Historia general de el Reyno de Chile/Preliminares
PRELIMINARES.
Sacaban á una ventana los antiguos del Reyno del Perú, con curioso adorno de láminas de oro, al hijo del Rey Inga, al rayar el Sol, para que reververando en él sus rayos les robasse a todos ciegamente la vista, y persuadidos a que era hixo del Sol le rindiessen adoraciones y le offreciessen votos. Y conociendo estas Provincias del Reyno de Chile, sin ese vano artificio, que V. Magestad es hixo del Planeta Quarto, luminar por su extension, el grande, y por su resplandor, el mayor, y que como natural heredero de sus luces sale en su coronacion a las ventanas de sus Reynos adornado de luces nativas y reververando resplandores heredados, le rinden adoraciones y le offrezen votos. Sea uno este libro, en que los Indios de Chile, despues de sus porfiadas y sangrientas guerras, comenzaron a dar la paz y obediencia debida a V. Magestad, y aunque la alternaron con guerras y alzamientos, al fin se sugetaron todos; y al Gobernador D. Juan Enriquez, que oy gobierna, le dieron la paz ciento y quatro Provincias y tiene muchos millares de indios reducidos a la obediencia de V. Magestad y deseosos de sugetarse a la divina y de recevir su Santa Fe catolica, que piden Predicadores, que no pueden hazer oposicion a la multitud de los que se glorian de vassallos de V. Majestad, y a esos pocos facilmente los rendirán sus luces, como de Sol que tan lucido sale quando tan resplandeciente nace, para quien vienen nacidos estos libros y pueden ufanarse de bien nacidos, pues nacieron para tanta dicha como para ser votados a las puertas de la luz y a las ventanas de un Sol que tan lucido nace. Y para que Gigante emprenda V. Magestad su carrera, aquí hallará en las güellas de sus Progenitores (que donde quiera que las ponian imprimian luces) passos que seguir en las conquistas temporales y en el celo de Dios. Con que podrá decir con el inclito Athalarico, Rei Godo, su ascendiente: Aliter de nobis non potitur cetdi, quam quod de nostris Parentibus creditur stimari..... [1] primero en el valor se espera que será el primero en acabarla. Que si del valor de Carlos el invicto se dixo que acompañado de su fortuna tubo tantas victorias quantas Provincias el orbe, verificándose de Su Magestad Cesarea mejor que de Pompeyo lo que dixo su historiador: Virtute duce comite fortuna, tot eius victoria fuisse quot sunt omnes... terranun, lo mismo se asegura la comun esperanza se verificará y con ventajas de V. Magestad. Y assi fortalecido de su valor y acompañado de su buena fortuna se puede seguro comprometer tantas victorias quantas Provincias cuenta el Orbe. Y en estas Provincias de Chile se las puede V. Magestad assegurar por militar en ellas tan valerosos capitanes y esforzados soldados en una y otra milicia, temporal y espiritual, que han ganado para V. Magestad imperios, y zelosos los conservan, sin heregias, sin errores, sin adoracion de falsos dioses ni sectas differentes, que es gloria de los Reyes católicos y de sus vasallos los Españoles, que donde quiera que dominan (dominando donde quieren) conserven la firmeza de la fe, sin verse manchada en tiempo ninguno con sectas differentes.
Hispanos rerum Dominos, gentem que tenacem.
Numinis, et nullis scelerantem secula sectis.
Con la asistencia del sol y de la luna se prometió la victoria Josué de aquellas naciones bárbaras. Et luna ne movearis. Y el Josué que hoi pelea estas batallas, tiene toda su confianza en las assistencias de V. Magestad, sol que nace a su dicha, y en las assistencias que la Luna Maria Santísima haze a este su Reyno y a sus exercitos, que contra los barbaros se ha visto en el ayre pelear, tirándoles polvo y reprimir con él su bélico furor. Que como de las Avexas notó Virjilio que quando en espesos esquadrones y aglomerados enxambres traban sangrientas batallas, no se ha aliado en el arte ni en la naturaleza mas efficaz remedio para reprimir su belico furor y sosegar sus rencuentros, que tirarlas polvo, con que luego se comprimen y quietan.
Assi para reprimir y desvaratar los espesos esquadrones destos barbaros chilenos, que porfiadamente han sustentado la guerra contra los Españoles, ha usado esta Divina Palas de ese medio, para contener con el polvo su demasiado orgullo. Quiera el Cielo que ninguno quede que no reconozca y venere a V. Majestad por hixo del Sol, quando tan feliz y fausto nace y tan lucido sale en su coronacion a las ventanas de sus Reynos, cuya vida guarde Dios, como todos desean.
No ha dexado diligencias al cuidado que no aya prevenido vigilante el catolico zelo de los Reyes de España para atraher al conocimiento de su Dios a las gentes bárbaras de todo este nuevo Orbe de las Indias y en particular deste Reyno de Chile, en cuyos altivos naturales halló luego la predicacion del Evangelio el tropiezo a las puertas, dando con ellas en los ojos a los ministros y a los primeros conquistadores y pobladores, haziéndoles fuerte resistencia sus armas y cruda guerra su osadia, juzgando que los exercitos del Rey de España serian como los del Rey Inga, monarca del Perú, que abiendo intentado su ambicion el ser obedecido de los Chilenos y venerado por hijo del Sol y entrado con cien mil combatientes hasta los Promocaes, no pudo dar passo adelante y le obligaron a dar muchos atras las armas y furor chileno. Mas la valentia Española, no con cien mil combatientes, sino con ciento y sesenta, penetró toda la tierra y a costa de muchos rencuentros y reñidas batallas pobló ciudades en toda ella, enfrenando al indómito Araucano, al Imperial altivo y al Valdiviano soberbio. Pero su altivez nativa, mal sufrida; su indomita cerviz, nunca sugeta al yugo; su natural inquieto, mal hallado con el nuevo imperio, movió siempre guerra, intentando sacudir el yugo y echar de sus tierras al exercito Español (aunque pequeño) como abia echado de ellas al numeroso del Inga. Y en esta vana pretension se han consumido y an consumido mas de cuarenta y cuatro mil Españoles (gran numero para las Indias, donde ay tan pocos) y an obligado a gastar a la Real hacienda treinta y nueve millones, eternizando su porfia la guerra en Chile y dilatándola por siglos, pues ya ha passado uno y se va continuando otro desde que comenzó esta guerra con el primer descubridor Almagro, año de 1535, hasta el de 1673, en que la va dando fin el Gobernador D. Juan Enriquez, trayendo a la obediencia de su Magestad ciento y cuatro Provincias, sugetando veinte mil lanzas y reduciendo a poblaciones cincuenta mil almas, como se puede ver en el último libro de su feliz gobierno, y de sus señaladas victorias [2] sin otras naciones que de la otra banda de la Cordillera nevada y de sus ardientes Volcanes, va conquistando y sugetando a la obediencia de las dos Magestades, por medio del padre Nicolas Mascardo, de la Compañia de Jesus, Rector de las missiones Apostolicas de Chiloé, que sin armas, sin soldados y sin gasto de millones, va conquistando millares de almas, con cuya relacion, gustosa y de edificacion, da fin este volúmen [3], variado con pazes y guerras segun la variedad de los tiempos y la inconstancia de los Indios. De todo lo qual he sido testigo de vista, que es calificacion de la Historia y credito de la verdad, que es el alma de ella. Vale.
Dos felicidades hallo discretamente unidas en esta tan deseada como aplaudida historia: la primera felicidad de la misma historia, pues habiendo acometido sus dificultades batientes tanta pluma grande que temiendo despeños de Icaro hizo la bella retirada, halló este Iayan aliento, que las atropelló todas. La segunda felicidad, la del Rmo. Padre Diego de Rosales, dos bezes méritissimo Provincial de esta Provincia, cuya pluma, siendo de Aguila en el buelo, ha sido Fenix por Unica, que venciendo una selva de incultas dificultades ha sido unica en llevarse los aplausos que han merecido sus repetidos desbelos. Todo cuanto veo en ella son luzes, a quien no se atrebe ni una sombra, prueba de la altura a que voló esta pluma feliz, que al sol solo quando está en su mayor altura le hazen cortesia las sombras. Nunca he visto el alma de la historia con mas alma que en esta y parece que la leia el Principe de la Eloquencia quando pintándola dixo: testis temporis, lux veritatis; Vita memorie; maestra Vite, et Vetustatis nuncia. Testigo de los tiempos la llamó, y es testigo tan fiel esta historia, que parece ha hecho escrupuloso juramento de decir Verdad. Luz dijo tambien que era de la Verdad, y han menester todas estas luzes estas Verdades que tanto tiempo han estado en las tinieblas de tan dilatado olbido, y quién, sino quien tiene tanta luz de este Reyno, pudiera dársela a esta historia? y asi como dixo: "La Verdad es los ojos de la historia," este libro es como aquellos Sagrados animales todos ojos, y es un estrellado cielo en quien compiten los ojos con las estrellas. Vida de la memoria afirmó que era, y a bizarrias tan dignas de memoria como las de esta historia, acierto discreto ha sido del Rmo. Padre Diego de Rosales darles tanta Vida como les dan los alientos de Eloquencia de su eruditissima Pluma. Y para esta historia me parece que dexó su epigrama un ingenio moderno:
"Illa ego, que gestís presum Custodia rebus
Diggeror quod caveas, quodque sequaris iter.
Prisca que ne veleris Vanescat gloria Sepeli,
Vivida deferant que monumenta damus
Mesine quis prudens, Vnde experientia maior
Qui me adit tamdem non mage doctus eat?"
La Historia general y Conquista temporal y Espiritual deste Reyno de Chile y Flandes Indiano, es el assumpto del M. Rdo. Padre Diego de Rosales, Provincial de la Provincia deste Reyno de la Compañia de Jesus, repartida en cuatro Tomos, dos de la Conquista Temporal y dos de la Espiritual [4]. Y es bien que tanto empleo sea digna ocupacion de tanta dignidad y magisterio y se emplee singularizado en esta Historia, en que escribe las propriedades y naturales de los hixos deste Chileno suelo, las conquistas, poblaciones y sangrientas batallas, y las pazes y obediencia que a su Magestad han dado los mas rebeldes y altivos naturales desta América, con los acrecentamientos que ha tenido en la Fe Catolica por los Apostolicos trabaxos de los Prelados y predicacion fervorosa de los Religiosos, con sus varones ilustres que ilustran esta Historia y dieron lustre a este nuevo Orbe. Y todo este assumpto tan grande le trata el autor con tan delgada y tan levantada pluma, con el calor nativo de la Verdad, que quita la sospecha de las opiniones que la variedad de escritores han puesto a tanto assumpto. Que quien escribe Historia debe ser con Pluma que dé vozes como la trompeta del Juicio, porque llama de los sepulcros a los muertos, volviéndolos a la vida a ser juzgados en el tribunal, no solo de los vivientes doctos, sino de los futuros; porque para juzgar con rectitud es necessaria ciencia con autoridad. O! quanta es la que acredita el Autor desta Historia en los mas arduos puestos y missiones! Ninguno le ha igualado en quantos habitaron el chileno emisferio. Es sol a cuyos rayos nadie se ha resistido a sus ardores. Pondero la virtud y autoridad del escritor para que se aprehenda solida la verdad de lo escrito en estos libros, debiendo parezer ellos, a imitacion de Dios, respetados de todos. Tanta fe pide el credito de quien escribe historia! Tanta es la que acredita el escritor de la presente. Doy esta por razon, porque en lo que se escribe nos enseña qui historica narrat, Spiritualia signat, exteriora, et vulgaria loquitur, et intima innuit. Terrena proponit et celestia exequitur. Que debe ser la Historia como Profecia, como dixo Augustino. Non tam historia, quam profetia, non minus prenunciandis futuris, quam preteritis enunciandis inveniatur intentio. Pues la historia se escribe para representar los sucessos passados y ser norma en quien se espresen los futuros. Este precepto de Agustino y Gregorio sigue con viveza el Autor de esta Historia, repartida en capitulos, no solo para quitar la confusion sino para hazer advertidos a los venideros a imitar las virtudes de los Heroes passados y evitar los casos de infortunios que precedieron. Todo lo enseña el Autor con admirable metodo. El estilo es grave, claro, proprio y sentencioso, con anuencia que deleyta y aficiona, persuadiendo quanto quiere, que es lo que dixo Sinesio: Verbum, et orationis, per us sententiis effluens; non affectatis tamen, neque navitur quesitis; sed ex clara, pristina eloquentia exercitatione ultro manantibus. La utilidad comun que causará esta Historia dada a la prensa se infiere de lo dicho, y tambien porque se verifica en ella, respecto de los que antes han escrito, con toda solidez las propriedades de la tierra, las conquistas de Chile y sus Varones Ilustres, Ecclesiasticos y Seculares. Lo mismo dixo Plinio el menor en el nombre y el mayor en las sentencias: Aliquot annis nihil generis eiusdem absolutius. Y añadiré yo aqui con toda verdad sus palabras: nec plenius, et verius scriptum. Todo se puede ver mas claro que la Luz en la que da su Autor a aquesta Historia, porque viene a ser inventione novicia, dispositione, et tota tractatione laudabiliter perfecta, sin que falte un apize para ser poderosa a dar reglas eficaces y avisos saludables, assi a los Gobernadores, a los milites, a los obreros Evangelicos y demas moradores destos climas y del orbe universo. Por todo lo qual debieran todos suplicar ansiosos al Autor ponga todos los medios efficaces para que se dé a la imprenta aquesta Historia, porque la goze en breve la comun usura. Este es mi parezer y le firmé en este Convento de N. Sa. del Socorro del orden de N. P. S. Francisco en la ciudad de Santiago en 26 de Marzo de 1666 [5]
Con ygual admiracion y agradecimiento he visto y leido La Historia general del Reyno de Chile, Nueva Es-Tremadura, que V. Rma. ha escrito en beneficio, honra y aprovechamiento de todos los hijos de la patria, con tan singular acierto y desvelo que juzgo será mui ingrato y desconocido quien no tributare obsequios y rendimientos eternamente venerables en los presentes y futuro siglos a la posteridad de V. Rma., porque darnos a ver y conocer en breve suma y epílogo succinto las calidades, excelencias y nobleza de la dulce patria, con los progressos militares de nuestros Antecessores, como en claro y verdadero espejo, es beneficio a que perpetuamente deben las gratitudes de tantos interessados gloriosa recompensa de alabanzas, y yo, como uno de ellos en nombre de muchos, porque hablo por mi Religion Sagrada de Redemptores, a quien le cabe no pequeña parte de tantas glorias, quisiera que mis palabras equivaliessen a los sentimientos de lo que he visto y esperimentado en el costoso trabajo que V. Rma. ha emprendido, que a no aver esperimentado personalmente infinitas de las verdades que escribe en el glorioso empeño y trabajo de sus continuas missiones, tubiera no solo por difficil sino es por impossible el acierto de tantas y tales circunstancias y curiosidades; mas Dios que dirige las acciones de V. Rma. a siempre gloriosos fines, lo fué labrando en tantos trabajos para que agora brille y luzga como finissimo diamante, en cuyos fondos se vean las verdades que acreditan sus escritos, aprendidos los mas a costa de esperiencias proprias. Por lo cual siento que es digna de imprimirse en eternos bronzes esta Historia general de Chile que V. Rma. ha escrito.
Guarde Dios la persona de V. P., como desea este su mas rendido Capellan y siervo de este Convento de Santiago, y Marzo 28 de 1666 años.
Los impacientes deseos que todo este Reyno de Chile ha tenido de ver salir a luz en cuerpo entero su lucida Historia general (que en circuncisos fragmentos y menudas noticias han estampado algunos Autores), solicitó el mio de ver la Historia general que en cuatro Tomos, dos de la Conquista Temporal y otros dos de la Espiritual, ha trabaxado el M. R. P. Diego de Rosales, Vice-Provincial de la Vice-Provincia de Chile de la Compañia de Jesus, Calificador de el Santo Officio de la Inquisicion y natural de Madrid. Vi esta Historia con ansias por ser la materia tan de mi agrado; remiréla con gusto repetido, y arrebatóme la dulzura de el estilo, lo grande de la erudicion y lo levantado de la elocuencia. Admiréla con singular suspension, por lo grave de las sentencias, por lo exquisito de las noticias y lo individual de las experiencias. Y arrebatóme tan dulcemente la suavidad de el Espiritu de el Autor y de las materias que trata, tan exemplares como provechosas, que lo que tubo principios de curiosidad paró en ansias de gozar en mas y mas dilatados tomos vigilias tan bien logradas.
Sale pues el Reyno de Chile en esta Historia general de las manos de su autor como Dios le crió: admirable en la fecundidad, colmado en la hermosura, repartido en la perfeccion; tan sin perder circunstancia en la verdad, tan sin añadir accidentes a la narracion y tan sin desfigurar con agenos afeites el natural, que quien le leyere en la Region mas distante le conocerá en este escrito como si le tubiera presente. Y verá tan al vivo los successos passados como si el tiempo ubiera suspendido su curso y agora se estubieran obrando. Alabanza que han merecido pocos historiadores, pues como los mas escriben de noticias agenas, padecen en la narracion lo que las especies que vienen de fuera a la vista, que se atenuan o crecen conforme ay de intermedio en lo que se apercive. Y suele parecer a los oxos mal informados una Ormiga Elefante por la cercania, y un Elefante Ormiga por la distancia. Y si tiene estos riesgos la visiva potencia, qué delitos no incurrirá el oido? Error que cometen muchos y ilusion de la vista que padecen los que no ven las cosas como son, de que se vee libre esta Historia, por no averse fiado el autor de relaciones, sino acreditado lo que refiere con la vista i con la atencion, pesando todos los successos con la valanza fiel de la Verdad.
Es assi que han escrito proprios y estraños historias de este Reyno: parece, empero, que a los proprios ha cegado el affecto, y a los extraños la passion, con que ninguno ha dado el retrato con forme al oeijinal. El proprio acensa de avaro al estraño y le hace pintar disformidades la accusacion; el esjraño accusa al proprio de prodigo, y por llebar su parecer adelante mengua en el estilo al objeto. Con que unos y otros, por firmes en su sentir, se veen comprehendidos en la pena de Horacio:
Y han dejado a Chile hecho un horrible Monstruo, causa de aborrecerle los que no le han habitado, y aun de no mirarle de buen semblante los que le habitan por no averle registrado. Ya sale con mexor fortuna o con su nativa belleza. Puede ser no sean tan espantosos sus lexos, aunque lo es su guerra. Y siendo assi que el escritor le ha mexorado fortuna, avivando al retrato las colores, se queda con la desgracia, pues siendo verdad que es probervio vulgar la sentencia de el Comico: Nil dictum, quin prius dictum: o mexor el Padre de las ciencias Augustino: Stamina et fila non numquam ponunt priores, vt. posteriores vestem inde conficiant. An tramado los anteriores tan mal el estambre o urdido tan sin concierto la tela, que todo ha sido confundir ilos y confundir ebras. Con que en mi sentir las anteriores pisadas han sido huellas en arena que el haliento de quien examina curioso la verdad las ha borrado. Tendrá, pues, el Auctor, si la desgracia de no hallar huella segura donde afirmar la planta, la gloria de ser el primero que ha sacado de este Reyno verdadera historia. Y que ha sacado de las sombras de el olvido a la Luz de el conocimiento hechos tan memorables y varones tan Ilustres en las dos conquistas, temporal y espiritual I es merito singular fixar el pie donde no halla alguna estampa de pie humano, y hazer presentes meritos y hechos que el tiempo avia ya trasladado de la otra banda de el olvido. Assi lo blasonó Horacio:
Libdra per vacuum posui vestigia princeps
Non aliena meo pressi pede.
Esta gloria se merece el Auctor por singular, y a la obra se debe la attencion mas desvelada por verdadera (que es el primer fundamento de la historia), por sentenciosa en el estylo, por exquiita en la erudicion, y por el todo de perfeccion que la adorna muchas acclamaciones, y Chile repetidos agradecimientos de que es deudor a su Paternidad y a toda su eminente Religion, que ha sido en este Reyno el Gayan que a sus ombros ha llebado el trabaxo de enderezar las plantas quando tiernas, de cultivarlas quando adultas, de conservarlas en la misma rectitud quando ancianas. Qué indio por Rebelde no ablandó su corazon a la efficacia de su palabra? Quién llegó al conocimiento de N. Fee en estas partes que no lo deba al fervoroso zelo destos dilegentissimos operarios y exercitados soldados de la milicia espiritual? Quién tiene sabiduria que no la haya bebido de la fuente perenne de estos Maestros? Para todos es necessaria esta sagrada milicia. Y en todo he visto exercitarse al M. R. P. Diego de Rosales: en las missiones y conversion de los infieles con admirable fruto, en el pulpito con general aplauso, en el confesonario con conocidos logros, en los gobiernos de dos veces Vice Provincial y dos Rector con singular prudencia y aceptacion comun, y en todo tan igual, que: Plurima sunt, sed pauca dico. Reservo al silencio lo mas por no hazer lo menos, o déxolo todo por no hacer contraria a mi sentir su modestia, y passo a pedir a su Paternidad M. R. que apresure el passo a que salga a luz esta historia, para que se imprima, no en papel que rasga el tiempo, si en laminas de bronce que prevalece contra el olvido. Que yo, en nombre de mí Patria, diré al Auctor de agradecido lo que en otra occasion dixo Angelo Politano de obligado: "Quam curan si non molesto animo pro amico sumpseris, habebis me profecto laudum in primis tuarun vocalissimun precemem, atque omni tempore memorie tue clarissime non ingratum; aut sane non frigidum debitorem. Assi lo siento en este convento de N. Sra. de el Rosario de Santiago de Chile, en 4 de Enero de 1666.
Nunca los ardides de una voluntad fina tubieron mejor empleo que quando se vieron ocupados en lo mismo que desean, porque, como dixo Seneca el tragico en su Octavia, no tiene la fortuna mejor prenda que verse el hombre inspirado de lo que aprecia mas fino. Interfortuna bona bis magna mentio amor est. A cuya minima seña, aunque fué para mucho precepto igualmente obedecido el mandarme censurar este historico compendio, salí tan interesado, que pudiera, por ser parte, recusarme lo affectuoso, si bien me debe adjudicar el titulo de censor lo fidedigno. He visto con desvelo y revisto con afficion esta general Historia del Reyno de Chile compuesta por el M. R. P. Diego de Rosales, de la Compañia de Jesus, Vice Provincial dos vezez en dicho Reyno y Calificador del Santo Officio de la Inquisicion, y si tengo algun voto en su juzgado, hallo por vista y revista, assi por lo generoso, tan llenas sus perfecciones, tan vivas sus propriedades, que fuera calificado agravio en tan lucido desvelo no comunicarle al Orbe, porque assi se dan con discrecion la mano entre sí las dos Conquistas, Espiritual y Temporal; assi se compiten con simultad de gala el estilo veridico y corriente con lo vario y deleytable del assumpto, que pareze los miraba presentes la erudicion de Erasmo quando en sus eruditos Apotegmas dixo: Vt illud opus est laudatissimum, inquo simul, et ars commendat materiam, et materia vicissim artem. Ita liber est optimus, inquo et argumenti utilitas commendat doquentiam, et autoris facunditas commendat argumentum. Comprehende tanto pielago esta historia, que pudieran, los que son Athlates en la pluma, rezetarlo temerosos, pues de otro menos profundo dixo Propercio a Mecenas:
Quid me scribendi tam vastum mitis in ¿quor?
Mas el generoso haliento del autor que aqui venero le surca tan imperioso, que deshaziendo el enredo de sus confusas ondas y la niebla de sus espumas turbias, lo reduze a cristalino espexo en cuyo campo se miran expresadas con claridad elocuente las grandes marabillas deste nuevo mundo. Sale, pues, oy esta Historia de las manos de su dueño tan ameno Paraiso, que en Rosas, Flores y fruto conduce a la eleccion, no corto equivoco, sin saber a qué parte reclinarse. Tan sabia es su bariedad y tan para invidiados sus assumptos! Aqui se ven del Chileno Pais las mas finas perfecciones, tan ligitimamente divuxadas que con emulacion compite con el original lo divuxado. Tan ajustados se miran aqui el intento y la verdad, que sin admitirse a falsos accidentes, solo atestiguan en la obra o la vista del autor o el mas fidedigno informe y relacion. Siempre he sido de opinion que en los Incendios de Troya lo fuera mejor testigo Eneas que Maron, porque este solamente las oyó, pero aquel sobrellevó en sus valerosos ombros el peso de sus tragicos sucessos, a quien le tocó el dezir: Et quorum pars magna fui. Y siendo su P. M. Rda. el que en las dos Conquistas, Espiritual i Temporal, supo con tolerancia de Gigante llebar sobre sus oxos la Fe que plausible operario ha predicado, y sobre sus ombros el peso de lo temporal, subdividido en belicos cuydados y politicos, sin faltar al consexo de la guerra ni al desvelo de la paz, siempre le será debido a rigores de justicia el credito mas seguro, sin que aya diente mordaz ni aya satirica pluma que lo censure picante, por aber visto ambos mundos con duplicado aspecto de dos rostros y con vista duplicada. Refirió Persio de Jano que no ubo pluma atrevida que se osasse a picarle con traidora emulacion. At ergo quen nulla ciconia pinxit. Cuyo simil affianza en esta obra un mas que vulgar seguro, pues tiene con clara vista examinados los dos Polos o dos Mundos de la Espiritual Conquista y de la Temporal, en que se parte con igual sutileza su desvelo, sin que pluma satirica le pique ni diente mordaz le amague, porque el contexto de la obra se defiende tan cabal que no admite lugar a su desdoro. Aqui podrá entregarse sin rezelo el curioso lector, que en esta floresta amena hallará con perfeccion vinculadas las propriedades naturales que solicita para su lustre una acabada historia; aqui tiene lo ajustado del estilo, que nunca se veneró mas este que quando mas rodado; aqui lo conciso en el dezir, lo claro en el explicar, coronando esta excelencia el lustre de la verdad, que es la Joya de los tiempos, sin que falte lo suave que deleite ni lo doctrinal que enseñe. Aqui tiene el zeloso operario escuela donde aprender; el milite, catedra; el politico, maestros que le adiestren, y todos los que la vieren tienen Universidad donde aprender apurados documentos. Y si entre las nueve Musas se llebó Clio la primada, dándola el primer lugar, porque en retorico estilo supo cantar los hechos memorables, historiando lo vario de los tiempos: Clio gesta canens transactis tempora redit, como la aplaudió el Poeta, oy se merece el autor esta clara preeminencia, pues a sacado a la estampa las memorias valerosas que yacian sepultadas, reviviendo a sus expensas tantos heroycos varones como en ella se contienen. Pintó la antigüedad al Tiempo en forma de un Gigante voraz y destruidor: Tempus edax rerum. Metamorph. 15. Tu que invidiosa Vetustas omnia destruis. Y si como refiere Lyra y lo trahe de los Hebreos (I. Reg. 4) a David se le dió la corona porque animoso le quitó de las manos a Goliad Gigante las tablas de la ley que pretendia destruir: Dicunt Hebrei, quod iste fuit David, qui videns tabulas in manibus Goliat Githei, abstulit de manibus eius, et reportavit eas in Silo, desde oy se debe esta corona al desvelo del autor de aquesta historia, pues con animo denodado emprendió lo que otros solo intentaron en amagos, y a quitado de las manos al tiempo, voraz Gigante, las tablas inmemorables que corrian al olvido, transformándolas en laminas de bronce, donde le eternizarán a dilijencias de la fama. Assi lo siento y juzgo.
Santiago de Chile, 22 de Marzo de 1665.
Con vanidad pudiera haver leydo la Historia general de mi Patria, el Reyno de Chile, que el padre Diego de Rosales, Provincial de la Compañia de Jesus y Califícador del Santo Oficio, ha compuesto en dos tomos, comprehendiendo en el uno la Conquista temporal y en el otro la espiritual de Campiones ilustres, si al rejistrar sus primeras inscripciones y al cerrar sus ultimos periodos no me ubiese embargado el gusto, el empeño a las aclamaciones y la admiracion a la suspension reverente, que esse fué, segun San Ambrosio, el estilo de los sabios del Cielo, prorrumpir en alabanzas al leer el titulo de aquel Libro de Historias sagradas del Apocalipsis y enmudecer reverentes al romper el ultimo sello o al leer el ultimo capitulo de la historia: et cum apervisse sigillus septimus factum est silentius in Cælo, que no se alaba dignamente con palabras lo que no pasó a la admiracion del silencio. Digo que con Vanidad pudiera haver leydo esta Historia que da a conocer a Nuestro Reyno, a quien emulos los tiempos en embidiosa confederacion de elementos han querido confundir desde su cuna, aun sin dejarle vestir los pañales de ojas o cortezas en que la historia suele grabar de pluma sus empresas. Y con correr ya para dos siglos su conquista (primer nacimiento a la Luz Evangélica), no se havia visto hasta agora con esta gala entera que le ha dado un caudal rico de todos talentos, aviendo sido antes solos Sentones o tiras las noticias con que algunos lo han sacado a publico, y para esse desaliño mejor fuera averlo dejado a escuras, que fué lo de Ovidio:
Tam mala thersiten prohibebat forma latere
Quam pulchra Nereus conspiciendus erat.
Sácale, pues, el Autor con la Variedad hermosa de noticias, tan digno de ser visto que se ha de arrebatar las atenciones. Y pues aun antes que alcanzase su nombre al Artico polo, su antipoda se ha visto en fatales infortunios desecho, ya con guerras en que le assolaron siete ciudades los Indios Rebelados, ya con terremotos que le arrasaron las tres mas principales, y con alzamientos que le despoblaron todos sus Presidios y fortalezas militares: de estas zenizas lo haze renazer Fenix para la eternidad esta Historia. Y si, como dixo Clemente Alexandrino, es la historia el remedio y medicina mas eficaz contra la dolencia del olvido: Recorduntur Scripture monimenta ad oblivionis medixamentus, no ay duda que deve Chile la vida de su fama a que resucita sus sepultadas memorias, y fuera lastima que un Reyno tan ameno, floresta la mas deliciosa que se admira en sus Valles, y Ramillete apacible de verdores floridos en sus montes, a quien la naturaleza o la fortuna concedió el privilegio del fabuloso Arbol a quien cortado el ramo de oro le renacia otro,
Primo avulso non deficit alter,
Avreus, et simili frondecit Virga metallo,
aviendo sido tan repelado de sus ramos de oro en sus Presidios y Ciudades repetidamente destruydas y con pujante vigor otras tantas renobado, le faltase un sabio Eneas que por sus manos lo ofreciesse de la otra parte del desmemoriado Leteo en aras de la inmortalidad.
Y parece que solo el Padre Diego de Rosales pudo, con la floridissima fecundidad de su Ingenio, hazer oferta de este pimpollo de oro, tantas vczes retoñezido quantas sentidamente desgreñado. Que si en los Rosales del Pesto corrieron tan benignas las influencias que cortada la Rosa brotaba otra y dos vezes al año se desojaban en aromas rosados los botones,
el animado Rosal de su nombre ha dado en un año en dos tomos apacibles Rosas de delicioso Recreo a las potencias, sin la punta sangrienta de la mordacidad picante de que suelen armarse las Historias, y puede decir
Pienso que entre los Historiadores de mejor credito podrá volar el del Autor con la satisfaccion de testigo ocular en la mayor parte de su historia, porque si, como dejó assentado el antiguo Plauto,
Pluris est oculatus testis, quam auritis?
Decem, qui audiunt audita dicunt, qui vident planeserunt
que vale sobre diez testigos el que lo es de vista, sobre treinta años de Misionero Apostolico tiene empleados con desvelo zeloso entre los soldados guerreros e yndios chilwios, penetrando desde las primeras fronteras de Arauco y Yumbel hasta lo mas fragoso de las montañas por Puren, Boroa, Imperial, Tolten, Valdivia, Villarrica, Osorno, en cuyos intermedios ay innumerables provincias espaciosas que pueblan aquellos sombrios quanto impenetrables bosques; sin que se escapase a su fervor lo inaccesso de las cordilleras, donde estampó sus güellas evangelizadoras de paz sobre sus cumbres de nieve y pasó a la otra vanda de los Puelches a sugetar su zerviz al yugo de las dos Magestades. De donde dio un vuelo qual nube evangelica de Isaias al laberinto de yslas estériles del afamnado Archipielago de Chiloé, teatro glorioso de empleos apostolicos de la Compañia de Jesus, donde en dos dedos de piraguas surcan golfos en que han naufragado galeones muchos de alto bordo, sin que le haya quedado ysla en su pielago, pedernal en sus sierras, ni arbol en sus bosques, hierba o flor en sus prados, ni arroyo o rio en sus valles, que no aya rejistrado su curiosidad; y en lo que esta ha andado mas sol, ha sido en el conocimiento de las costumbres de estos indios, de sus Ritos, Cultos, Religion y Sacrificios, valiéndose de su lengua natural, en que es tan consumado como si fuesse hijo de la tierra, siéndolo de la Corte de Nuestro Catolico Monarca la coronada Villa de Madrid. Quiso, para que no padeciesse su Verdad, la tacha que puso Tulio a los testigos: In prendo testimonio quanta cumque sit autoritas, propter coniunctionem affinitatis, motor putanda est. Y siendo esta de un testigo ocular y de agena Region, no le toca ninguna de las generales para el crédito. Y assi no muebe guerra de treynta años acá en cuyas batallas no aya assistido capellán esforzado; no trata pazes que su direccion e yndustria no estableciesen; no recapitula Gobierno en quien no tuviesse lugar su consejo; no numera Presidio a que su caridad no assistiesse; no trata conquista espiritual en que no se aya empleado su zelo. Las conversiones de infieles por la mayor parte son fruto de sus trabajos; los fervores de los misioneros o son zondas de sus adelantadas güellas o imitacion de sus empleos. Finalmente, no trata costumbres supersticiosas que no aya destruido con su predicacion, ni ydolatria que no aya desterrado su zelo.—Ninguno tan de experiencia pudo referir las penalidades de la ostilidad como quien estuvo treze meses cercado en el corazon de la tierra de toda la fiereza de Aucaes, en el fuerte de Boroa, por cuya direccion y acuerdo se mantuvo aquella fortaleza con asombro de la tierra. Esto todo Chile lo conoce.
Pero lo que yo admiro con Seneca en esta obra, que en medio del Gobierno de una provincia de que repetidamente por cinco años fué Provincial con dos patentes de Nuestro Padre General, la huviesse emprehendido y acabado en él de Rector de este Colegio Maximo de Santiago. Y si abemos de conceder con el Estoyco que nulla res bene exerecri potest ab homine occupato, los que le hemos visto tan de la obligacion de sus oficios atender con desvelo a la plenitud de su obligacion, y luego leemos lo admirable del trabajo, con noticias tan singulares y erudicion esquisita, no tendremos que decirle con Plinio: Tenegotiis distineri ob hoc moleste fero, quod, descruire studiis non potes. Pues no le ha embarazado a estudio tan vigilante cuidados tan gigantes de colegios y Provincia; antes que, allaremos con Cassiodoro, la queja satirica de los Ingenios comunes, que ya se ha visto uno descomunal en cuidados bien encontrados satisfacer con desahogo. Cesset nunc illa satyris Doctoribus querubis usurpata sentencia, quia duabus curis ingenium non debet occupri, que muy bien desempeñado queda del empeño en que le puso tan ventajoso concurso de prendas relevantes. Que si en Castilla se principiaron sus letras y crecieron en lima con ventajas, con admiracion se adelantaron y rehizieron en Chile con el exercicio de ministerios de la Docta Sagrada Compañia que cuarenta años ha manijado, siendo tan sin defesso operario que parece se crió en la doctrina estoyca, que enseña Tandin deficere hominem quandiu non proficit. Y para que no falte un lleno tan feliz de buenas Letras, todos le devemos suplicar con Lisipo prosiga en desvelos semejantes: expende et novis voluminibus icriomanra sustenta; pues a todos va, y a nosotros la enseñanza y al Autor la inmortalidad, que conseguirá en la estampa tan bien merecida, sin que tenga ápice que desdiga de ella. Assi lo siento en este Colegio de Santiago de Chile y Marzo 31 de 1666.
Leí la Historia General de esta Nueva Estremadura (assi llama y bien al Reyno de Chile su discreto historiador el Reverendisimo Padre Diego de Rosales, de la Compañia de Jesus, Provincial dos vezes meritissimo de esta esclarecida Provincia, Calificador del Santo Oficio, natural de Madrid y gloria ilustre de aquel suelo, que siempre se ha ennoblecido floreciendo con los antiguos Rosales de su casa). Leíla con curiosidad al principio, luego con gusto, y passéla con admiracion al fin, pareciéndome que estaba conmigo leiendo esta misma historia Sidonio y que me decia: Legimus opus operosissimum multiplex, acre, sublime, bi partitum; digestum titulis, exemplis que congestum; scripserat enim plura ardenter plura pompose, simpliciter ista, nec argute illa, nec callide; gravia mature, profunda sollicite, dubia constanter, argumentose disputatori, quedam seucre, quepiam blande, cunda moraliter, Lecte potenter, eloquentissime. Hemos leido en esta Historia una obra de mucho desvelo y estudio, opus operossissimum; una obra que por su materia es varia y deleitable, multiplex; por el ingenio de su autor, valiente, acre; por el florido estilo con que se dispone, realzada, sublime; está repartida en dos assumptos, de la conquista temporal el uno, de la Espiritual el otro, que son dos grandes alas de la fama con que a de volar dichoso a la eternidad este Reyno, bi partitum; distínguense los libros por claridad en capitulos, digestum titulis; una obra toda llena de hechos famosos, memorables, ya de belicos Gobernadores, ya de Predicadores Evangelicos, exemplis que cogestum; escribió con viveza y diligencia ardida aqui el Author, sctipserat plura ardenter; con adorno vistoso de sentencias, plura pompose; con Verdad llana los successos, simpliciter ista; no lastimó, sí estimó a todos su pluma, nec argute iste, nec callide; trata las materias graves con peso maduro, gravia mature; las profundas, sollicito, profunda sollicite; las dudosas, constante, dubia constanter; las argumentables, disputando con uno y otro derecho en doctos pareceres que propone, argumentosa disputatorie; unas vezes severo, quedam severe; otras suave, quepiam blande; y siempre enseña, cuncta moraliter; siempre deleita: erudito, docto, elocuente. Assi leíamos con Sidonio.
Mas luego, yo solo, advirtiendo que la alma toda de la Historia consiste en la Verdad mas legal con que se escribe, hallé que el Rmo. Padre Diego de Rosales puede en quanto a la verdad decir que ha escrito evangelios, pues allá el Evangelista secretario, quando mas quiso acreditar el testimonio de la Verdad, la razon que dio fué decir que escribía y daba fee de lo que avia oido, visto y tocado con sus manos: quod audiamus oculis nostris, quod perspeximus, et manus nostre contrcctaverunt, annunciamus vobis. Y puede su Rma. sacar la cara entre todos los historiadores del mundo y decir que ha escrito de este Reyno de Chile lo que en él ha oydo de los mas veridicos y antiguos originales, lo que ha visto por sus ojos y tocado con sus manos, pues desde los primeros años de su mas florida edad, en que se ofreció de Europa a la espiritual conquista de este nuevo mundo, comenzó a correrle todo, y despreciando cathedras que sus lucidas prendas le merecian no dexó parte de Chile que no viesse y tocasse con sus manos, como el maior misionero que su Religion sagrada en estas partes ha tenido, en Arauco, en Tucapel, Paicabi, Tolten, la Imperial, entre barbaros infieles, ya cathequizando y bautizando innocentes, ya convirtiendo adultos, ya reduciendo rebeldes, acompañando muchas vezes al exercito español y entrando con los Señores Gobernadores las campeadas a poner de paz toda la tierra, como quien tan dueño fué siempre de las voluntades del indio: díganlo Puelches y Pegüenches, que a todos los ganó y puso de paz mas mansos que unos corderos devaxo de las armas del Leon de España; que a entrambas magestades ha servido en este Reyno, siendo su Moyses y su Josué a un mismo tiempo en la paz y en la guerra en los Tercios y fuertes Españoles, ya refrenando con su religioso zelo la licencia militar y ya oponiéndose, quando la fuerza del caso lo pedia, a los asaltos enemigos: buen testigo es Boroa, quando el ultimo y general alzamiento, el qual (voz es de todo este Reyno) milagrosamente se mantubo a industrias y esfuerzos solamente suios mas de un año en lo ultimo y en lo mas empeñado de la guerra, con muy pocos de los nuestros, imbadido de inmensas tropas de barbaros, que como fieros Leones, dando vueltas al frente, le sercaban y por instantes le embestian. Pero qué cuento? que parte tiene este Reyno de Chile nostri non plena Laboris, puede su Reverendissima decirme, pues nunca su ardiente zelo supo parar, y aun despues que sus conocidos talentos le retiraron al gobierno de toda su religiosa Provincia, visitando sus casas y Colegios, volvió a correrlo todo, llegando asta el desviado Chiloé, a donde ninguno de los Provinciales ha llegado. Diga pues con mucha razon en su Historia que es conocida experiencia y verdad cierta cuanto escribe, pues escribe no solo lo que ha oido de los mas fieles antiguos originales que con diligente examen ha averiguado de todos los casos del Reyno, desde su primera Conquista, sino lo que en mas de cuarenta años de assistencia ha visto por sus ojos y tocado por sus manos: quod audivimus, quod vidimus oculis nostris, quod penpeximus, et manus nostre contrectaverunt, annunciamus vobis.
Y haziendo tan conocida fee en quanto escribe, bien puede su Rma. en su historia singularmente engrandecerse y lebantarse con aquella gloria del mejor escritor, que decia: Dico ego opera mea Regi, Lingua meacalams scribe. "Dedico mis obras al Rey, mi lengua es pluma de escribano" Quiere decir que es tan de la Verdad quanto escribe, que no ay palabra que en su lengua no tenga el testimonio mismo de Verdad que pudiera tener en la pluma de un escribano que da fee y autoriza y assi, que obra o escritura tan real no la dedica sino al Rey: Dico ego opera mea Regi, Lingua mea calamus scribe. Ni menos le asusta en este Grande Historiador el Velociter scribentis, pues su pluma, por lo veloz ligera, mas parece que ha volado por los anales del tiempo que corrido por los espacios del papel, dexando asombrado a este Reyno de ver en tan breves dias, en medio de las grandes continuas ocupaciones de gobierno, tan perfectamente acabada una obra que en tantos años no pudieron principiar muchos ingenios, que quantas vezes la emprendieron tantas vencidos de la difficultad se retiraron, dexándola sin duda para esta pluma voladora y para esta mano valiente. Miraba Exequiel aquellos mysteriosos animales, llenos de plumas, que andaban apostando ligerezas con el mismo rayo en los aires: et animalia ibant, et reberteban tur in similitudinem fulguris coruscantis; pero admiraba yo la mano de un hombre que iba devaxo de sus plumas; et manus hominis sub pennis eorum: que las plumas vuelen no es marabilla, que son plumas, pero que aya mano de un hombre que pueda seguir y atener con una pluma voladora, esta sí que es marabilla. Miro la pluma de esta Historia, que apostando al rayo mismo ligerezas ha volado por el dilatado campo que en este nuevo mundo se descubre, pero admiro la mano del author valiente que en tan relevado estilo pudo seguir sin parar los vuelos de tal pluma. Y me parece oygo en esta ocasion al mas florido de los Poetas celebrando la dicha de este Reyno, cuias militares azañas, hasta oy sepultadas en la region mas obscura del olvido, ya en esta historia se ven subitamente florecer y salir con vida inmortal para el theatro del mundo.
Mavortia signa rubescunt
floribus, et subitis animantur frondibus haste.
sí ya no lo dixo mejor el ingenioso emblema de aquel que de una parte puso a la Parca fiera acabando y arruinando Reynos, y de otra parte un libro curiosamente entretexido y coronado de rosas, quando cantó assi:
Regna cadunt, Vrbes pereunt, meque fuit olim
Roma manet, preter nomen inane nihil
Sola tamen rerum, doctis quesita Libellis
Ehfugíunt structos fama decusque rogos.
Sí assi es, que aunque la muerte y el tiempo sepultaron los hechos memorables y azañas dignas del bronce, assi en la paz como en la guerra, de aquellos antiguos ilustres Conquistadores de este Reyno, ya los restituyó a la Vida en la memoria de todos esta Historia General en cuatro tomos, curiosamente entretexidos y coronados de tantas rosas quantas floridas sentencias en ellos galanamente ha pulido el Rmo. P. Provincial Diego de Rosales, su Author, de cuyos dignissimos desvelos juzgo que, sobre serles debida la estampa, les deberá todo este Reyno de Chile estar muy reconocido y estamparlos en las aras del agradecimiento. Pues en vano su belica virtud y ardimiento militar fuera entre estos Leones chilenos la mas gloriosa embidia de Marte, si lo sepultara todo el olvido y nunca llegara a aplaudirse con las luces de esta Historia: bien lo dixo este Epigramma:
Egregys frustra, virtus se bellica gestis
Inflat, et ad laudes nititur ire suas
Ni scriptis vulgata cius sit fama per orbem
Y fiat radiss clarior Historie.
Assi lo juzgo en esta ciudad de Santiago de Chile, y Marzo 29 de 1673.
Quis me Centimanum faciat? Centum oribus ornet?
Vt Centum pennis, et centum Didace Linguis
Te celebrem, magnosque tuos laudare labores
Pro merito possim. Da, dulcis Apollo, favores
Ex Helicone tuos, coeant la Cœrula caste,
Bellerophontis atque concinnent plectra canoras
Castalidam voces, colludat Pegasus alis
Vatidicis, digno sociatis carmine Nymphis,
Inque tuam excurrant Grata omnia Didace Laudem.
Bina voluminibus, quam spargis in ærea justis.
Materies justa est, Parnassi encomia justi
Quam super Astra feranc, vocitent nova Sydera Cœli.
Nam facis Heroes Chileno Marte sepultos
Surgere Pœnices, potatos sanguine campos
Eructare Duces; Cogis de funere vivas
Fata animare Pyras, Famæ vt clangore renatos
Immortalis Honos radiantibus ínserat Astris,
Hos equidem Heroes, qui extremas Chilis ad oras
Hesperys animis Victricia signa tulêre
Plus ultra Australes, plus ultra Oriona, Columnas
Herculis evicti, gelidññae}} trans culmina Zonæ
Limite transcenso, traiectis æquore terris,
Alga vbi Sævis stat Magellanica ventis
Conglaciata Tethis rigido spumantis hiatu,
Regnat vbi immanis staturæ corpore molis
(Cœsareum dixêre genus) sævi accola ponti
Naufragio Hesperio celebris, Freta Stricta vocati,
Quodque magis mirer Cunus vix vnus Iberum,
Exiguus numero, Vi solâ, et Pectore Magnus,
Sæpe per innumeras acie penetrante phalanges,
Barbara prostravit truculentis agmina sclopis.
Pes pede connexus, fixis vmbonibus Vmbo,
Mucrones Capulis immixti, scuta sagittis
Fixa venenatis, virulenta Ancylia Peltis
Sanguine concretis, Loricæ, atque arma furori
Intertexta auras eclipsavêre fragorum
Horrisonis Litvis, frendentum hinnitus equorum
Dum glebam quassat, strepitu dum calcitrat Æthra
Barbara Colluvies etenim hœc velut absque pavore
Nata mori potius, quam vivere, sponte cruoris
Prodiga diffusi credit se vulnere nasci
Magnanimo, inque novos recreari cæde Gigantes
Plaga illi est Laudi, sua gloria summa cicatrix,
Morte sibi æternos promittit Nestoris annos
Æmula Vulcani, vel Ætnæ nominis ignes
Se spirare putat, tomitru vel fulguris almam
Se iactat Sobolem tigridum, vel more Leonum
Fulmina proiectans oculis, gaudetque ferarum
Exvuiis artus hirsutis cingere inermes,
Arrogat imperium dominandi in saxa, procellas
Neptuni, vel Nereidum sævasque Charybdes.
Progeniem Atlantis se jurat, et Astra reniti
Forte suâ velutique Déos se iura per Orbem
Dictare, atque suos hinc æternare triumphos,
Cumque nihil mortale sibi commune fatetur
Tamquam immortales exhalat pectore vires.
Verum Hispana Cohors, quam Laudas, Didace, vanas
Has Indum nugas deliria ludicra duxit,
Fixit et æternis sibi Nomina parta trophæis.
Hæ ego cum scirem te oculato teste patrari
Sat magno annorum spatio, conteste meoque
Tempere, quo trinis te vidi vivere lustris,
Quando alternantis grassantia prelia Lusus
Fortunæ struxêre suos, dum Mœnibus arctis
Hostibus inclusus fere obsidioni bienni
Vitam inter, Lethumque tuum defendere vitam
Fecisti socios certæ Spes vnica vitæ.
Eego macte animo, te tanta trophæ coronent,
Quanta aliis suspensa Tholis Sua Penna refixit [6].
Soc.tis Jesu.
Al Eco grato de tu dulze historia,
A la elocuente voz con que suave
das vida a la virtud, y a Chile gloría,
O Gran Rossales! despertó del Grave
Sueño en que ya mi Musa he sumergido
el genio, que en la edad larga no cabe.
A descolgar del tronco del olvido
Volvió mi gratitud el instrumento
que en la primera edad sonó atrevido.
Debida accion: debida al docto aliento
Con que del español inmortalizas
Lo que obró en este Polo su ardimiento.
Sepultadas en pálidas cenizas
de un ingrato silencio, sus hazañas
estubieron hasta oy, que las atizas;
Ya de luz militar el orbe bañas
Con la noticia de sus hechos cierta,
Sin nota de poéticas marañas.
Siguió Ercila, siguió la senda incierta
del alto monte, y con valiente estilo
de esta noticia nos abrió la puerta;
Pero corriendo el fabuloso hilo
que piden los assumptos de un poema,
no halló en sus versos la verdad asilo.
Otros en literario honroso tema
de este assumpto emprendieron, y en su buelo
no se despeñó, y otro se quema.
Cada qual de estos es pobre arroyuelo
que en una o otra accion corriendo escasos,
apenas lame su licor el suelo.
Solo tú. Grande occeano, en tres passos
del orbe bañas sus espacios todos,
Sorbiendo a todos los distantes cassos.
Aun quando el mar del sur en sus recodos
Ignoró el Español, errado diente
que a la gentilidad limpió sus codos.
En aquel siglo obscuro, en que potente
el Inga dominó con su braveza.
De Chile la nevada altiva frente;
Tu pluma con histórica destreza
patente nos describe su conquista,
primera luz de la chilena alteza;
Hasta que Almagro prosiguió a su vista
de este descubrimiento lo remoto
en quanto Copiapó de Arauco dista.
Valdivia, cuerdo y mas diestro piloto,
Pobló con genial fuerte osadia
Lo que está en ser y lo que vemos roto.
En general histórica armonia
nos lo engarza tu grave magisterio,
arrebatando la atencion mas fria.
Alto el lenguaje, por el grave imperio
Se esplaia como rio caudaloso
huyendo en culto ambágico misterio.
Ostenta en lo moral lo sentencioso,
en la verdad con rígida censura
lo cierto afirma, excluie lo dudoso.
Quantas yerbas y plantas la espessura
de estos montes alienta, los escribe;
su calidad, su effecto y su hermossura.
Porque a la diligencia que concibe
nada se le escondió de quanto vario
vegetativo o sensitivo vive.
En las costumbres, que al teson boltario
de una larga mission notó el recelo,
lo mas oculto enseña del contrario.
Qué mucho, pues, qué mucho, si su zelo
en seis lustros que acude a su doctrina
estas noticias brujuleó el desvelo?
Al fin en esta tabla peregrina
hallarás, o lector, aquella parte
a que tu proprio natural se inclina.
Si guerras quieres ver del crudo Marte,
escrito en sangre de estas dos naciones
sus tragedias verás, leerás su arte.
Aqui en varias belígeras questiones
en que ha casi dos siglos que contienden,
los casos te darán admiraciones.
El bélico teson con que defienden
la patria cuatro bárbaros desnudos
contra el rayo español, en que se encienden
Solo al bote que arrojan sus membrudos
brazos, de la disforme horrible lanza,
sin fuegos, sin apeses, sin escudos.
Siete ciudades gimen su mudanza
desmanteladas al coraje fiero
que assi se restituye, assi se abanza.
El fin de tanto capitan guerrero,
i la defensa con victoria tanta
le niegan a esta guerra el paradero.
Mas si le tiene, o Musa, canta, canta
solo tu assumpto, y deja al descursista
la ocasion diga que mordaz lebanta.
Si mas quietud en mas sagrado Lista
busca tu natural, ya te le ofrece
del Evangelio la feliz conquista.
La mies fecunda admirarás, que crece
en tan fieros y adustos naturales
lo que impossible a la rasson parece.
Pero qué mucho, si obran inmortales
armados de constancia y osadia
los que aun el orbe es poco a sus raudales?
La militar ardiente compañia
de Jesus que imitando sus proezas
la Caridad de Ignacio las es guia.
Aqui verás vencer las asperezas
con que el mar de Chiloé quiebra su Histmo
en islas, en corrientes, en malezas.
Naufragar les verás aquel abismo
en la debilidad de embarcaciones
solo por augmentar el christianismo.
Quántos, de gran veneracion, varones
al peligroso trato de esta vida
su vida an dado entre estas afficciones?
Al fin de aquello y de esto entretexida,
con partes eruditas y cabales,
la general historia te combida.
Venera con aplausos inmortales
¡o lector! la fragancia que derrama
rossa que da el rossal de este Rossales.
Y tu, Chile, que vives ya a la fama
resucitando señor del olvido
por la voz docta que tus hechos clama,
Con respecto al trabajo agradecido
prebee a sus desvelos la corona
del oro que Andacollo da bruñido.
Pero es vil el metal, pide a la Zona
que le ministre de sus luzes bellas,
que a tanta erudicion y a tal persona
solo es corona digna la de estrellas.
Aviendo nuestro Santissimo Padre Urbano VIII, a 15 de Marzo de 1625, en la Santa Congregacion de la Santa Romana y unibersal Inquisicion, sacado a luz un decreto y confirmádole a 5 de julio de 1634, con el qual prohibió que se impriman Libros acerca de Varones celebres en Santidad o fama de martires que passaron desta Vida, o ya contengan estos libros milagros, hechos o revelaciones, o qualesquiera otros beneficios alcanzados de Dios por intercession suya, sin reconocimiento y aprobacion del Ordinario, y las cossas que desta calidad hasta aora estan impressas sin esta aprobacion de ninguna manera quiere que se tengan y passen por aprobadas; aviendo el mismo Santissimo Padre, a 5 de julio de 1631, declarado que no se admitan elogios de Santo o Beatificado absolutamente que caigan sobre la persona, aunque sí los que caen sobre las costumbres y opinion, con protestacion al principio de que los tales elogios no tengan autoridad de la Iglesia Romana, sino la Fe que les diere el Autor: insistiendo en este decreto y su confirmacion y declaracion, con la obserbancia y reverencia que se le deve, professo y declaro que ninguna de las cosas que refiero en este primero y segundo tomo quiero entenderla o que otro la entienda en otro sentido de aquel en que suelen tomarse las cosas que estriban en autoridad solo humana y no divina de la Católica Romana Iglesia o de la Santa Sede Apostólica, excetuando solamente aquellos que la misma Santa Sede puso en el Catalogo de los Santos, Beatos o Martires.
- ↑ Lo corrosivo de la tinta empleada en el manuscrito ha hecho inintelijibles varias palabras de esta dedicatoria de pésimo gusto, i es de sentir no la haya devorado por entero.
- ↑ Estas palabras confirman plenamente nuestra persuasion enunciada en la vida del padre Rosales sobre que éste prolongó su historia hasta el gobierno del presidente Enriquez.
- ↑ El autor habla aquí de segundo tomo, pero es solo uno, porque, como ya hemos dicho, el 1.° iba a contener su descabalada historia eclesiástica, llamada por él Conquista espiritual, i la cual no se ha publicado ni se publicará jamas probablemente.
- ↑ Ya hemos esplicado lo que esto significa.
- ↑ Esta fecha se refiere a la primera época en que Rosales terminó su obra i debió pensar en darla a los con todos su requisitos, entre los cuales estas pedantescas i ponderativas censuras eran enteramente indispensables. Ya hemos dicho que el autor continuó su obra mas tarde hasta 1674 i probablemente hasta una época posterior de dos o tres años.
- ↑ No respondemos de la pureza de este latín, contentándonos con copiar al pié de la letra el orijinal.