La mujer moderna y su papel en la evolución actual del mundo/La Escuela gratuita de Nuestra Señora del Buen Consejo
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Los males que no puedes remediar son infinitos.
Pero los que puedes remediar son tantos que, si en conjunto estudias el bien que has hecho en el año, por ejemplo, la labor resulta enorme para tus fuerzas y te parece un sueño haberla realizado.
También en esto un grano produce una espiga.
La capacidad de bien que hay en el alma humana, es desconcertante por su grandeza.
El poder que para el bien nos fué concedido, es de una enormidad que pasma.
Asi vemos hombres destituidos de todo recurso, que realizan milagros de caridad; que cambian la organización de las sociedades, que sacan del quicio al mundo y lo renuevan.
Asombra pensar lo que seria nuestro planeta si todos los humanos estuviesen educados para el amor en vez de estar educados para el egoismo y aun para el odio.
El eje moral del mundo sería, como si dijéramos, perpendicular al plano de la ecliptica del Deber, y una divina primavera reinaria en las moradas de los hombres...
DE LA ESCUELA GRATUITA
DE
Nuastra Senora del Buen Consejo
Clase elemental.
Comprenderá hasta el Cuarto Grado inclusive del Programa del Consejo Nacional de Educación.
Costura.
Comprenderá el corte y confección, compostura y zurcido de ropa, bordado y tejido, distinguiéndose en todas las labores su utilidad práctica para el hogar. Lavado.
Comprenderá el lavado y planchado de toda clase de ropa blanca.
Cocina.
Comprenderá la confección de comidas sencillas. Con el fin de hacer la enseñanza mas práctica, las alumnas mas aventajadas en el arte culinario podran ejercitarse a su turno en la preparación de una comida, calculandola para una familia de seis o siete miembros por término medio. Este sistema tiene la gran ventaja de acostumbrar a las alumnas a las proporciones reducidas y reales en que habrán de moverse mas tarde en su hogar.
Diversiones.
Oratorio festivo los domingos y días de fiesta. (Proyecciones, Cinematógrafo, Fonógrafo, juegos diversos, etc....) La Escuela Gratuita de Nuestra Señora del Buen Consejo, ubicada en las calles Santa Maria y Tres Esquinas, en Barracas al Norte, es una demostracion elocuente del bien que podemos hacer.
Las dificultades de todo género creadas por la crisis económica y comercial porque pasa nuestra República y cuya primera consecuencia es la intensificación de la miseria, no han sido obstáculo para que almas generosas hayan realizado notables actos de desprendimiento personal. ¡Cuánto sacrificio ignorado tan grato a Dios, significa esa vasta Escuela que destinada a dar educacion gratuita a 800 niñas pobres, dirá a las generaciones venideras, la fecundidad siempre prodigiosa de la iniciativa privada en esta «metropoli de la caridad» como se ha designado alguna vez a Buenos Aires!
Transcribimos aquí algunos párrafos del discurso de Monseñor Miguel De Andrea, Director de la Asociacion, el dia de la inauguración y bendicion de la Escuela.
«Este edificio, señores, amplio y magnifico, en que cada pedazo de suelo que lo sustenta, cada ladrillo, cada muro, cada techo, cada aula y cada salon habla de una generosidad, encarna un afecto, revive un recuerdo, perpetúa una gratitud y repite un nombre, han querido significar ante los ojos de Dios y de los hombres, el concepto cristiano que tienen formado del respeto que les merece la doble dignidad a la que dedican este palacio: la del niño y la del pobre.
Al poner vuestro cariño y vuestro trabajo en favor de este monumento educacional habéis dado un alto ejemplo de como es bello responder a los consejos de la autoridad suprema de la Iglesia, que estimula a traducir en obras de bieneficio social, la piedad que producen las practicas religiosas de las asociaciones; y ofrecéis otra oportunidad magnifica, de proponer nuevos modelos en épocas como la nuestra, en que se pretende difundir ciertas doctrinas fllosóficas y sociológicas que, en definitiva, van a terminar, inhumanamente, en la eliminación sistemática de los débiles. Desde el punto de vista del orden social, educando a la infancia y sobre todo a la desheredada, volviéndola apta para el desempeño de su destino en el medio en que actúa, se la incorpora a las energias vivas que elaboran el progreso de los pueblos. Al mismo tiempo, se reduce sin violencias el número que de otra manera llega a hacerse innumerable, de los que tienen en sus ojos, siempre ardientes el fuego de los odios, porque nunca se les enseñó a volverlos al cielo para reflejar sus claridades apacibles; de los que tienen en sus labios constantemente la imprecación y la blasfemia, porque jamás se les hizo balbucear una plegaria; de los que muestran las manos prematuramente afrentadas con sangre, por no haberlas tenido nunca manchadas de tinta. Se reduce progresivamente el número de aquellos que se iban multiplicando tanto por el mundo que quizá lo hubiesen deshecho en una guerra social si no les hubiese ganado de mano la guerra intvernacional. Se reduce, en fin, el número de aquellos y de aquellas que han hecho más de una vez su aparición siniestra entre nosotros paseando a nuestra vista el esprectáculo de sus repugnancias y la amenaza de sus rencores!»