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Los viajes de Marco Polo/Libro I/Capítulo XIV

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Nota: Se respeta la ortografía original de la época

CAPITULO XIV.

CIUDAD DE CAMANDÚ.

Al final de la bajada se encuentra una gran llanura, mirando al Mediodía, que tiene cinco jornadas de larga. Al principio se presenta una gran ciudad llamada Camandú, muy floreciente en lo antiguo y hoy muy postrada porque los Tártaros la han destruido várias veces: la region se llama Reobarle: es muy calurosa y produce trigo, cebada y otros granos. En las laderas de los montes se ven manzaras, granadas, membrillos y otras frutas que en nuestro país no se conocen por el frio. Abundan las tórtolas, á las cuales profesan aborrecimiento los sarracenos, así como faisanes y francolines, diferentes de los de otras partes, porque tienen el plumaje mezclado de blanco y negro y el pico y los piés rojos, y toros completamente blancos, de pelo corto y laso á causa del calor, de cuernos pequeños, grueses y de punta roma: estos animales tienen sobre la espalda una giba, alta de dos palmos: Son hermosos de ver, llevan grandes pesos y para recibirlos se bajan á modo de camellos. Hay tambien carneros, grandes como asnos, de cola gruesa y larga que pesará treinta libras y más: son buenos de comer. El país está cubierto de ciudades y castil os fortificados con obras elevadas de tierra, para defenderse de los depredadores caraunas. Hé aquí el origen de este pueblo. Uno de ellos, llamado Nugodar, sobrino de Zagathai, hermano del gran Kan, estando en la corte de Zagathai, que era dueño de la Turquía Mayor, supo que en la India habia una comarca llamada Malabar, regida por Asidin Soldan y no sujeta al dominio de los Tártaros.

Tomando consigo doce mil de éstos, escogides entre los peores y más crueles, se puso en marcha, sin pedir licencia á su tio, y atravesando Balaxan y cierta provincia nombrada Chesmur, donde perdió la mayor parte de su gente y bestias por lo difícil y penoso del camino, hizo su entrada en Malabar apoderándose de la cindad de Dely y de otras circunvecinas y comenzó á reinar. Los Tártaros blancos se unieron con las mujeres indias que eran negras, y de estas uniones vino la raza de los caraunas que en su lengua quiere decir mestizos, y se dedican á robar por donde puelen. En el Malabar aprendieron las artes mágicas y diabólicas con las cuales entenebrecen la luz del dia; de tal manera, que no es fácil verlos. Cuando emprenden sus correrías hacen uso de tales artes, y principalmente cuando se dirigen á Reobarle, porque todos los mercaderes que van á traficar en Ormuz con los de la India, acostumbran, en tiempo de invierno, á mandar sus camellos y mulos, fatigados por lo largo del camino, á que se repongan en los pastos de la llanura de Reobarle, y entonces llegan los caraunas y se apoderan de todo; hombres y bestias, si bien á los primeros los dejan mediante rescate.

M. Marco estuvo á punto de ser cogido en medio de la oscuridad, pero logró salvarse en el castillo de Consalmi: de sus compañeros, unos fueron presos y vendidos, otros muertos.