayor á otro menor, esto es, de la democracia á la aristocracia, y de la aristocracia á la dignidad real. Esta es su natural inclinacion [1]. Si retrogradase de un número pequeño á otro mayor, podria decirse que se debilita; pero este progreso inverso es imposible.

En efecto, el gobierno no muda jamás de forma sino cuando su resorte gastado le deja demasiado debilitado para poder conservar la que tiene. Segun esto, si aun se debilitase estendiéndose, su fuerza llegaria á ser del todo nula y aun subsistiria menos. Luego se ha de arreglar y estrechar el resorte á medida que cede; de otra suerte, el estado, al cual sostiene, se arruinaria.

La disolucion de un estado puede suceder de dos maneras. En primer lugar, cuando el príncipe deja de administrar el estado segun las leyes y usurpa el poder soberano. Entonces sucede un cambio notable; y es, que no se reduce el gobierno, sino el estado: quiero decir, que se disuelve el grande estado y que se forma otro dentro de este, compuesto tan solo de los miembros del gobierno, y que para el resto del pueblo ya no es mas que un señor y un tirano. De suerte que al punto que el gobierno usurpa la soberanía, se rompe el pacto social; y todos los simples ciudadanos, recobrando de derecho su libertad natural, pueden verse forzados á obedecer, pero no están obligados á ello.

Lo mismo sucede tambien cuando los miembros del gobierno usurpan separadamente el poder que solo deben ejercer en cuerpo; lo cual es una infraccion de las leyes no pequeña, y produce tambien un desorden muy grande. Hay entonces, por decirlo asi, tantos príncipes cuantos magistrados; y el estado, no menos dividido que el gobierno, perece ó muda de forma.

Cuando el estado se disuelve, el abuso del gobierno, sea el que fuere, toma el nombre comun de anarquia. Distinguiendo los gobiernos, la democracia degenera en ochlocracia, la aristocracia en oligarquia, y aun podria añadir que la monarquía degenera en tirania; pero esta palabra es equívoca y necesita esplicacion.

Segun la significacion vulgar, un tirano es un rey que gobierna con violencia y sin respeto á la justicia ni á las leyes. Segun el sentido exacto, un tirano es un particular que se arroga la autoridad real sin tener derecho á ella. De este modo entendian los Griegos esta palabra tirano: llamaban asi indiferentemente á los buenos y á los malos príncipes, cuya autoridad no era legítima [2]. Segun esto tirano y usurpador son dos palabras enteramente sinónimas.

Para dar diferentes nombres á cosas que son distintas, llamo tirano al usurpador de la autoridad real, y déspota al usurpador del poder soberano. Un tirano es aquel que se pone contra las leyes á gobernar segun ellas; un déspota, el que se hace superior á las mismas leyes. Asi es que un tirano puede no ser déspota, pero todo déspota siempre es tirano.



  1. La formacion lenta y el progreso de la república de Venecia en las lagunas, ofrece un notable ejemplo de esta sucesion, y es sumamente estraño que al cabo de mil doscientos años, los Venecianos parezcan hallarse aun en el segundo término, que empezó en el Serrar di consiglio, en 1198. En cuanto á los antiguos duxs que les echan en cara, por mas que diga el Squitinio della libertá veneta, está probado que nunca han sido sus soberanos.
    No faltará quien me oponga la república Romana, diciendo que siguió un progreso enteramente opuesto, pues pasó de la monarquía á la aristocracia, y de la aristocracia á la democracia. Estoy muy lejos de pensar de la misma manera.
    La primera fundacion de Rómulo fué un gobierno misto, que pronto degeneró en despotismo. Por varias causas particulares el estado pereció antes de tiempo, del mismo modo que vemos muere un recien nacido antes de haber llegado á la edad viril. La espulsion de los Tarquinos fué la verdadera época del nacimiento de la república. Pero esta no tomó desde luego una forma constante, porque solo se hizo la mitad de la obra no aboliendo el patriciado. Pues, de este modo, la aristocracia hereditaria, que es la peor de todas las administraciones legítimas, quedando en conflicto con la democracia, la forma de gobierno siempre incierta y vacilante no se fijó, como ha probado Maquiavel, hasta el establecimiento de los Tribunos: solo entonces hubo un verdadero gobierno y una verdadera democracia. En efecto, el pueblo no solo era entonces soberano, si que tambien magistrado y juez; el senado no era mas que un tribunal de segundo orden para atemperar y concentrar el gobierno; y los mismos cónsules, á pesar de ser patricios, primeros magistrados y generales absolutos en la guerra, solo eran en Roma los presidentes del pueblo.
    Desde entonces se observó tambien que el gobierno tomaba su inclinacion natural, y tendia con violencia á la aristocracia. Aboliéndose el patriciado, como quien dice, por sí mismo, la aristocracia ya no estaba en el cuerpo de los patricios como en Venecia y en Génova, sino en el cuerpo del senado, compuesto de patricios y de plebeyos, y hasta en el cuerpo de los tribunos cuando empezaron á usurpar un poder activo; pues las palabras no varian la esencia de las cosas, y cuando el pueblo tiene gefes que gobiernan por él, tomen el nombre que se quiera, siempre forman una aristocracia.
    Del abuso de la aristocracia nacieron las guerras civiles y el triumvirato. Sila, Julio César y Augusto llegaron á ser de hecho unos verdaderos monarcas; y finalmente se disolvió el estado bajo el despotismo de Tiberio. Luego la historia Romana no contradice mi principio, antes al contrario lo confirma.
  2. Omnes enim et habentur et dicuntur tyranni, qui potestate utuntur perpetua in ed civitate quæ libertate usa est. Corn. Nep. in Miltiad. Verdad es que Aristóteles, Mor. Nicom. Lib. 8, c. 10, distingue al tirano del rey, en que el primero gobierna para su propia utilidad, y el segundo, solo para utilidad de los súbditos; pero á mas de que generalmente todos los autores Griegos han usado en otro sentido de la palabra tirano, como se vé sobre todo en el Hieron de Xenofonte, se seguiria de la distincion de Aristóteles, que desde el princípio del mundo, no habria existido un solo rey.