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La escuela de los maridos/Acto I/Escena III

De Wikisource, la biblioteca libre.
La escuela de los maridos (1830)
de Molière
traducción de Leandro Fernández de Moratín
Acto I, Escena III.
ESCENA III.
DON MANUEL. DON GREGORIO. DOÑA LEONOR.
JULIANA.


D. MANUEL.

Ya te lo he dicho. La que sea mi esposa vivirá conmigo en libertad honesta, la trataré bien, haré estimación de ella, y probablemente corresponderá como debe á este amor y á esta confianza.

D. GREGORIO.

¡Oh! ¡qué gusto he de tener cuando la tal esposa le.....

D. MANUEL.

¿Qué?.... Vamos, acaba de decirlo.

D. GREGORIO.

¡Qué gusto ha de ser para mí!

D. MANUEL.

Yo ignoro cuál será mi suerte, pero creo que si no te sucede á ti el chasco pesado que me pronosticas, no será ciertamente por no haber hecho de tu parte cuantas diligencias son necesarias para que suceda.

D. GREGORIO.

Sí, rie, búrlate. Ya llegará la mia, y veremos entonces cuál de los dos tiene mas gana de reír.

DOÑA LEONOR.

Yo le aseguro del peligro con que usted le amenaza, señor Don Gregorio, y desprecio la infame sospecha que usted se atreve á suscitar delante de mí. Yo le prometo, si llega el caso de que este matrimonio se verifique, que su honor no padezca, porque me estimo á mí propia en mucho; pero si usted hubiera de ser mi marido, en verdad que no me atreveria á decir otro tanto.

JULIANA.

Realmente es cargo de conciencia con los que nos tratan bien, y hacen confianza de nosotras; pero con hombres como usted, pan bendito.

D. GREGORIO.

Vaya enhoramala, habladora, desvergonzada, insolente.

D. MANUEL.

Tú tienes la culpa de que ella hable asi..... Vamos, Leonor. Allá te dejaré con tus amigas, y yo me volveré á despachar el correo.

DOÑA LEONOR.

¿Pero no irá usted por mí?

D. MANUEL.

¿Qué sé yo? Si no he ido al anochecer, el criado de Doña Beatriz puede acompañaros. A Dios, Gregorio. Con que quedamos en que es menester mudar de humor, y en que esto de encerrar á las mugeres es mucho desatino. Soy criado de usted.

(Don Manuel y las dos mugeres se van por una de las calles.)

D. GREGORIO.

Yo no soy criado de usted. Vaya usted con Dios.