Historia general del Perú, o Comentarios reales de los incas (Tomo I)/Capítulo XXV

De Wikisource, la biblioteca libre.
Nota: Se respeta la ortografía original de la época

CAPÍTULO XXV

Testamento y muerte del Inca Manco Capac.

Manco Capac reynó muchos años, mas no saben decir de cierto quántos: dicen que mas de treinta, y otros que mas de quarenta, ocupado siempre en las cosas que hemos dicho; y quando se vió cercano á la muerte llamó á sus hijos, que eran muchos, así de su muger la reyna Mama Ocllo Huaco, como de las concubinas que habia tomado, diciendo que era bien que hubiese muchos hijos del sol. Llamó asimismo los mas principales de sus vasallos, y por via de testamento les hizo una larga plática, encomendando al príncipe heredero y a los demas sus hijos el amor y beneficio de los vasallos; y á los vasallos la fidelidad y servicio de su rey, y la guarda de las leyes que les dexaba; afirmando que todas las habia ordenado su padre el sol. Con esto despidió los vasallos, y á los hijos hizo en secreto otra plática, que fue la ultima, en que les mandó siempre tuviesen en la memoria que eran hijos del sol para le respetar y adorar como á Dios y como á padre: dixoles que á imitacion suya hiciesen guardar sus leyes y mandamientos, que ellos fuesen los primeros en guardarles para dar exemplo á los vasallos; y que fuesen mansos y piadosos, que reduxesen los Indios por amor, atrayéndolos con beneficios y no por fuerza, que los forzados nunca les serian buenos vasallos, que los mantuviesen en justicia sin consentir agravio entre ellos; y en suma les dixo, que en sus virtudes mostrasen que eran hijos del sol, confirmando con las obras lo que certificaban con las palabras para que los Indios les creyesen; donde no, que harian burla de ellos si les viesen decir uno y hacer otro. Mandóles que todo lo que les dexaba encomendado, lo encomendasen ellos á sus hijos y descendientes de generacion en generacion, para que cumpliesen y guardasen lo que su padre el sol mandaba, afirmando que todas eran palabras suyas, y que así las dexaba por vía de testamento y ultima voluntad, Dixoles que le llamaba el sol, y que se iba á descansar con él, que se quedasen en paz, que desde el cielo tendria cuidado de ellos, y les favoreceria y socorreria en todas sus necesidades. Diciendo estas cosas y otras semejantes, murió el Inca Manco Capac: dexó por príncipe heredero á Sinchi Roca su hijo primogénito; y de la Coya Mama Ocllo Huaco su muger y hermana. Demas del príncipe dexaron estos reyes otros hijos é hijas, los quales casaron entre sí unos con otros por guardar limpia la sangre que fabulosamente decian descender del sol; porque es verdad que tenian en suma veneracion la que descendia limpia de estos reyes sin mezcla de otra, porque la tuvieron por divina y toda la demas por humana, aunque fuese de grandes señores de vasallos que llaman Curacas.

Ei Inca Sinchi Roca casó con Mama Ocllo ó Mama Cora, como otros quieren, su hermana mayor, por imitar el exemplo del padre y el de los abuelos sol y luna; porque en su gentilidad tenian que la luna era hermana y muger del sol. Hicieron este casamiento por conservar la sangre limpia, y porque al hijo heredero le perteneciese el reyno, tanto por su madre como por su padre, y por otras razones que adelante diremos mas largo. Los demas hermanos legítimos y no legítimos tambien casaron unos con otros por conservar y aumentar la sucesion de los Incas. Dixeron que el casar de estos hermanos unos con otros lo habia ordenado el sol, y que el Inca Manco Capac lo habia mandado, porque no tenian sus hijos con quién casar para que la sangre se conservase limpia; pero que despues no pudiese nadie casar con la hermana sino solo el Inca heredero, lo qual guardaron ellos, como lo veremos en el proceso de la historia.

Al Inca Manco Capac lloraron sus vasallos con mucho sentimiento: duró el llanto y las exéquias muchos meses. Embalsamaron su cuerpo para tenerlo consigo y no perderlo de vista, adoraronle por dios, hijo del sol: ofrecieronle muchos sacrificios de carneros, corderos, ovejas y conejos caseros, de aves, de mieses y legumbres, confesándole por señor de todas aquellas cosas que les habia dexado. Lo que yo, conforme á lo que vi de la condicion y naturaleza de aquellas gentes, puedo conjeturar del origen de este príncipe Manco Inca, que sus vasallos por sus grandezas llamaron Manco Capac, es, que debió de ser algun Indio de buen entendimiento, prudencia y consejo, y que alcanzó bien la mucha simplicidad de aquellas naciones, y vió la necesidad que tenian de doctrina y enseñanza para la vida natural, y con astucia y sagacidad para ser estimado, fingió aquella fábula, diciendo que él y su muger eran hijos del sol, que venian del cielo, y que su padre los enviaba para que doctrinasen é hiciesen bien á aquellas gentes: y para hacerse creer, debió de ponerse en la figura y hábito que trajo, particularmente las orejas tan grandes como los Incas las traian, que cierto eran increibles á quien no las hubiera visto como yo, y al que las viera ahora, si las usan, se le hará estraño imaginar cómo pudieron agrandarlas tanto. Y cómo con los beneficios y honras que á sus vasallos hizo, confirmase la fábula de su genealogía, creyeron firmemente los Indios que era hijo del sol venido del clelo y lo adoraron por tal, como hicieron los gentiles antiguos con ser menos brutos, á otros que les hicieron semejantes beneficios; porque es así que aquella gente á ninguna cosa atiende tanto como á mirar si lo que hacen los maestros conforma con lo que les dicen; y hallando conformidad en la vida y en la doctrina, no han menester argumentos para convencerlos á lo que quisieren hacer de ellos. He dicho esto, porque ni los Incas de la sangre real, ni la gente comun no dan otro origen á sus reyes, sino el que se ha visto en sus fábulas historiales, las quales se semejan unas a otras, y todas concuerdan en hacer á Manco Capac primer Inca.