Historia general del Perú, o Comentarios reales de los incas (Tomo I)/Capítulo XLVIII

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Nota: Se respeta la ortografía original de la época

CAPÍTULO XLVIII.

Alcanzaron la cuenta del año, los solsticios y los equinocios.


Mas con toda su rusticidad alcanzaron los Incas que el movimiento del sol se acababa en un año, al qual llamaron huata: es nombre que quiere decir año, y la misma dicion sin mudar pronunciacion ni acento, en otra sinificacion es verbo, y significa atar. La gente comun contaba los años por las cosechas. Alcanzaron tambien los solsticios del verano y del invierno, los quales dexaron escritos con señales grandes y notorias, que fueron ocho torres que labraron al oriente, y otras ocho al poniente de la ciudad del Cozco, puestas de quatro en quatro, dos pequeñas de á tres estados poco mas ó menos de alto, en medio de otras dos grandes; las pequeñas estaban diez y ocho ó veinte pies la una de la otra: á los lados otro tanto espacio estaban las otras dos torres grandes, que eran mucho mayores que las que en España servian de atalayas, y estas grandes servian de guardar y dar aviso para que descubriesen mejor las torres pequeñas: el espacio que entre las pequenas habia por donde el sol pasaba al salir y al ponerse, era el punto de los solsticios. Las unas torres del oriente correspondian a las otras del poniente del solsticio vernal ó hiemal.

Para verificar el solsticio, se ponia un Inca en cierto puesto al salir del sol y al ponerse, y miraba a ver si salia y ponia por entre las dos torres pequenas que estaban al oriente y poniente: y con este trabajo se certificaban en la astrología de sus solsticios. Pedro de Cieza, capítulo noventa y dos, hace mencion de estas torres. El P. Acosta tambien trata de ellas, libro sexto, capítulo tercero, aunque no les dan su pnnto. Escribieronlos con letras tan groseras, porque no supieron fixarlos con los dias de los meses en que son los solsticios, porque contaron los meses por lunas, como luego dirémos, y no por dias; y aunque dieron a cada año doce lunas, como el año solar exceda al lunar comun en once dias, no sabiendo ajustar el un año con el otro, tenian cuenta con el movimiento del sol por los solsticios para ajustar el año y contarlo, y no con las lunas; y de esta manera dividian el un año del otro, rigiéndose para sus sembrados por el año solar y no por el lunar; y aunque haya quien diga que ajustaban el año solar con el año lunar, le engañaron en la relacion; porque si supieran ajustarlos fixáran los solsticios en los dias de los meses que son, y no tuvieran necesidad de hacer torres por mojoneras para mirarlos y ajustarlos por ellas con tanto trabajo y cuidado como cada dia tenian, mirando el salir del sol y ponerse por derecho de las torres.

Las quales dexé en pie el año de 1560, y si despues acá no las han derribado, se podria verificar por ellas el lugar de donde miraban los Incas los solsticios, á ver si era de una torre que estaba en la casa del sol, ó de otro lugar que yo no lo pongo por no estar certificado de él.

Tambien alcanzaron los equinocios y los solemnizaron muy mucho. En el de Marzo segaban los maizales del Cozco con gran fiesta y regocijo, particularmente el Anden de Collcampata, que era como jardin del sol. En el equinocio de Septiembre hacian una de las quatro fiestas principales del sol, que llamaban Citua Raymi, r sencilla: quiere decir fiesta principal que se celebraba, como en su lugar dirémos. Para verificar el equinocio. tenian columnas de piedra riquísimamente labradas, puestas en los patios ó plazas que habia ante los templos del sol: los sacerdotes quando sentian que el equinocio estaba cerca, tenian cuidado de mirar cada dia la sombra que la columna hacia. Tenian las columnas puestas en el centro de un cerco redondo muy grande que tomaba todo el ancho de la plaza ó del patio; por medio del cerco echaban por hilo de oriente a poniente una raya que por larga experiencia sabian dónde habian de poner el un punto y el otro. Por la sombra que la columna hacia sobre la raya, veían que el equinocio se iba acercando; y quando la sombra tomaba la raya de medio a medio desde que salia el sol hasta que se ponia, y que á mediodia bañaba la luz del sol toda la columna en derredor sin hacer sombra á parte alguna, decian que aquel dia era el equinocial. Entonces adornaban las columnas con todas las flores y yerbas olorosas que podian haber, ponian sobre ellas la silla del sol, y decian que aquel dia se asentaba el sol con toda su luz de lleno en lleno sobre aquellas columnas. Por lo qual en particular adoraban al sol aquel dia con mayores ostentaciones de fiesta y regocijo, y le hacían grandes presentes de oro, plata, piedras preciosas y otras cosas de estima. Y es de notar, que los reyes Incas y sus amautas, que eran los filósofos, así como iban ganando las provincias, así iban experimentando, que quanto mas se acercaban á la línea equinocial, tanto menos sombra hacia la columna al mediodia, por lo qual fueron estimando mas y mas las columnas que estaban mas cerca de la ciudad de Quitu, y sobre todas las otras estimaron las que pusieron en la misma ciudad, y en su parage hasta la costa de la mar; donde por estar el sol á plomo, como dicen las albañiles, no hacia señal de sombra alguna á mediodia. Por esta razon las tuvieron en mayor veneracion, porque decian que aquellas eran asiento mas agradable. para el sol, porque en ellas. se asentaba derechamente y en las otras de lado. Estas simplezas y otras semejantes dixeros aquellas gentes en su astrología, porque no pasaron con la imaginacion mas adelante de lo que veian materialmente con los ojos. Las columnas de Quitu y de toda aquella region derribó el gobernador Sebastian de Belalcazar muy acertadamente, y las hizo pedazos porque idolatraban los Indios en ellas: las demas que por todo el reyno habia, fueron derribando los demas capitanes Españoles como las fueron hallando.