Historia general del Perú, o Comentarios reales de los incas (Tomo I)/Capítulo XLI

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Nota: Se respeta la ortografía original de la época

CAPÍTULO XLI.

Niegan los Indios haber cometido delito alguno Inca de la sangre real.


No se halla, ó ellos lo niegan que hayan castigado ninguno de los Incas de la sangre real, á lo menos en público: decian los Indios que nunca hicieron delito que mereciese castigo público ni exemplar, porque la doctrina de sus padres, el exemplo de sus mayores y la voz comun que eran hijos del sol, nacidos para enseñar y hacer bien a los demas, los tenia tan refrenados y ajustados, que mas eran dechado de la república que escandalo de ella. Decian con esto que tambien les faltaban las ocasiones que suelen ser causa de delitos, coma pasion de mugeres, ó codicia de hacienda ó deseo de venganza; porque si deseaban mugeres hermosas, les era lícito tener todas las que quisiesen; y qualquiera moza hermosa que apeteciesen y enviasen á pedirla a su padre, sabia el Inca, que no solamente no se la habian de negar, mas que se la habian de dar con grandísimo hacimiento de gracias de que hubiese querido baxarse á tomarla por manceba ó criada. Lo mismo era en la hacienda, que nunca tuvieron falta de ella para tomarla agena, ni dexarse cohechar por necesidad; porque donde quiera que se hallaban con cargo de gobierno ó sin él, tenian á su mandar toda la hacienda del sol y la del Inca, como gobernadores de ellos; y sino lo eran, estaban obligados los gobernadores y las justicias a darles de la una ó de la otra todo lo que habian menester; porque decian, que por ser hijos del sol y hermanos del Inca, tenian en aquella hacienda la parte que hubiesen menester. Tambien les faltaba ocasion para matar ó herir á nadie por via de venganza ó enojo, porque nadie les podia ofender, antes eran adorados en segundo lugar despues de la persona real; y si alguno, por gran señor que fuese, enojase algun Inca, era hacer sacrilegio y ofender la misma persona real; por lo qual era castigado muy gravemente. Pero tambien se puede afirmar que nunca se vió Indio castigado por haber ofendido en la persona, honra, ni hacienda á algun Inca, porque no se hallo tal, porque los tenian por dioses; como tampoco se halló haber sido castigado Inca alguno por sus delitos, que lo uno cotejan con lo otro, que no quieren confesar los Indios haber hecho ofensa a los Incas, ni que los Incas hubiesen hecho grave delito, antes se escandalizan de que se lo pregunten los Españoles; y de aquí ha nacido entre los historiadores de su nacion decir uno de ellos que tenian hecha ley, que por ningun crimen muriese Inca alguno. Fuera escandalo para los Indios tal ley, que dixeran les daban licencia para que hicieran quantos males quisieran, y que hacian una ley para si y otra para los otros. Antes lo degradáran y relajáran de la sangre real, y castigáran con mas severidad y rigor; porque siendo Inca se habia hecho auca, que es tirano, traidor, fementido.

Hablando Pedro de Cieza de Leon de la justicia de los Incas, capítulo quarenta y quatro, acerca de la milicia, dice: Y si hacian en la comarca de la tierra algunos insultos y latrocinios, eran luego con gran rigor castigados, mostrándose en esto tan justicieros los señores Incas, que no dexaban de mandar executar el castigo, aunque fuese en sus propios hijos &c. Y en el capitulo sesenta, hablando de la misma justicia dice: Y por el consiguiente, si alguno de los que con él iban de una parte á otra, era osado de entrar en las sementeras ó casas de los Indios, aunque el daño que hiciesen no fuese mucho, mandaba que fuese muerto &c., lo que dice aquel autor sin hacer distincion de Incas á no Incas, porque sus leyes eran generales para todos. Preciasse de ser hijos del sol, era lo que mas les obligaba á ser buenos por aventajarse á los demas, asi en la bondad como en la sangre, para que creyesen los Indios que lo uno y lo otro les venia de herencia: así lo creyeron, y con tanta certidumbre, segun la opinion estos, que quando algun Español hablaba loando alguna cosa de las que los reyes ó algun pariente de ellos hubiese hecho, respondian los Indios, no te espantes que eran Incas; si por el contrario vituperaba alguna cosa mal hecha, decian: No creas que Inca alguno hizo tal; y si la hizo no era Inca, sino algun bastardo echadizo, como dixeron de Atahualpa por la traydora que hizo á su hermano Huascar, Inca legítimo heredero, como dirémos en su lugar mas largamente.

Para cada distrito de los quatro en que dividieron su imperio, tenia el Inca consejos de guerria, de justicia, de hacienda. Estos consejos tenian para cada ministerio sus ministros, subordinados de mayores á menores hasta los ultimos, que eran los decuriones de á diez, los quales de grado en grado daban cuenta de todo lo que en el imperio habia, hasta llegar a los consejos supremos. Habia quatro visoreyes, de cada distrito el suyo. Eran presidentes de los consejos de su distrito: recibian en suma la razon de todo lo que pasaba en el reyno para dar cuenta de ello al Inca. Eran intermediarios á él, y supremos gobernadores de sus distritos. Habian de ser Incas legítimos en sangre, experimentados en paz y en guerra. Estos quatro y no mas eran del consejo de estado, á los quales daba el Inca orden de lo que se habia de hacer en paz ó en guerra, y ellos á sus ministros de grado en grado hasta los ultimos. Y esto baste por ahora de las leyes y gobierno de los Incas: adelante, en el discurso de sus vidas y hechos, irémos entretegiendo las cosas que hubiere mas notables.