Las mil y una noches:340
HISTORIA DE IBN AL-MANSUR Y LOS DOS JOVENES
[editar]He llegado a saber ¡oh rey afortunado! que el califa Harún Al-Raschid sufría con frecuencia insomnios producidos por las preocupaciones que le causaba su reino. Una noche, en vano daba vueltas de un lado a otro en su lecho, porque no lograba amodorrarse, y al fin se cansó de la inutilidad de sus tentativas. Rechazó entonces violentamente con un pie las ropas de su cama, y dando una palmada llamó a Massrur, su porta alfanje, que vigilaba la puerta siempre, y le dijo: "¡Massrur, búscame una distracción, porque no logro dormir!"
El otro contestó: "¡No hay nada como los paseos nocturnos, mi señor, para calmar el alma y adormecer los sentidos! Ahí fuera, en el jardín está hermosa la noche. Bajaremos y nos pasearemos entre los árboles, entre las flores; y contemplaremos las estrellas y sus incrustaciones magníficas, y admiraremos la belleza de la luna que avanza lentamente en medio de ellas y desciende hasta el río para bañarse en el agua". El califa dijo: "¡Massrur, esta noche no desea mi alma ver semejantes cosas!" El otro añadió: "¡Señor, en tu palacio tienes trescientas mujeres secretas, y cada una disfruta de un pabellón para ella sola! Iré a prevenirlas para que todas estén preparadas; y entonces te pondrás tú detrás de los tapices de cada pabellón, y admirarás en su sencilla desnudez a cada una de ellas, sin hacerte traición con tu presencia".
El califa dijo: "¡Massrur, este palacio es mi palacio, y esas jóvenes me pertenecen; pero no es nada de eso lo que anhela mi alma esta noche!" El otro contestó: "¡Ordena mi señor, y haré que entre tus manos se congreguen los sabios, los consejeros y los poetas de Bagdad! Los consejeros pronunciarán ante ti hermosas sentencias; los sabios te pondrán al corriente de los descubrimientos que hayan hecho en los anales, y los poetas encantarán tu espíritu con sus versos rítmicos".
El califa contestó: "¡Massrur, no es nada de eso lo que anhela mi alma esta noche!" El otro contestó: "En tu palacio, mi señor, hay coperos encantadores y deliciosos jóvenes de aspecto agradable. ¡Si lo ordenas, les haré venir para que te hagan compañía!" El califa contestó:
"¡Massrur, no es nada de eso lo que anhela mi alma esta noche!"
Massrur dijo: "¡Córtame, entonces, la cabeza, mi señor! ¡Quizá sea lo único que disipe tu hastío! ...
En este momento de su narración, Schehrazada vio aparecer la mañana, y se calló discretamente.