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estio, durando todo no mas que ocho dias. Creuzer, en su Symbolik und Muythologie, t. 1, 1840, p. 427, 130, 179 y 481, eree, sin embargo, que independientemente del calor natural, se adelantaba tambien el desarrollo de las plantas que componían los jardines de Adonis, en piezas artificialmente calentadas. El jardin del convento de los Dominicos en Colonia recuerda un convento de Santo Tomás, situado en la Groenlandia ó en Islandia, cuyo jardin estaba siempre desprovisto de nieve, gracias ú fuentes naturales de agua caliente; así lo refieren los hermanos Zent en la relacion de los viajes que hicieron de 1388 a 1404, relacion que apenas permite determinar las localidades que recorrieron. Véase Zurla, Viaggiatori veneziani, t. 1, p. 63-69, y Humboldt, Examen critique de 1*Histoire de la Geographic, t. 1, p. 127. En nuestros jardines botánicos el eslablecimiento de las estufas propiamente dichas, parece ser mucho mas reciente de lo que ordinariamente se cree. Solo á fines del siglo XVII se obtuvieron por primera vez ananas maduras. Véase Bcckmann, Geschichte: der Erfindungen, t. IV, p. 287. Lineo afirma en la Musa Cliffortiana florens Hartecampi, que se vió florecer por primera vez un plátano en Europa en el jardin del principe Eugenio en Viena, el 1731.

(25) Pág. 81.—Estas imagenes de la vegetacion tropical, que dan una idea de lo que se entiende por fisonomía de las plantas, Torman en el Museo de Berlin, en la seccion de las miniaturas, dibujos y grabados, un tesoro con el que no puede compararse actualmente ninguna otra coleceion. Las hojas publicadas por el baron de Kittlitz, tiznen por titulo: «Veyetalions Ausichten der Kústenlánder und Inseln des stillen Oceans aufqenommen 1827-1829 auf der Entdeckungsreise der hais. russ. Corvette Senjawin, Siegen, 1844. Obsérvase tambien una gran verdad en los dibujos de Carlos Bodmer que, grabados primorosamente, adornan el viaje del principe Maximiliano de- Wied al interior de la América septentrional.

(25) Pág. 85.—Véase Humboldt, Tableaux de la Nature, 1851, t. TI, p. 1-36, y dos obras muy instructivas: Fr. de Martius, Physiognomie des Pflanzenreiches in Brasilien, 1824; y M. de Olfers, Allgemeine Uebersicht von Brasilien, en los viajes de Feldner, 1828, 1.2 parte p. 18-23.

21) Pág. 92.—Guillermo de Humboldt, Briefwechsel mit Schiller, 1830, p. 470, hi

(28) Pág. 93.—Diodoro, 1.11, e. 13. Este historiador no da al célebre jardin de Semíramis mas que 12 estadios de circuito Los desfiladeros del Bagistano se llaman todavía hoy el Arco ó la Circunferencia del Jardín (Tauki bostan). Véase Droysen, Geschichte Alexanders des Grossen, 1833, p, 333.

(29) Pág. 94.—Léese en el Schahnameh de Firdusi: «Zerduscht plantó