escribia á Colon el Y de setiembre de 1493: «Nos parece que seria bien que llevásedes con vos un buen Estrólogo y mos parecia que seria bueno para esto Fray Antonio de Marchena, que es buen Estrólogo y siempre nos pareció que se conformaba con vuestro parecer.» Colon dice en la relacion de su cuarto viaje. «Solo hay un modo de cálculo 1nfalible para la navegacion, y es el de los astrónomos; todo aquel que lo conozca puede considerarse feliz. Los resultados que garantiza, equivalen á una vision profética (14). Los ignorantes pilotos no saben ya donde están desde que dejan de ver por algunos dias las costas. Serían incapaces le volver á encontrar el país descubierto por mí. Hace falta para navegar, compás y arte, es decir, la hrújula y la cien«la que es el arte de los astrónomos. »
He mencionado estos detalles característicos, porque ellos hacen vercómo la Astronomía náutica, que ha facilitado el acceso á todas las partes de la Tierra ocurriendo á los peligros de la navegacion, ha recibido su primer desarrollo a el período cuyo cuadro trazo ahora; como en el movimiento general de los espíritus se comprendió desde luego la posibilidad de métodos que no podian ser de una apl«acion general sino despues del perfeccionamiento de los cronómetros, instrumentos propios para medir los ángulos y tablas solares y lunares. S1 es cierto, como se ha dicho, que lo que determina el carácter de un siglo, es el progreso mas Ó menos rápido del entendimiento humano, en un ierto espacio de tiempo, el siglo de Colon y de los gran«les descubrimientos marítimos, aumentando de una mauera inesperada los objetos de la ciencia y de la contemplacion, ha dado un impulso nuevo y mas poderoso á los siglos que le siguieron. Propia cosa es de los descubrimientos considerables el ensanchar el círculo de las conquistas y el horizonte del campo que queda todavía por conquistar. En cada época existen espíritus débiles dispuestos
