La Ilíada de Homero (García Malo)/Tomo II/Libro IX
Habiendo Agamenón aconsejado
La fuga a los Acheos, consternado,
Diomédes se le opone abiertamente:
Y siendo de sentir Néstor prudente
Que á Aquiles vayan luego Embaxadores,
Van, y aplacar no pueden sus furores.
Mientras que asi los Teucros vigilaban
En torno de sus fuegos encendidos,
Los Acheos, confusos y aterrados
Por el supremo Júpiter Tonante,
Tímidos se entregaban á la fuga
Del miedo inseparable compañera;
Y sus Xefes estaban afligidos
De una tristeza y luto intolerable.
Como el helado Bóreas, y el ligero
Impetuoso Zéphiro que soplan
Desde los yertos climas de la Thracia,
Agitando el mar vasto de improviso,
Hacen subir en alto el negro fluxo,
Que fuera de la mar mucha alga arroja;
Asi el temor agita con violencia
El corazon á todos los Argivos.
El gran hijo de Atreo, consternado
Del mas vivo dolor, iba corriendo
Por todo el campamento, dando orden
A sus fieles Heraldos, que sin ruído
Llamasen á los Griegos á asambléa,
Y él mismo á los dispersos convocaba.
Sentados, pues, ya todos en consejo,
Penetrados de luto y de tristeza,
Agamenón en medio se levanta,
Lágrimas abundantes derramando
Como vierte una fuente de agua turbia
Desde una piedra negra sus raudales;
Y exhalando suspiros muy profundos
Habló entre los Argivos de esta suerte:
„Amigos mios, Xefes y Caudillos
„Del Exército Argivo, grave daño
„El gran Jove Saturnio me ocasiona.
„Me prometió primero ¡qué engañoso!
„Inclinando su frente formidable,
„Que yo retornaría al patrio suelo,
„Ya expugnada Ilión bien fabricada,
„Y ahora un iniquo fraude ha maquinado;
„Pues me manda que vuelva en el momento
„A la ciudad de Argos convergüenza,
„Despues que aqui he perdido muchas tropas.
„Asi agrada al gran Jove prepotente,
„Que ha destruído ya tantas ciudades,
„Y que lo mismo hará con otras muchas,
„Pues su fuerza y poder es infinito.
„Mas despachemos pronto, obedezcamos
„Lo que voy á decir sin mas tardanza.
„Embarquemonos luego en nuestras naves,
„Y huyamos á la amada y patria tierra,
„Pues nunca ya á Ilión expugnarémos,
„Ni el triunfo y la victoria lograrémos.”
Dixo; y todos quedaron silenciosos,
Y estando algun espacio taciturnos
Y tristes los Acheos, finalmente,
Asi dixo Diomédes belicoso:
„Hijo del grande Atreo, á tí primero
„Que hablas incautamente yo me opongo,
„Como es lícito ¡ó Rey! en la asambléa,
„Y no pienso que puedas irritarte.
„Acuerdate que en cara me has echado
„Delante de los Griegos, que era un floxo
„Sin fuerza ni valor; mas me conocen
„Los jovenes Acheos y los viejos.
„El próvido Saturnio no te ha dado
„Todas las cosas juntas. Sobre todos
„Te ha honrado con el cetro; mas no obstantes
„El valor se ha negado, cuyo imperio
„Es sin duda mayor. ¡Ay infelice!
„¿Juzgas que los Argivos son tan floxos,
„Cobardes y sin fuerza, como has dicho?
„Si á retornar el ánimo te incíta,
„Marcha, que abierto tienes el camino,
„Y las veloces naves numerosas
„Que te han seguido aqui desde Mycenas
„Están cerca del mar. Los demás Griegos
„Aqui se quedarán hasta que hayamos
„Destruído á Ilión; pero si quieren
„Huyan luego en sus naves á la patria,
„Pues Esthenelo y yo combatirémos,
„Hasta ver de Ilión la ruína entera,
„Ya que solo á su asedio hemos venido,
„Porque el favor de Dios nos ha traído.”
Dixo asi; y lo aplaudieron los Acheos
Admirando el discurso de Diomédes.
Mas el Gerenio Néstor entre todos
Se levantó y habló de esta manera:
„¡Oh hijo de Tydeo! ciertamente
„Eres fuerte en la pugna mas que todos,
„Y tambien para dar sabios consejos
„Muy util entre todos tus iguales.
„No hay un Acheo solo que no elogie
„El parecer que has dado, ni que pueda
„Ser de opuesto dictamen; mas con todo
„Tú no has perfeccionado tu consejo.
„Ciertamente eres joven, y podrias
„Ser el mas pequeñito de mis hijos.
„Sin embargo á los Reyes has hablado
„Con juicio y con prudencia consumada,
„Y todo quanto has dicho es oportuno,
„Pero yo, que me jacto de mas viejo,
„Hablaré y propondré lo que has dexado,
„Y no creo que nadie vitupére
„Mi ingenua libertad, ni Atrida mismo.
„Quien ama las discordias intestinas
„Mas que una guerra horrenda perniciosas,
„Merece por injusto que le excluyan
„De la vida sociable de los hombres.
„Mas ahora á la noche obedezcamos,
„Y aprestemos la cena. Cada guardia
„Vigile fuera el muro y ancho foso.
„Esto mándo á los jovenes, ó Atrida!
„Y despues les darás tambien tu orden,
„Porque eres el mayor entre los Reyes.
„Da un convite al momento á los ancianos,
„Pues te toca este honor con preferencia.
„Tus tiendas están llenas de buen vino,
„Que las naves Acheas desde Thracia
„Cada dia te traen por el mar vasto.
„Todo quanto á este fin se necesita
„Tienes en tu poder, y á muchos mandas.
„Quando ya estemos muchos congregados,
„Oirás de todos juntos el consejo,
„Y seguirás aquel que mejor creas,
„Pues todos los Acheos al presente
„De un prudente consejo necesitan,
„Porque bien ves los fuegos numerosos
„Que han encendido ya los enemigos
„Cerca de nuestras naves. ¿Hay alguno
„Que tan solo á su vista no se asuste?
„Esta noche verás la felíz suerte
„Del Exército Griego, ó bien su muerte.”
Dixo; y todos le oyeron muy gustosos,
Y al instante á su voz obedecieron.
Salen luego las guardias con sus armas,
Trasymédes Caudillo de las tropas
Hijo del grande Néstor, Ascalapho
Y Jalmeno, los dos hijos de Marte,
Merion, Aphareo , el gran Deypyro,
Y el divino é ilustre Lycomédes
Hijo del gran Creonte. Siete eran
Los Xefes que mandaban á las guardias,
Y cada qual guiaba cien mancebos,
Que en sus manos tenian largas picas.
Llegando en medio al muro y ancho foso
Se detienen sentados ; y alli mismo
Encienden grande fuego, y apareja
Al momento la cena cada uno.
El Rey Agamenón lleva á su tienda
A todos los ancianos Capitanes,
Y les tiene un esplendido convite.
Al punto á los manjares ya dispuestos
Las manos todos ellos alargaron:
Mas despues de saciarse en abundancia
De comida y bebida, el viejo Néstor,
Cuyo consejo fue tan aplaudido,
El primero propuso su dictamen,
Hablando con prudencia de esta suerte:
„Hijo del grande Atreo, que aqui logras
„La gloria de mandar á Reyes tantos,
„A tí solo dirijo mis palabras,
„Como acabo de hacer, porque tú eres
„El Rey de muchos pueblos, y el gran Jove
„Ha puesto el cetro y leyes en tus manos,
„Para que asi su bien siempre procures.
„Por esto mas que á nadie te conviene
„Proponer tu dictamen, y oír á todos,
„Permitiendo que diga cada uno
„El consejo que el ánimo le dicte,
„Porque despues harás lo que convenga.
„Yo diré el que mejor me ha parecido,
„Y no creo que habrá mejor dictamen
„Que el que tengo al presente, y siempre tuve
„Desde el fatal momento que quitaste
„De la tienda de Aquiles irritado
„La doncella Bryseida. Obraste entonces
„Contra el dictamen nuestro, aunque yo mucho
„Intenté disuadirte: mas no obstante
„De tu sobervio espíritu impelido
„Injuriaste al varon mas valeroso
„A quien honran los mismos Inmortales,
„Pues aun en tu poder tienes el premio
„Que violentamente le has quitado.
„Mas aqui consultemos todos juntos
„El medio mas seguro de aplacarle de
„Con las dulces palabras y atenciones,
„Haciendole tambien preciosos dones.”
El Rey Agamenón dice en respuesta.
„¡Oh anciano con verdad has referido
„Mis errores é injurias. Soy culpable,
„No lo puedo negar. Un hombre solo,
„A quien Júpiter ama como á este Héroe,
„Vale por muchos hombres, y merece
„Que le traten mejor. Para vengarlo
„Al presente castiga al pueblo Acheo.
„Pero si erré, siguiendo el ciego impulso
„De mi insana pasion, quiero aplacarle,
„Y hacerle inmensos dones; y á vosotros
„Nombraré los esplendidos regalos.
„Le daré siete tripodes, que siempre
„Han estado apartados de las llamas.
„Diez talentos de oro: veinte hermosas
„Y esplendidas calderas para el fuego
„Doce hermosos Caballos vencedores
„En la velóz carrera, que han ganado
„Los premios con sus pies; yes cosa cierta
„Que no sería hombre pobre, ni tendria
„Ansia de oro precioso el que tuviese
„Los premios que estos ínclitos Caballos
„Me han ganado en los juegos y carreras.
„Yo le daré tambien siete mugeres,
„Que en Lesbos han nacido, muy hermosas,
„Y en labores preciosas instruídas,
„Que elegí yo entre todas quando él mismo
„Conquistó esta ciudad, tan populosa.
„Y son de una hermosura tan perfecta,
„Que en belleza á otras, muchas sobrepujas
„Y con ellas tambien quiero entregarle
„La hija de Bryseo, que yo mismo
„Ordené le quitasen de su tienda,
„Y estoy pronto, á jurar solemnemente
„Que no he usado con ella en tiempo alguno
„La menor libertad de quantas usan
„Los hombres en tratar á sus cáutivas
„Estos son los regalos que yo ofrezco
„Hacerle en el instante. Si los Dioses
„Permiten que algun dia conquistemos
„La ciudad eminente de Priämo,
„Su nave llenará, con abundancia
„Del oro y del metal que se halle en ella
„Quando partan la presa los Acheos.
„Elija entonces, pues, veinte Troyanas,
„Despues de Elena Argiva, las mas bellas,
„Y si volvemos á Argos en la Achaya,
„Patria fértil, será tambien mi yerno,
„Y en todo tan honrado como Orestes
„Mi amado único hijo, que se cria
„Con la mayor delicia, lustre y pompa,
„Tres bellas hijas tengo en mi palacio,
„Iphianassa, Laodice y Chrysotemis.
„Yo le daréá escoger, y, sin dotarla
„Se llevará al palacio, de Peléo
„La que mas entre todas le agradase.
„Daré, yo á esta Princesa en tanta copia,
„Dones esponsalicios, que ninguno
„Habrá dado á su hija una igual dote;
„Porque:yo, le daré siete, Ciudades,
„Célebres y pobladas Cardamylo,
„Enopo, y la gran Hira que está llena
„De los mas bellos pastos, la agradable
„Y deliciosa Pheras, Anteéa
„Que tiene hermosos prados, y profundos,
„Tambien la excelsa Epea y el Pedaso,
„Célebre por sus vinos generosos.
„Todas ellas están en los confines
„De Pylos la arenosa, muy cercanas
„Las tropas de á Caballo y los Infantes,
„Exhortando y mandando que contigo
„Esperen con valor al enemigo.”
Dixo, y todos los Reyes lo aplaudieron,
Admirando el discurso de Diomédes;
Y despues de haber hecho libaciones,
aTodos se retiraron á sus tiendás,
Para gozar en ellas el reposo,
Y el dón del sueño dulce y delicioso.