maré, ya historia del Cosmos, ya historia de la Contemplacion física del Mundo, no debe confundirse con la historia de las ciencias naturales, tal como nos la presenta algunas de nuestras mejores obras de Física, de Botánica y de Zoología.
El mejor medio de dar una idea de la naturaleza de las cosas que deben tener lugar en este cuadro, es citar algunos ejemplos. A la historia del mundo pertenecen los descubrimientos del microscopio compuesto, del telescopio y de la polarización de la luz, porque han suministrado los medios de conocer lo que es comun á todos los organismos, de penetrar en los mas remotos espacios del cielo, y dedistinguir la luz propia de la luz reflejada, es decir, de reconocer si la luz solar emana de un cuerpo sólido ó de una envuelta gaseosa. Por el contrario, la enumeracion de los ensayos que desde Huyghens nos han conducido sucesivamente al descubrimiento de Arago sobre la polarizacion coloreada, debe reservarse para la historia de la Optica. Así mismo es preciso dejar á la historia de la fitognosía ó6 botánica el desarrollo de los principios segun los cuales la innumerable masa de los vegetales puede dividirse en familias; mientras que la geografía de ¡as plantas, es decir, la distribucion local y climatológica de los vegetales que cubren todo el globo, comprendiendo las algas que guarnecen la cuencade los mares, forma una division importante en un ensayo histórico sobre el desarrollo de la idea del Universo.
La observacion razonada de los progresos que han podido llevar al hombre á abarcar el cuerpo de la Naturaleza, no es tampoco la historia general de la cultura de la humanidad, como, segun acabamos de decir, no puede ser la historia de las ciencias naturales. Esta ojeada dirigida al conjunto de las fuerzas vivas de la creacion, debe indudablemente ser considerada como el mas noble fruto de