Los viajes de Marco Polo/Libro I/Capítulo XLIII
CAPITULO XLIII.
Le sucedió Tui Kan; á éste Bacui Kan; á éste Mangu Kan, y á éste Cublai Kan el nás poderoso de todos ellos; más que los tros cinco reunidos, pues merece el nombre e emperador del Mundo, y todos los reyes le cristianos y de sarracenos no son tan randes como él que domina sobre los Táraros del Mundo, lo mismo en los de Levanse que en los de Poniente, segun verémos en este libro.
Sabed que todos los gran Kan, que dessienden de Gengis son enterrados en una clerada montaña llamada Altai; y sucede que, uando llevan el cadáver á dicho lugar, son legolladas todas las personas á quienes se encuentra en el camino, diciéndoles: «Id á servir á vuestro señor al otro mundo,» porque creen que efectivamente así ha de suceder: lo mismo hacen con los mejores caballos que el difunto tenía, para que use de ellos en la otra vida. En los fanerales de Mangu Kan urieron de este modo más de 20.000 personas.