Galileo «grande hasta escitar envidia,» decia ya: «Magnus magnes ipse est globus terrestris.» Ridiculizando las montañas de iman que Fracastor, ilustre contemporáneo de Cristóbal Colon, colocaba en los polos, añade: « ejicienda est vulgaris opinio de montibus magneticis, aut rupe aliena magnetica, aut polo phantastico á polo mundi distante.» Admite que la declinacion de la aguja imantada es invariable sobre toda la tierra (variatio unius cujusque loci constans est), y esplica las curvaturas de las líneas isogónicas por la configuracion de los continentes y la situacion del fondo de los mares, cuya accion magnética es menor que la de las masas sólidas que se levantan sobre el nivel del Océano. (Gilbert, de Magnete, ed. de 1633, p. 42, 98, 132 y 155.)
^(42) Pág. 160.—Gauss, Allgemeine Theorie des Erd-magnetismus, en Resultate aus den Beob. des magnet. Vereins, im Jahr, 1838, § 41, p. 56.
^(43) Pág. 161.—Existen otras causas perturbadoras aun mas locales, que tienen su asiento quizás á menos profundidad, y cuyos efectos no se estienden á largas distancias.—Yo hice conocer há tiempo un ejemplo muy raro de estas perturbaciones escepcionales, sentidas en las minas de Sajonia y no en Berlín. (Lettre de M. de Humboldt á S. A. R. le du. de Sussex, sur les moyens propres á perfectionner la connaissance du magnetismme terrestre, en el Traité expérimental de l'electricité de Becquerel, t. VII, p. 442.) Hanse manifestado ciertas tempestades magnéticas simultáneamente desde Sicilia á Upsala, sin propagarse de Upsala á Alten. (Gauss y Weber, Resultate des magnet. Vereins. 1839, p. 128; Lloyd, en las Comptes Rendus de l'Academie des Sciences, t. XIII, 1843. p. 725 y 827). Entre los numerosos y recientes ejemplos de estas perturbaciones que Sabine ha reunido en su importante obra (Observ. on days of unusual magnetic disturbance, 1843), uno de los mas notables es el del dia 25 de setiembre de 1841: la perturbacion se hizo sentir en Toronto, en el Canadá, en el cabo de Buena-Esperanza, en Praga y en parte, por lo menos, de la Tierra de Van-Diémen. Los ingleses dan tanta importancia á la solemnidad del domingo, que creerian cometer un pecado si consintiesen en leer una escala gradual despues de las doce de la noche del sábado, aunque se tratase de los fenómenos mas maravillosos de la Creacion. Ahora bren; como la tempestad magnética de que nos ocupamos acaeció precisamente en la sierra Yan-Diémen, en domingo, á causa de la diferencia de longitud, la observacion no fue completa. (Observ. p. XIV, 78, 85 y 87).
^(44) Pág. 161.— En el Journal de Phisyque de Lamétherie, 1804, t. LIX, p. 449, he mostrado cómo puede determinarse la latitud por medio de la inclinacion de la aguja imantada en una costa dirigida siempre de Norte á Sud, que como las de Chile y el Perú, estén constantemente en-