La Odisea (Antonio de Gironella)/Canto Vigesimosegundo
Arroja Ulises todos sus harapos
Y al umbral de la puerta se abalanza,
Con el arco, las flechas y la aljaba.
Aquellas todas á sus piés las tira
Con esforzada voz entonces grita:
«Una prueba inocente hemos pasado;
Ora hay que dar en mas robusto blanco.
Veremos si lo acierto y si permite
Apolo que consiga yo tal lauro.»
Tráeme sin demora azufre y fuego
Para que puriíique este palacio.»
«Sí, le responde la leal nodriza,
Dijiste bien; mas, antes es preciso
Una túnica darte, ¡amado hijo!
Un rico manto, en fin, todo un vestido.
Indígno fuera que en tu propio alcázar
De gala te sirviese un vil andrajo.»
«Dáme primero el fuego y el azufre
Ulises le replica, y, dí á la reina
Que con sus siervas á este sitio venga.»
Ella obedece, corre, y él entonces,
Sin demora el gran patio purifica
Y el pórtico, y en fin la mansion toda.
Euríclea está en la estancia de las siervas
Y las manda bajar. Con luces vienen;
En torno á su señor se agrupan todas
Y las manos le toman, y le besan
En la frente y espaldas. Llora Ulises
De ternura y placer, al ver entera
Tanta fidelidad y tal terneza.