tardío suicidio, recurso estéril del bochorno,—como al cabo apeló no sé dónde el almirante francés Villeneuve, visto que no le era posible consolarse de haber sobrevivido á las Escuadras aliadas de que él era General en Jefe.
Á todo esto, llevábamos ya largo rato de haber salido del Estrecho de Gibraltar y de tener ante los ojos el Océano... ¡el Océano, el mar sin límites conocidos, el piélago de inexploradas lontananzas al Norte y al Sur, y cuyo primer valladar al Oeste había que buscar en la remota América!
Figuraos mi satisfacción y mi orgullo... ¿Qué era el Mediterráneo, de donde tan dificultosamente acabábamos de salir, comparado con aquellas interminables soledades de agua que se desplegaban ante nuestra vista? ¡Un lago medido por pulgadas, y cuya historia de miles de años sabe ó supo el género humano hora por hora, capítulo por capítulo! Entonces fué, pues, cuando comenzaron á cuajarse en mi imaginación aquellos espontá-