tender la investigacion mas allá de la corta duracion de su existencia, la Filosofía de la Naturaleza se despoja de las formas vagas y poéticas que desde su origen la han pertenecido; adopta un carácter mas severo; compulsa el valor de las observaciones, no adivina ya; combina y razona. Entonces las afirmaciones dogmáticas de los siglos anteriores, se conservan solo en las creencias del pueblo y de las clases que se aproximan á él por su falta de ilustracion; y se perpetúan sobre todo en algunas doctrinas que se cubren bajo místico velo, para ocultar su debilidad. Las lenguas recargadas de espresiones figuradas, llevan largo tiempo los rasgos de estas primeras intuiciones. Un pequeño número de símbolos, producto de una feliz inspiracion de los tiempos primitivos, toma poco á poco formas menos vagas, y, mejor interpretados, se conservan hasta en el lenguaje científico.
La naturaleza, considerada por medio de la razon, es decir, sometida en su conjunto al trabajo del pensamiento, es la unidad en la diversidad de los fenómenos, la armonía entre las cosas creadas, que difieren por su forma, por su propia constitucion, por las fuerzas que las animan; es el Todo (τὸ πᾶν) animado por un soplo de vida. El resultado mas importante de un estudio racional de la naturaleza es recogerla unidad y la armonía en esta inmensa acumulacion de cosas y de fuerzas; abrazar con el mismo ardor, lo que es consecuencia de los descubrimientos de los siglos pasados con lo que se debe á las investigaciones de los tiempos en que vivimos, y analizar el detalle de los fenómenos sin sucumbir bajo su masa. Penetrando en los misterios de la naturaleza, descubriendo sus secretos, y dominando por el trabajo del pensamiento los materiales recogidos por medio de la observacion, es como el hombre puede mejor mostrarse mas digno de su alto destino.
Si reflexionamos desde luego acerca de los diferentes