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torique, etc., t. 1, p. 142, y Examen critique, etc., t. 1, p. 39, 180 y 288; 1, MI, p. 135, V. Gosselin, Recherches sur la Geogr., systém. des anciens, t. 1, p. 94 y 98; Ukert, 1.? parte, sec. I, p. 61-66.

(33) Pág. 123.—Estrabon, 1. XVII, p. 826. La destruccion de las colonias fenicias por los Nigritas parece indicar una situacion muy próxima al medio dia; y este indicio es mas seguro que el de los cocodrilos y elefantes mencionados por Hamnon, porque esos animales se encontraban otras veces al Norte de Sahara, en la Mauritania y en toda la parte occidental del Atias, como lo prueban algunos pasajes de Estrabon, 1. XVII, p. 821; de Eliano, de Natura animal, 1. VII, c. 2; de Plinio, V. 41, y muchas circunstancias de las guerras entre Roma y Cartago. Véase acerca de este punto importante de la geografía de los animales, Cuvier, Ossements fossiles, 2.? edicion, t. I, p. 74, y Quatremere, Mémotres de l* Acad. des Inscript., t. XV, 2," parte, p. 391-394.

(34) Pág. 129.—Herodoto, lib. TI, c. 106.

(35) Pág. 130.— He tratado detalladamente en otra obra (Examen critique, etc., t. I, p. 130, 139, t. IL p. 158 y 169; t. 1If, p. 137-140) de este: punto tan discutido, asi como de los pasajes de Diodoro, 1. Y, e. 19 y 20), y del Psendo Aristóteles (Mirab. Auscult., e. 85, p. 112, edic. de: Bekker). La compilacion de las Mirab. Ausculf. parece ser anterior 21 fin de la primera guerra púnica, puesto que el autor (c. 105, p. 211), cita la Cerdeña como en poder de los Cartagineses. Es de notar tambien que la isla de espesos bosques de que se habla en aquel libro está representada como inhabitada. Ahora bien: los Guanchos poblaban todo el srupo de las islas Canarias; pero en realidad no habitaban la isla de Madera, en la cual ni Juan Gonzales ni Tristan Vaz en 1519, ni antes que ellos Roberto Masham y Anna Dorset, encontraron habitantes, suponiendo que su robinsonada sea histórica. Heeren refiere la descripcion de Diodoro solo á la isla de Madera; sin embargo, cree reconocer en Festo Avieno (v. 164), tan familiarizado con los escritos cartagineses la señal de numerosos temblores de tierra del pico de Tenerife. Véase de lu Politique et du Commerce des peuples de l* antiquite, t. IV p. 114. Fijándose en el conjunto de las relaciones geográficas, la descripcion de Avieno se refiere en mi sentir á una comarca situada mas al Norte, quizás en el mismo mar Croniano (mar Glacial). Véase Examen critique, etc., t. II, p. 138. Amiano Marcelino habla tambien (1. XXI, ec. 14), de las fuentes púnicas que Juba aprovecha. Respecto á la cuestion de saber hasta que punto es verosímil que el nombre de islas Canarias (islas de los Perros, segun Plinio, que veia por de quiera etimologías latinas), tenga un orígen semitico véase Credner, die biblische Vorstellung vom Paradiese, en [llgen* s £Lcitschrift fúr die historis che Theologie, t. VI, 1836, p. 166-186. La co-