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turaleza á que dan lugar los viajes lejanos, un encanto que empieza ádebilitarse en nuestra época erudita, en medio de las facilidades sin número que dan acceso átodas las regiones: es decir, elencanto de lanovedad y dela sorpresa. No se trataba solo de un hemisferio, cerca de dos terciosdel globo formaban todavía un mundo nuevo é inesplorado, un mundo que hasta entonces habia estado oculto á la vista, como aquella faz de la luna oculta eternamente á la vista de los habitantes de la tierra, en virtud de las leyes de la gravitacion. Nuestro siglo mas Investigador, y dueño de mas rico caudal de ideas, ha encontrado una compensacion á la pérdida de los goces que proporcionaba en otro tiempo á los espectadores sorprendidos la imponente masa de los fenómenos de la Naturaleza; compensacion vana, es cierto, para la muchedumbre, y de la cual duranteaun mucho tiempo podrá aprovecharse solo el pequeño número de hombres que están 4 la altura de los últimos descubrimientos físicos. Esta conquista de los tiempos modernos, se halla garantizada porla observacion cada vez mas profunda que se aplica al juego regular de las fuerzas de la Naturaleza, ya se trate del electro- magnetismo, de la polarizacion de la luz, de los efectos producidos por las sustancias diatermas ó de los fenómenos fisiológicos que presentan los organismos vivientes. ¡Vasto conjunto de maravillas que se desarrollan ante nuestra vista como un mundo nuevo cuyo suelo apenas tocamos!

A la primera mitad del siglo XVI tambien pertenece el descubrimiento de las islas Sandwich, del país de los Papues, y de algunas partes de la Nueva Holanda(85). Estos descubrimientos prepararon los de-Cabrillo, Sebastian Vizcaino, Mendaña (86), y por último de (Quirós, cuya isla Sagitaria no es otra que Tahiti, y cuyo archipiélago del Espíritu Santo es el mismo de las Nuevas Hebridas del capitan Cook. Quirós iba acompañado del atrevido navegante