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encontraba hierro, y hierro muy maleable, despues que habia corrido el oro líquido, ¿no ocultaria en realidad una herrería? El brillo del hierro fundido haria que se le tomase por oro, y cuando el color amarillo hubiese desaparecido por efecto del enfriamiento, que se encontrase el hierro negro.

(44) Pág. 133.—Pseudo-Aristóles, Mirab. auscult, e. Só y 111, p. 115 y 225, edic. de Bckker. d

(15) Pag. 133.—Otfredo Muller. die Efrusker, sec. 2, p. 254.

(46) Pág. 13£.—Si en otro tiempo se decia en Alemania, siguiendo al Padre Angelo Cortenovis, que la tumba del héroe de Clusio, Lars Porsena, adornada, segun la narracion de Varron, con un capitel de bronce y cadenas colgantes, tambien de bronce, era un condensador de electricidad atmosférica, ó una especie de para-rayos, como ha pensado tambien Michaelis que lo cran las barras metálicas colocadas sobre el templo de Salomon, esta idea se estendió en un tiempo en que se atribuia de buen grado á los antiguos pueblos los restos de una física primitiva revelada que no hubiera tardado en oscurccerse. La indicacion mas importante acerca de la relacion que existe entre el rayo y los metales conductores, ficil por otra parte de descubrir, creo que es tambien la que da Ctésias en sus Indica (c. 4, p. 248, edic. de Behr): «Tuvo, dice, en su poder dos espadas de hierro, presentes del rey Artajerjes Mnemon y de su madre Parisátides, que fijas en tierra alejaban las nubes, el granizo y los relámpagos; vió en ellas por sí mismo los efectos asistiendo á dos esperimentos hechos delante de él por el rey.» La religiosa atencion que prestaban los Toscanos á los fenómenos metereológicos y á todo lo que se apartaba del curso ordinario de la naturaleza, hace muy sensible la pérdida de todos los libros fulgurales; pues sin duda alguna que la aparicion de los grandes cometas, la caida de las piedras meteóricas y las lluvias de estrellas errantes, estarian allí notadas como en los anales chinos de una época masatrasada, aprovechados por Eduardo Biot Catalogue des étoiles filantes y des autres météores observes en Chine, 1846). Creuzer (Religions de l"antiquite, t. 1, p. 450 y siguientes, de la traduccion de M. Guigniaut) trató de demostrar cómo las condiciones naturales en que se haliaba la Etruria podian influir sobre la direccion del espiritu particular á sus habitantes. La tradicion, segun la cual Prometeo separó el rayo de las nubes, trae á la memoria los pretendidos esfuerzos de los fulguradores para atraer el trueno. La operacion se limilaba á una especie de conjuro, y probablemente no cra ni mas ni menos eficaz que la calavera de burro que en los ritos de la Etruria era tenida como recurso para preservarse de las tormentas.