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Las drogas antiguas en la medicina popular de Chile

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POR
Leon Tournier con anotaciones del Dr. Rodolfo Lenz

Los curanderos, yerbateros, médicos i médicas, de los cuales tanto se quejan los diarios de vez en cuando, se encuentran bajo una forma u otra en todos los paises i en todas las épocas. Son los jenuinos representantes de los brujos de la antigüedad i de la Edad Media. Hoi decrecen cada dia en número i en prestijio, pero no desaparecerán nunca por completo. Los rincones apartados de los campos serán siempre para ellos un albergue seguro.

La méica (médica) en Chile no se concreta a la sola curacion de toda clase de enfermedades: conoce remedios secretos para el amor, el mal de ojo i para apartar de uno las influencias deletéreas. Algunas agregan ahora a las antiguas, prácticas modernas derivadas del espiritismo i del hipnotismo; pero todas o casi todas ven la suerte en los naipes i este solo dato basta para atestiguar la antigüedad de sus tradiciones i su parentesco con los brujos de antaño [2].

Cualesquiera que sean las causas que contribuyen a mantener el crédito de las méicas, debemos de reconocer que los enfermos asistidos por ellas sanan algunas veces, bien sea porque la enfermedad no era de gravedad i los remedios inofensivos o por casualidad realmente eficaces o bien por lo que hoi se llama sujestion.

El doctor P. Marin en su libro «L'hypnotisme théorique et pratique» dice lo siguiente:

«El público mo armite que un doctor pueda sanar con buenas palabras sin hacer una larga receta, ¿i la sujestion hipnótica, qué es, si no buenas palabras? ¿No sujestiona acaso el médico cuando trata de infundir ánimo a su enfermo? ¿No es la confianza que inspira una de las principales condiciones del éxito?

«Todo el mundo sabe que una gran emocion puede causar una parálisis, ¿por qué, como la lanza de Aquiles, no sanaria el mal que ha producido? Ya que existen enfermedades causadas por la imajinacion, es lójico admitir curaciones por la imajinacion.

«¿No sanaron asi enfermedades nerviosas con esas pildoras de miga de pan de las cuales todo el mundo ha oido hablar, i aquella jóven, histérica, paralitica, que el doctor Bottey sanó con una poción llamada fulminante i compuesta en realidad de agua colorada? ¿I ese especifico que se vendió mucho tiempo en los alrededores de la plaza Vendóme, compuesto únicamente con agua i un poco de la anodina tintura de cochinilla? ¿I los glóbulos homeopáticos, las novenas, peregrinaciones a Lourdes i a otras partes, i las prácticas de los curanderos o bien las verbas de las mujeres del campo?»

No debemos, pues, considerar a la lijera como fábulas o exajeraciones del pueblo, siempre dispuesto a ver influencias ocultas o acciones sobrenaturales, los casos desesperados que las medicas han sanado, allá donde solo hai casos de sujestion que merecen estudio.

La médica acompaña al paciente durante el curso de su enfermedad; ella misma le prepara los remedios i se los administra. Ella sabe mui bien de dónde viene el mal; la enfermedad no es de cuidado, ya ha sanado a muchas personas que padecian de la misma. Pregunte no mas a Merengano, él le dirá.

Es un calor muu grande que está recojido, ella sabe preparar tomas con cosas frescas que botarán este calor fuera. Una manda no seria de mas. La médica opina por tal o cual santo. El de Yumbel es mui milagroso, es cierto, pero Nuestra Señora de Andacollo es su santa favorita; en fin, haga lo que quiera. Ella tiene en su casa un Señor de la Caña tambien milagroso, i que le va a prender una vela todos los dias por que sane el pobrecito. El enfermo cree, está sujestionado i algunas veces sana.

Otras veces las cosas que parecian ir mui bien al principio toman un mal sesgo. La médica se vuelve pensativa i arruga el ceño. Si hubiera sido aquel calor no mas, sanaria luego el enfermo, i si empeora se debe a que le sobrevino otra cosa mas, se atacó al corazon o al pulmon i tiene un riñon suelto.

«Si los parientes hablan de ir a ver un doctor, la médica los desalienta. ¿Qué sacarian con eso? Los doctores no tienen lástima de la pobre jente. Le sacan a uno un par de pesos por escribir nmos cuantos garabatos; ni siquiera le toman el pulso al enfermo. Ademas, tenemos que morir todos, i cuando Dios manda una enfermedad de muerte, no hai quien pegue.

En 1897, los calderas del escampavia Gaviota de la Armada Nacional hicieron esplosion en la bahia de Talcahuano, i entre otros, salió herido un nino de mas o ménos diez años de edad que recibió un pedazo de fierro sobre la cabeza, el que le rompió el cráneo, dejando los sesos a descubierto. El cirujano en jefe del Apostadero, obedeciendo a un sentimiento humanitario mui natural, ofreció a la madre del niño curarlo gratuitamente. Habia que hacer una pequeña operacion que consistia en estraer todos les pedacitos de hueso que se habian incrustado en la masa cerebral. Mediante esta curacion, que era fácil de ejecutar, el cirujano aseguraba que la vida del niño no corria peligro ninguno. La madre se negó tenazmente a ello, la madrina del niño era médica i le habia dicho: No le haga caso, comadre. Lo que quieren esos doctores, es hacer esperimentos con los cristianos. La herida noes gran cosa, eso si que con el golpe se le ha recojido todo el calor en la cabeza: se tira el calor abajo con lavativas de natre [3] i escremento de gallinas porque son cálidas. Asi se hizo, i para reforzar la accion del remedio, encendieron unas cuantas velas delante de una imájen de San Antonio i la madre del niño hizo manda de vestirse del Cármen. El resultado de semejante tratamiento fué que a los pocos dias el enfermo murió de meninjitis ¡Pobre anjelito! No era de este mundo! El Señor se acordó de él!

Las recetas dadas por las médicas no se hallan, como es de suponer, en ningun formulario: para redactarlas siguen únicamente su inspiracion personal, tratando de adaptar los remedios a la naturaleza del mal que segun ellos aqueja al enfermo; pero en todos los casos constan siempre de un gran número de mistos: plantas i polvos en toma o para hacer agua a pasto, infusión de yerbas, varias pomadas para frotaciones i sahumerios. El modo de preparar los remedios i su empleo descritos minuciosamente representan con bastante exactitud las recetas de los antiguos brujos, tales como se pueden ver en libritos de májica negra o blanca que se encuentran todavía en las librerias.

A las médicas se les debe atribuir el que el bajo pueblo siga usando remedios que han caido en desuso hace muchos anos i que las farmacopeas enumeran meramente a titulo de curiosidad; los nombres que dan a algunos de ellos son antiquisimos, algunos farmacéuticos ignoran cuál es su verdadera naturaleza i espenden en su lugar ingredientes que corresponden al uso que se ha de hacer con ellos. El Soliman fino por ejemplo, cuyo uso es tan jeneral, debe ser un polvo blanco, bueno para las heridas así como tambien la pomada hecha con ellos, pero las mujeres lo emplean sobre todo como cosmético en lugar de polvos de arroz. Lo aplican sobre la cara despues de habérsela untado con vaselina o con crema fria para que adhiera mejor. En las boticas se vende como soliman, albayalde, albayalde con óxido de zinc i con precipitado blanco, i en otras óxido de zinc puro. En realidad, el Soliman debe ser Bicloruro de mercurio (HgCl²), mas conocido bajo el nombre de Sublimado corrosico. Era conocido de los árabes que lo llamaban Soleimāni i sheliman, [4] pero creo que se ha dado tambien este nombre al cloruro de mercurio amoniacal, o precipitado blanco que se ha usado i es de uso todavia como cosmético en polvo o en pomada. Las mujeres del pueblo suelen pedir para tal objeto el precipitado blanco i puede ser que esto haya influido porque los farmacéuticos les den otro producto como soliman. El mercurio dulce, o sea calomelano, protocloruro de mercurio tiene mucha demanda, pero es casi esclusivamente para poner sobre heridas; tambien se pide mucho el calomelano i el sublimado para tal objeto, porque en fin de cuentas no saben lo que es realmente i confunden una sustancia con otra, lo que es nataral tratándose de productos quimicos que solo los farmacéuticos i doctores conocen perfectamente.

Los compuestos mercuriales son mui usados en Chile por el pueblo que no se da cuenta de los inconvenientes que acarrea el uso inmoderado que de ellos hace las mas veces en casos donde son inútiles; pero es fácil comprender por qué gozan de tanta popularidad.

La sífilis apareció en Europa en 1494, casi al mismo tiempo que se descubrió América, lo que hizo creer a algunos que esta enfermedad fué importada por los españoles que la habrian contraido en el Nuevo Mundo, opinion errónea, pues los chinos la conocian 2,600 años ántes de nuestra éra i empleaban ya en su contra el mercurio, su verdadero especifico [5].

Sea lo que fuere, dicha dolencia ántes desconocida en Europa, se propagó rápidamente en todas las clases sociales i hasta el rei de Francia, Francisco I, fué víctima de ella (1547).

Talvez no es demas agregar que la sífilis sigue causando en Chile mas estragos que el alcoholismo i la viruela juntos, por lo que se comprenderá que se seguirá usando el mercurio en gran escala, dando a sus sales los nombres que tenian en el siglo XIII, i aplicándolas por ignorancia en casos donde no son necesarias, sino nocivas.

Los polvos Juanes, asi como la pomada hecha con ellos tienen fama para curar heridas. Dicho polvo es el Bióxido de mercurio (HgO, u óxido rojo de mercurio, que se llamaba ántes polvos de Juan de Vigo, nombre del facultativo que propagó su empleo casi abandonado por los doctores modernos.

Como el precio de este producto es algo elevado i como la jente del pueblo pide siempre que se le dé una gran cantidad de mercaderia por poco dinero, los boticarios tienen la costumbre de mezclar el óxido rojo de mercurio con azarcon, que es mucho mas barato i cuyo color es casi parecido, i no pocas veces espenden azarcon puro o sea óxido rojo de plomo, cuyas propiedades son mui distintas del óxido de mercurio.

Por esta razon, el medicamento no siempre produce el efecto que de él se espera i, en su lugar, muchas personas emplean ahora corrientemente el iodoformo.

El parche de rana se usa para disolver los tumores,

Se vende casi siempre bajo este nombre el emplasto mercurial simple.

Juan de Vigo fué el inventor del emplasto mercurial que todavía lleva su nombre, aunque hoi se prepara de una manera mui distinta, e hizo tambien otro parche que no contenia mercurio i cuya composicion era casi semejante al Emplastrum Diabotanum de la farmacopea española, al que incorporaba un cocimiento de ranas; i de mucha fama debe haber gozado para que su nombre sea recordado hasta hoi día por el pueblo de Chile.

El parche de Vigo sin mercurio se fabrica todavia, pero sin ranas; i es el que debiera venderse con este nombre i no el parche mercurial [6].

El mismo uso que el parche tiene el ungüento de rana o sea ungüento mercurial doble, al que han llamado asi, quizas, por tener un color igual al del parche.

Mezclando el ungüento mercurial con manteca se obtiene el ungüento soldado, con el que las madres chilenas pobres se untan de vez en cuando la cabeza i la de su prole para esterminar los numerosos habitantes que en ellas se cobijan, por no usar el peine con bastante frecuencia i bastante prolijidad.

Supongo que el nombre que se da a este ungüento proviowe del frecuente uso que de él hicieran los primeros conquistadores, cuyos preceptos hijiénicos, o anti hijiénicos si se quiere, guarda todavia relijiosamente el bajo pueblo de Chile, lo que es fácil reconocer en su desidia por el aseo personal.

No ha de tomarse aquello por una critica a los soldados españoles, pues, el desaseo por aquellos años era jeneral en Europa, no solumente entre la jente del pueblo sino aun en las cortes i en las personas de los reyes. Por esta razon se emplearon en gran escala los perfumes, ungüentos i demas cosméticos para disimular aquellos olores poco agradables que emanan siempre de las personas desaseadas, costumbre que se ha conservado en Chile en todas las clases sociales, como todo el mundo puede haberlo notado.

Ademas del soliman, del precipitado blanco i de los polvos de arroz de distintas procedencias, las mujeres del pueblo emplean como cosméticos varios productos quimicos, tales como el albuyalde o carbonato de plomo, las perlas líquidas o subnitrato de bismuto i el óxido de zinc; pero algunas desprecian por una razon u otra estas sustancias i fabrican el polvo que han de usar. Para eso compran cinco centavos de bicarbonato de soda i otro tanto de acetato de plomo. Como jeneralmente no se acuerdan de estos nombres, piden sencillamente: un cinco del uno i un cinco del otro. Disuelven separadamente cada sal en un poco de agua, mezclan las dos soluciones i obtienen un precipitado de carbonato de plomo que lavan cuidadosamente; para el uso se deja en una botella con agua.

Demas está decir que ignoran la naturaleza del precipitado que han obtenido; se emplea sacudiendo la botella, lo que produce una especie de emulsion con la quese untan la cara, dejándola blanca como una pared recien estucada, color mui apreciado, pues ya no son «chinas,» sino morenas pálidas.

El nombre de azarcon se ha jeneralizado i tiende a reemplazar el de minio para designar el óxido rojo de plomo [7]. Sirve en la industria para la pintura del fierro i entra en la composicion de algunos emplastos i ungüentos. El pueblo lo usa al interior contra el empacho o sea la indisjestion de los niños.

El empleo de dicho remedio da naturalmente pésimos resultados.

Como todas las sales de plomo, el óxido es un veneno mui activo i no he podido esplicarme de una manera satisfactoria cómo ha podido adquirir fama entre la jente del pueblo en el tratamiento de esta enfermedad.

Desgraciadamente es mui fácil confundir los sintomas del envenenamiento por el plomo con los de la indijestion.

Las personas ignorantes pueden creer despues de haberlo dado a un niño que éste ha muerto de la enfermedad i que el remedio no ha producido ningun efecto. Es «un ánjel mas en el cielo», i solo Dios sabe cuántos se le despachan anualmente de esta manera!

Otro remedio popular para el empacho es el escremento de cerdo («chancho»), «porque es fuerte i cálido, bota el empacho i devuelve a la barriga el calor que le ha sustraido». Este remedio tiene otra propiedad, dándolo mezclado con vino a un borracho, le da un odio invencible al licor...... Traslado a las Ligas Anti-Alcohólicas [8].

Por estraño que nos parezca no debe asombrarnos el empleo de semejante materia por el pueblo de Chile que ha conservado, como ya lo hice notar, las tradiciones medicinales que trajeron a este pedazo de tierra sus primeros conquistadores.

Cinco siglos ha se usaba en España i en toda Europa como remedios, escremento de perros i de ratas, cocimientos de ranas, caldo de viboras i un sinnúmero de sustancias animales por el estilo.

Hoi dia todavia, en Chile, algunos buscan el buche de alcatraz, el corazon de buitre, el sebo de zorro i muchas otras cosas que seria largo enumerar para emplearlas como remedio.

Otra enfermedad que causa muchos estragos en Chile, es la diarrea infantil o atrepsia, que es el resultado de la falta de hijiene i de la mala alimentacion que los padres pobres propinan a sus hijos.

Cualquier doctor sana rápidamente esta enfermedad, contra la cual son inútiles todos los remedios caseros; su marcha fatal que nada detiene, hace creer al pueblo que la criatura está ojeada, asi lo ha dicho la médica: no hai, pues, nada que hacer i el niño debe morir.

La creencia en la ojeadura, (jettatura de los napolitanos) es mui arraigada en Chile, pero tocante a los niños, se piensa que es involuntaria i por lo tanto no se guarda ningun rencor al presunto jettatore.

Basta para ojear a un niño que una persona estraña lo acaricio o celebre alguna de sus gracias [9]. Por esta razon las mismas parientes se privan de demostrar demasiado carino hácia los hijos de sus deudos i es casi un refran, cenando un niño de corta edad ha hecho lo que se considera como una gracia mui grande, esclamar: ¡Es de ojearlo!

A las personas grandes no se les ojea, se les hace mal con brujerias, a sabiendas entónces. Lo dificil es saber quién ha hecho el mal.

Algunas enfermedades nerviosas, la epilepsia, por ejemplo, i algunos casos de locura son jeneralmente las enfermedades que el pueblo considera como males de ojo.

Las personas grandes, los hombres sobre todo, toman frecuentemente el azogue, sea como purgante o contra el empacho que los huasos llaman lipiria. Esta palabra debe ser mui antigua, si como lo creo viene del griego λαπαρα [10], de Roma, los griegos i cartajineses el imperio del sur de Italia habia sido conquistado por ellos i tenian emporios en la costa.

Se recetaba antiguamente el azogue en los casos de obstruccion intestinal, en que ejercia una accion meramente mecánica; de ahí, por analojia, la plebe ignorante debe de haber jeneralizado su empleo.

Otra prueba de la antigüedad de las tradiciones medicinales guardadas por el pueblo de Chile es el empleo de la piedra bezar, [11] que no presenta felizmente otro inconveniente que el de no producir efecto ninguno. Es soberana dicha piedra segun los médicos i médicas en un sinnúmero de enfermedades; testimonio de ello es el alto precio que tiene. No hai botica que no tenga la misteriosa piedra; un gramo o dos de la preciosa sustancia cuestan hasta veinte centavos. Lo que se vende como piedra bezar es el carbonato de cal, vulgo creta precipitada, o mejor aun la creta preparada que es mas estimada por los compradores i que cuesta al boticario unos cuantos centavos la libra. Se ha llamado bezoar (en frances bézoard) al óxido de antimonio. Este remedio que se usaba como sudorifico ha caido en el olvido, pero la verdadera piedra bezoar son cálculos intestinales que se encuentran en el organismo de ciertos animales, sobre todo de ciertas cabras i gacelas, pero segun la creencia popular se atribuian tambien a otros que de hecho no los producen. Su oríjen era desconocido ántes. Estos cálculos estan formados casi esclusivamente por carbonato de cal i se les atribuian propiedades maravillosas; los mas apreciados eran los de serpiente i los de mono.

Los árabes usaban frecuentemente el bezoar i hasta lo consideraban como un antídoto universal. Se comprenderá ahora porque la tradicion quiere que dicha piedra sea cara... e ineficaz.

Los polvos de coral i los ojos de cangrejos que los huasos compran todavía hoi dia, salen del mismo frasco que la piedra bezar, son casi tan caros, i producen efectos casi tan enérjicos como los de aquella [12].

El cuerno de ciervo gozó de mucha fama como remedio en las irritaciones intestinales [13]. El cocimiento blanco de Sydenham se hizo con los tales cuernos hasta el año 1866, época en que «el codex» frances le sustituyó el fosfato de cal. Se tambien en los mismos casos la uña del Cervus alces i el cuerno de hipopótamo. Se conocen todavia en Chile los nombres de uña de la Gran Bestia i raspaduras del Unicornio. Las mas veces piden las dos cosas al mismo tiempo en cuyo caso se espende raspaduras de cuerno natural i cuerno de ciervo calcinado i no pocas veces simplemente fosfato de cal.

En casos de hemorrajia uterina se usa mucho en Chile el lacre pulverizado, que se toma con un poco de agua.

El lacre que se espende para tal objeto es el mismo que sirve para sellar cartas o paquetes: es una mezcla de trementina, goma laca i resina con bermellon (sulfuro rojo de mercurio) para darle color; no se ve pues cuál efecto puede producir tan estraño remedio en las hemorrajias uterinas. Creo que el uso del lacre es el resultado de una equivocación de los boticarios ántes que del pueblo; es natural que éste confunda varias sustancias cuyas apariencias esteriores son parecidas i pida una por otra, pero no tiene disculpa la ignorancia de aquéllos, sobre la verdadera naturaleza del producto que se les pide, sabiendo el empleo que se le ha de dar. Antiguamente se usaba como hemostático la Sangre Drago, remedio que ha caido en desuso a causa de las numerosas falsificaciones de que fué objeto; entra tan solo en la composicion de algunos polvos dentífricos, pero se usa todavía en la pintura como colorante. La Sangre Drago es una resina de un color rojo subido que se estrae en la India de los frutos del Calamus Draco; llegaba en Europa bajo la forma de bastones mui parecidos a los que se hacen hoi con el lacre, arde como éste esparciendo un olor balsámico: no es estraño pues que se haya confundido una cosa con otra, pero es de lamen

El Borato de Soda, o simplemente Bórax, no se usá como remedio; pero se emplea diariamente por las lavanderas en el planchado de la ropa blanca; hago mencion de él a causa del nombre antiquísimo, atincar, bajo el cual el pueblo en Chile lo conoce, voz que no se usa hace ya tiempo en España. Antes del descubrimiento de América, el bórax se importaba de la India, del Tibet i de la China. [14] Posteriormente se descubrieron en varios países de América yacimientos inagotables de bórax i se fabricó artificialmente en Europa con la soda i el ácido bórico de los «lagoni» de Toscana. El nombre de bórax prevaleció i el de atincar que se daba al bórax natural no refinado del Asia que ya no se importaba, fué relegado al olvido.

La tintura de Jalapa compuesta, mas conocida bajo el nombre de aguardiente aleman, tiene bastante fama entre los huasos, la llaman purgante de cochagogo, alteración de la palabra cholagogo [15] que se da en medicina alos purgantes que obran sobre la secrecion biliosa; esta voz no está usada hoi corrientemente ni aun por los mismos médicos, pero habia de ser empleada a menudo por los doctores de la Edad media, amigos de hacer alarde de su ciencia ante el vulgo empleando una fraseolojia que rayaba a veces en lo ridiculo. El pueblo de Chile recordó dicha palabra, e ignorando que es un calificativo, la toma por el nombre reja de una sustancia purgante.

El azufre entero tiene la propiedad de sacar el aire, [16] nombre vulgar de los dolores neuráljicos, especialmente los de la cara; se usa en estos casos aplicando un pedazo de azufre sobre la parte enferma. Al cabo de algunos momentos, unos crujimientos se dejan oir en el interior del azufre: es el aire estraido por éste, que sale; asi lo cree la jente sencilla.

Estos crujimientos son la consecuencia de un fenómeno natural que tiene por causa la estructura cristalina del azufre; los cristales de este cuerpo tienen poca adherencia entre sí i como es un mal conductor del calor, cuando se calienta aunque suavemente un punto cualquiera de una barra de azufre, se produce una dilatación de las partes superficiales, la que está resistida por las partes interiores; los cristales se separan dando lugar a los crujimientos que el pueblo interpreta como lo he dicho.

Gozan de la misma propiedad que el azufre, el papel de fumar que queda de los cigarrillos apagados, las rebanadas de papas, las habas, los frejoles («porotos») i demas legumbres; se ven frecuentemente en la calle mujeres cuya cara está adornada con trozos de verdura, por lo que ereo inútil hacer hincapié en medicamentos tan vistosos. Son recuerdos de la antigua teoría sobre trasplantación de las enfermedades i una mala aplicacion de la terapéutica que de ella se deriva.

El Bálsamo del Perú i el de copaiba son medicamentos casi modernos, ya que se conocen solamente desde el descubrimiento del Nuevo Mundo. El primero tiene pocas aplicaciones en la farmacia, es mas usado en la perfumería.

El segundo es mui apreciado en algunas afecciones jénitourinarias en pociones, píldoras i sobre todo en cápsulas jelatinosas.

Los dos bálsamos eran empleados por los aborijenes de América en la curacion de las heridas, igual cosa se hace en Chile; pero el bálsamo del Perú es mas apreciado que el otro para tal objeto. En algunas boticas, en vista del alto precio que tienen, se mezclan, para la venta al menudeo, con una parte de aceite de ricino, adulteración que no es fácil reconocer.

Las fumigaciones se hacen hoi casi esclusivamente en los casos de enfermedad de las vias respiratorias con medicamentos ad hoc: alquitran, creosota, esencia de eucalipto, etc...

Antiguamente se hacian en muchas otras ocasiones, en el reumatismo, por ejemplo, con recinas olorosas.

Esta costumbre casi abandonada ahora, ha sido conservada por el pueblo de Chile, que la importó de España, donde habia sido implantada por los árabes.

Las principales drogas que para tal objeto se emplean son el incienso, el romero, la lavándula i el benjuí; separada mente tienen pocas aplicaciones en medicina, pero entran en varios medicamentos compuestos.

Con el benjui se hace una tintara, el bálsamo del comendador, etc.; la cinoglosa, la seriaca, el emplasto de Vigo contienen incienso; con el romero i la lavándula se hacen tinturas.

El romero i la lavándala crecen con abundancia en el Africa setentrional, el incienso se encuentra en el Asia menor, solo el benjui es un producto de la Indo China, de Siam i otros paises del estremo Oriente [17].

El benjuí se usaba corrientemente en España; en Chile, donde en materia de medicina se han guardado tantos recuerdos de la antigua metrópoli, se designa todavía hoi esta resina sencillamente con el nombre de zahumerio. El pueblo no atribuye a los zahumerios únicamente propiedades terapéuticas.

Han dejenerado en supersticion, pues las mas veces los considera como un secreto de la naturaleza para ahuyentar los males que segun él han sentado sus reales en sus aposentos i por los cuales cree injenuamente ser rodeado.

Son cada dia ménos numerosos los huasos que piden polvos para el amor; todavía algunos recuerdan el nombre de cantáridas, es mas fácil imajinar que no esplicar el uso que pretenden hacer de dicho medicamento. Ninguna botica en Chile vende una preparacion para tal fin, i si un boticario espende una droga, no pasa de ser un polvo inofensivo i únicamente porque el cliente no salga desacreditando el establecimiento, pregonando que no está surtido. Se va perdiendo la fé en un remedio que no produce efecto i su demanda es cada dia menor.

Yo creo que al pedir polvos para el amor, los huasos no se refieren a las cantáridas, sino mas bien a unos medicamentos que en la Edad Media eran mui empleados para excitar o para conquistar el amor de otra persona, medicamentos sin cantáridas i en polvo, por ser mas cómodo su empleo; de ahi proviene seguramente la espresion echar un polvo con que el pueblo en Chile designa veladamente el coito.

Las mujeres no piden nunca este remedio, no, como podria pensarse, por pudor e porque no lo necesiten. Frecuentemente se ven amenazadas de ser abandonadas por sus maridos o éstos las maltratan porque ya no las quieren, en cuyos casos consultan a la méica que les indica la manera de reconquistar el cariño perdido; para ello no necesitan acudir a la botica, ni tienen que gastar mucho dinero para procurarse el medicamento, consiste: q. s. liq. menst. iu cibo aut in potu homini praebere [18]. Los que duden del efecto de esta receta sobre personas dotadas de cierto temperamento, pueden leer «L'Extériorisation de la sensibilité» por A. de Rochas; me abstendré de hacer cualquier comentario, haré notar solamente que dicha práctica no se concreta al solo Chile, sino que es conocida en toda la América Latina.

Leon Tournier Farmacéutico
(Concepcion)

ANEXO


Como comprobacion de la subsistencia de los antiguos remedios populares, inclusive la raspadura de unicornio i la uña de la gran bestia, en la farmacopea chilena, creemos útil reproducir en este anexo un documento mui raro, conservado en la Biblioteca Nacional de Santiago. Es la «Tarifa o Regulacion de los precios de los medicamentos simples i compuestos, que se despachan en las Boticas de este Reino, formado por el Tribunal del Protomedicato i traducido al idioma castellano por superior órden de la Excma. Junta Gubernativa del Reino de Chile. Año de 1813».

Pedro Lautaro Ferrer, en su meritoria Historia Jeneral de la Medicina en Chile (Talca 1904) da los antecedentes de esta publicacion, como sigue (páj. 469):

«El servicio de boticas, en cuanto a la calidad de los remedios, como a su exajerado precio, se habia hecho insoportable.

«Con este motivo, los miembros de la Junta de Gobierno, don José Miguel Carrera i don José Santiago Portales, enviaron al rejidor don Nicolas Matorra la comunicacion que se espresa, con fecha 12 de Enero de 1813:

«En materia alguna puede la mala fé versarse con mas facilidad ni mas perniciosamente que en la farmacia.

«El misterio con que se elaboran sus confecciones, la angustia con que se buscan, la presura con que se suministran; todo proporciona el abuso mas impune de la confianza, i los mas tristes efectos sobre los intereses, la salud i la vida del ciudadano. La oscuridad de estas oficinas las oculta de los grupos de los pacientes, i por lo mismo deben ser el objeto de la vijilancia del Majistrado en que descansan. Es necesario que el vehemente celo de Ud. ataje este mal, i que revestido de todas las facultades precisas, i acompañado de los profesores imparciales i del actuario que elija, practique una prolija visita i exámen de cuanto tenga relacion con las boticas de esta capital; proveyendo de pronto a lo mas urjente, i dando cuenta de su resultado a este Gobierno, que ya se lisonjea del buen éxito por la satisfaccion que tiene de Ud. i de su amor al órden».

Como resultado de este exámen nació el Arancel de la primera Farmacopea Nacional, a que se refiere el siguiente decreto:

Santiago i Agosto 23 de 1813.

«Visto el nuevo Arancel de Boticas que ha formado i traducido al Idioma Castellano el Proto Médico de esta capital Dr. D. José Antonio Rios; siendo indudables las ventajas que son susceptibles de este loable pensamiento como exterminador de la mas detestable arbitrariedad, observada comunmente en el expendio de medicinas, se aprueba desde luego en todas sus partes, i para que surta los electos de utilidad, i conveniencia pública detallada por sus autos imprimase de él con la posible preferencia tantos exemplares quantos sean suficientes, no sólo a proveer (por el justo precio que fije la Prensa) a los Boticarios, Médicos i Cirujanos que necesariamente deberán conservarlos siempre consigo, como un documento sin el cual no podrán exercer las funciones de sus cargos, sino a qualquier padre de familia que quiera tenerlo, para satisfacerse en el valor de las recetas, que gire el facultativo en el caso de una enfermedad en su casa. El Gobierno reconoce como un servicio digno de su consideracion el que ha hecho en esta parte a la humanidad el Protomédico, le da las gracias i manda a se le trascriba este auto para su intelijencia, i que cuide de su mas puntual cumplimiento en la parte que le toca, imprimiéndose en el próximo Monitor.—Infante.—Eyzaguirre.—Pérez.—Egaña, secretario.» [19]

Comparando este documento con los medicamentos de la Botica de San Juande Dios de Santiago, del año 1748 (Ferrer, l. c. p. 194 i sig.) se ve que el progreso hecho durante el siglo XVII es nulo en esta materia. Las farmacopeas de Galeno i de Dioscórides, que estaban en uso en España bajo Isabel la Católica, se han mantenido en vijencia en las colonias hasta principios del siglo XIX.

La reimpresion de la Tarifa se ha hecho conservando la ortografía i en cuanto se pueda el arreglo tipográfico del orijinal. Sólo algunas evidentes erratas se corrijen, dejando constancia de lo correjido en nota al pié.

Como se ve, el trabajo de la traduccion castellana i del manuscrito orijinal se ha hecho a toda prisa, quedando el órden alfabético esencialmente como en el orijinal latino. Algunas de las últimas pájinas apénas son traducidas, pero, asi i todo, el librito habrá hecho sus servicios útiles en su época.

Esperemos que algun farmacéutico interesado en la historia de la medicina oficial o popular aproveche la reimpresion para ilustrarla con notas esplicativas.

Dr. Rodolfo Lenz.

TARIFA
O
Regulacion de los Precios de
los Medicamentos simples, y compuestos,
que se despachan en las Boticas de este
Reyno, formado por el Tribunal del
Protho-Medicato, y traducido al
ideoma Castellano por supe-
rior Órden de la Exma.
Junta Gubernativa
del Reyno de
Chile.

AÑO DE 1813.
Santiago
En la Imprenta del Estado
por D. J C. Gallardo.
2.
A.
Aguas simples destiladas
Agua de chicoria, á medio real la libra
De Scarola ½ id.
De Lechugas ½ id.
De Borraja ½ id.
De Cardo Santo ½ id.
De Fumaria ½ id.
De Sebada ½ id.
De Verdolaga ½ id.
De Llanten ½ id.
Aguas Aromaticas
De Rosas á 1 real la libra.
De Torongil 1 id.
De Azar 1 id.
De Yerba buena 1 id.
De Mansanilla 1 id.
3.
Spirituosas.
Agua de Canela spirituosa á 3 reales onza.
De Canela hordeaada 2 id.
De Canela Cidoneada 2 id.
De Canela lacticiniosa 2 id.
De Brionia compuesta 3 id.
Carmelitana 3 id.
Theriacal temperada 2 id.
De Peonia compuesta 3 id.
De La vida de las mugeres 3 id.
Theriacal spirituosa 3 id.
Theriacal canphorada 3 id.
De la Reyna de Vngria 1 id.
Anti epilectica 6 id.
Anti apoplectica 6 id.
Agua fuerte 4 id.
Agua de la vida alcanforada á ½ real onza
Aluminosa ½ id.
4.
Arterial ½ id.
NOTA

Todas las aguas destiladas simples de semejante naturaleza à las ya dichas deveràn venderse à medio real libra, ylas aromaticas á real.

B.
Bálsamos.
Balsamo arseo á 1 y ½ reales onza.
Anodino 3 id.
Antihisterico 3 id.
Catholico 3 id.
De Copaiva 2 id.
De Cachorros 2 id.
Lucatelli 2 id.
De Maria 1 id.
Peruviano negro 4 id.
De Porras 2 id.
De asufre therebintinado à 4 reales dragma
Id. Sucinado 4 id.
5.
Tolu 1 id.
Balsamo verde à 4 reales onza
Galvaneto de Paraselso à 2 rs. Drgma.
De Azufre anizado 3 id.
Balsamo Apoplectico 2 id.
Id. Epileptico 2 id.
Histerico 2 id.
Paralitico 2 id.
Manteca de Anthimonio á 8 rs. la onza
Id. de Papel 8 id.
Id. de Cacao 1 id.
Id. de Azar 1 id.
Id. de Saturno 2 id.
Bezuardico Jovial à 4 reales Dragma
Mineral 4 id.
Bezuardico de Curvo 2 id.
Animal 2 id.
NOTA
Y en semejante forma se abaluarán los de
6.
mas balsamos, que presquiben diferentes, autores, segun sus composiciones.
C.
Confecciones.
De Alchermes á un real Dragma
De Jasintos 1 id.
Gentil Cordial 1 id.
Anacardina 2 id.
Concervas.
De Persico à un real onza.
De Borraja 1 id.
De Rosas 1 id.
De Claveles 2 id.
De Fumaria 1 id.
De Violeta 3 id.
Cathaplasmas.
Anodina à 4 reales libra
Emoliente 4 id.
De costra de Pan 8 id.
De las harinas 3 id.
7.
De nido de Golondrina á 8 rs. id.
Pectoral 8 id.
Contra el hipo 12 id.
Optalmico 3 id.
Cinabrio á medio real grano
Colirio blanco de Rhasis con opio à 2 reales Dragma.
Nativo preparado 2 id.
Artificial 1 id.
Asafran de Marte aperitivo 2 id.
Id. astringente 2 id.
Id. de los metales 3 id.
Cerusa de Antimonio 3 id.
Oriental 2 pesos Onza
Com. Vulgo Alvaialde un peso libro
D.
Decocta, ó Cocimientos.
Cocimiento blanco de Sidemham á 3 reales libra
  1. Este trabajo se ha leido en la Sociedad de Folklore chileno en sesión del 20 de Marzo de 1910.

    Con el beneplácito del autor me he permitido agregar algunas notas al interesante trabajo del señor Tournier, con el objeto de aclarar a los lectores acerca del uso de las mismas drogas en otros paises i otras épocas. Ademas he añadido algunas esplicaciones lingüísticas que son interesantes para la historia de la medicina.—Rodolto Lenz.

  2. Por lo demas, la «méica» chilena trae tambien toda la herencia de remedios nacionales, sobre todo productos vejetales, de la «machi» de nuestros indios mapuches. La investigacion de los elementos indios de la medicina popular chilena seria tema del mayor interes para el folklore chileno.

    Sobre los o las «machis» hasta ahora las noticias mas completas se encuentran en T. Guevara, «Psicolojía del Pueblo Araucano», Santiago 1908, páj, 231 i siguientes. Véanse tambien los trabajos del Sr. E. Robles Rodriguez en esta revista.

    Mui interesante sería tambien un estudio de los remedios que venden todavía, aunque raras veces en Santiago, los vendedores ambulantes, i los que espenden los hierbateros bolivianos que, con sus trajes característicos i su manera especial de andar, no solo se ven en todos los pueblos de Chile, sino que atraviesan todo el Continente sudamericano con sus saquitos llenos de remedios. [R, L.]

  3. Natre o natri, solanum tomatillo; cp. Lenz, Dicc. Etim., páj. 520.
  4. Segun L. Eguilaz, Glosario etimolójica de las palabras españolas de orijen oriental (Granada, 1886), p. 494, las formas árabes, asi como la turca soloman provienen del latin sublimatum—el sublimado. [R. L.]
  5. Segun investigaciones modernas, no cabe la menor duda de que la verdadera sífilis fué llevada de América a Europa por el buque en que Colon volvió de su viaje del descubrimiento. Véase Ivan Bloch, «Der Ursprang der Syphilis», Jena 1901. Al americanista le bastará la lectura de los capítulos en que el cronista de las Indias, Oviedo, habla del «mal de las buas», pura convencerse de la efectividad del hecho. [R. L.]
  6. Los remedios en cuya composicion entra la rana, desempeñan un papel importante en los escritos del médico griego Dioscórides (de fines del primer siglo, despues de J. C.), que ha sido considerado como autoridad de primer órden en medicina i farmacia hasta el siglo XVII. Véase Hovorka i Kronfeld, «Vergleichende Volksmedizin, Stuttgart 1908, T. I, p. 162. Como tantas veces en el parche de rana i en el ungüento de rana se ha conservado el nombre antiguo aun cuando la preparacion se habia cambiado. [R. L.]
  7. Azarcon proviene del árabe «azzarcon», éste del griego «syrikon = lat. «syricum» (Plinio). Véase Eguilaz, l. c. p. 320. [R. L.]
  8. Escrementos del hombre i de muchisimos animales, ya mui recomendados por el famoso médico Celso (del tiempo del emperador Tiberio) i por Dioscórides, son mui usados en todas las medicinas populares. En Chile se ha conservado su uso en numerosas recetas de las médicas. Véase Hovonka i Kronfeld, l. c. I 246 [R. L.]
  9. El mal efecto de la alabanza se debe impedir añadiendo «Que Dios lo guarde». Por lo demás, la creencia en el «mal de ojo» es casi universal: se encuentra entre todas las naciones i en todas las épocas. Véase Hovorka i Kronfeld, l. c. I 73 a 78. [R. L.]
  10. El autor habrá pensado en griego «lapáre» la ingle, o «laparós», delgado, blando, que en Aristóteles aparece con el significado de «el que tiene dijestion fácil». Se considera como forma mas culta en Chile «lepidia» (cp. Rodríguez, «Dicc. de Chilenismos». Stgo. 1875, p. 278. = indijestion). Es, sin duda, antigua voz castellana: en el Dicc. de la Academia no aparece, pero Zerolo, «Dicc. enciclopédico de la Lengua Castellana», Paris 1895, trae «lipiria», med. especie de fiebre contínua o remitente, acompañada de excesivo calor interno i gran frio superficial. En el «Dicc. de Barbarismos i Provincialismos de Costa Rica» de Gagini (San José de Costa Rica 1894, p. 416), se usa «estar en la lipidia» por «estar en la miseria, en la indijencia, en la mayor necesidad». En Cuba (Pichardo, Dicc. provin- cial de Voces Cubanas». Habana 1862, p. 159), se da a «lipidia» solo el contenido de «lucha, majadería, porfía», i «lipidioso» significa la persona porfiada, majadera, pleitista, alborotadora (cp. tambien J. M. Macias, «Diccionario Cubano», Veracruz 1885, reimpreso en Coatepec 1888, p. 769) Evidentemente el significado chuleno es el primitivo por esto la forma «lepidia» estará debida a asimilación al «lepidio» (véase Dicc. de la Acad.) planta medicinal mui usada contra afecciones del estómago i de los intestinos, «anti-escorbútico», (Lepidium sativum, L.), usado por los romanos i los griegos (lepidion), que habrá sido el remedio contra la «lipiria».

    La etimolojía es sin duda el grirgo «lipyria» o «leipyría» que usa Hipócrates por una fiebre maligna o calentura intermitente. Se deriva de «leipo»—abandonar, relajar, i «pyr»—fuego: «lipyría» por «lipopyría»: En portugues se usa «lipiri<» o «lipyria» en el mismo sentido de «calentura interior» (Novo Dicciomario da lengua portugueza e allemâ, por H. Michaelis, Leipzig 1894).

    El uso metafórico de Centro América se esplica por el mal humor de los enfermos de dijestion; compárese el significado de «bilioso.»

  11. Bezar, bezaar, bezahar i, jeneralmente, bezoar, «Nombre de una piedra que se encuentra en Oriente, especialmente en la India i en la China, la cual se emplea como medicamento para estraer toda clase de venenos. De bezāhar, forma árabe vulgar que se rejistra en Marcel por la clásica bezahar, derivada del persa bazahr, «venenum abluens; omne remedium adversus venenum et quo vita servatur, antidotum en Vallers Eguilaz, l. c. p. 345.

    En Chile se encontró este «precioso» remedio en abundancia en los huanacos i vicuñas; los indios chilenos la conocian por el nombre de luan cura (piedra del huanaco) i los cronistas antiguos están llenos de su alabanza. Véase p. ej. Diego de Rosales, Historia General de el Reyno de Chile... - ed. B. Vicuña Mackenna, Valparaiso 1877; t. I, p. 324.

    Respecto al uso del bezoar en otras épocas i rejiones, véase Hovorka i Kronfeld. l. c. 64 [R. L.]

  12. Lo que en la medicina popular de muchos pueblos se llaman ojos de cangrejo, no son los verdaderos ojos del animal, sino unas concreciones de cal (parecidas en su esencia al bezoar) que se forman en el estómago del animal. Dioscórides trae numerosas recetas en que entra el cangrejo pulverizado o quemado. Véase Hovorka i Kronfeld, l. c. I, 256. [R. L.]
  13. El cuerno del ciervo, lo mismo que otras partes del mismo animal, han gozado de fama en todas las épocas. Plinio i Dioscórides recomiendan muchas veces su uso, que, por lo demas, en todas partes se ha conservado hasta hoi. Véase Hovorka i Kronfeld, l. c. I, 212.
  14. La palabra atíncar, anticuado atincar, atincál, tíncal, en Chile vulgarmente atinca o tincal viene, por intermedio del árabe, del persa (at-)tincar. Segun la cita de Eguilaz, l. c. 308, ya se encuentra la palabra en Arcipreste de Hita, copla 915. La edicion de Ducamin, copla 915, dice:

    ssi la enfychizo o syle dyo atincar
    o sy le dyo Raynela osy le dyo mohalinar
    osy le dyo ponçoña o algud (sic) adamar
    mucho ayna la sopo de su seso sacar.

    Como se ve, se trata dé un veneno que enloquece al que lo toma. [R. L.]

  15. Cholagogo del latin cholagogus=griego cholagogós (lo que echa, espulsa la bilis, antibilioso) debería en castellano pronunciarse colagogo; pero evidentemente la palabra debe su oríjen a la receta escrita i mal interpretada por el médico poro latinista. La forma vulgar no puede esplicarse sino por una asimilacion al conocido alimento cochayuyo (alga marina, Durvillea utilissima). La tintura de Ja- lapa, como estracto de la raiz de la planta Ipomea Purga, es remedio americano, denominado de la ciudad mejicana desde la cual se hacia la esportacion. [R. L.]
  16. La espresion corriente «le dió un aire» entre el «mediopelo» se pronuncia a menudo «le dió un adre, con supuesta correccion de la pronunciacion vulgar que dice paire, maire, etc. por padre, madre. [R. L.]
  17. El benjuí debe su nombre al árabe luben djâwî literalmente «incienso de Java» con que se denominaba la resina del árbol Styraz Benzoin o Benzoin officinale, esportada primitivamente de la isla de Sumatra. El nombre fué traido a España por el intermedio de los portugueses.

    Vésse Eguilaz l. c. 344 i mejor Dozy, Glossaire des mots espagnole et portugais dérivés de l'arabe, e. l. Engelmann, Paris, 1869 p. 239 [R. L.]

  18. La creencia en la eficacia de la sangre menstrual para despertar el amor es mui comun también en Europa. Véase Hovorka i Kronfeld II, 175, donde se comprueba su uso en la ciudad de Viena. [R. L.]
  19. «El Monitor Araucano», N.º 61. Sábado 28 de Agosto de 1813.