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triótico. El impulso estaba dado; cada cual desde entonces - sintió el deseo de observar por sí mismo, mientras que las obras cosmográficas de la edad media eran menos el producto de una contemplacion inmediata, que de compilaciones en donde reaparecian uniformemente las opiniones de los escritores clásicos de la antigivedad. Dos de los hombres mas grandes del siglo XVI, Conrado Grerner y Andrés Cesalpino, abrieron gloriosamente una nueva senda en Zoologia y en Botánica.

Para trazar de una manera mas comprensible los progresos físicos Ó astronómicos que, por consecuencia de los descubrimientos hechos en el Océano ensancharon la cien-. cia de la navegacion, debo ai final de este cuadro llamar la atencion sobre algunos puntos luminosos que empiezan ya 4 brillar en las narraciones de Colon. Estos resplandores débiles aun, merecen tanto mas ser notados, cuanto que contienen el gérmen de miras generales sobre la Naturaleza. Omito las pruebas de los resultados que indico aquí, porque las he suministrado con abundancia en otra obra, en el Exámen crítico de la Historia de la geografía del nuero continente, y de los progresos de la Astronomía náutica en los siglos XV y A VL. Para no incurrir, sin embargo, en la sospecha de cambiar el órden de los tiempos, y apoyar las observaciones de Colon sobre los principios de la física moderna, traduciré literalmente algunas líneas de una carta que escribia el Almirante desde Haiti en el mes de Octubre de 1498: «Cuando yo navego de España á las Indias, fallo luego en pasando 100 leguas 4 Poniente de los Azores grandísimo mutamiento en el Cielo é en las estrellas, y en la temperancia del aire, y en las aguas de la mar; y en esto he tenido mucha diligencia en la esperiencia. Fallo que de Setentrion en Austro, pasando las dichas 100 leguas de las dichas islas, que luego en las agujas de marear, que fasta entonces nordesteaban, noruestean