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que estaba movido por agua. (Horologium ex aurichalco arte mechánica mirifice compositum, in quo duodecim horarum cursus: ad clepsydran vertebatur). Véase Einhardi, Annales, en Pertz, Monum. Germanie histor., t. 1, 1826, p. 194; H. Mutius, de German. origine, gestis, etc.; Caronicon, 1. VII, p. 57, en Pistorius. Germanic., Script, etc. t. 11, Francof, 1584, y Bouquet, Recueil des Historiens des Gaules, t. V, p. 333 y 354. Las horas estaban indicadas por pequeñas bolas y por el paso de winetes á través de otras tantas puertas distintas, que se abrian á su aproximacion. La manera de hacer entrar al agua en esos relojes era quizá muy diferente entre los Caldeos «que pesaban la hora» es decir, que la determinabon por el peso de un líquido en movimiento, y en los elepsydrosde los Griegos y de los Indios; porque el reloj hidráulico de Ctesibio, contemporáneo de Tolomeo Evergetes II, quedaba en un año entero la hora civil de Alejandría, no está citado nunca con el nombre general de elepsidro. Véase Ideler, Handbuchder Chronologie, 1825, t. 1, p 231. Segun la descripcion de Vitrubio (1. X, cap. 4) cra un verdadero reloj astrouómico, un horologíium ex aqua, una machina hydraulica muy compleja, que fuacionaba por ruedas dentadas (versatilis tympani dentienli «quales alius alium impellentes). No es pues inverosímil que los Arabes que conocian los perfeccionamientos introducidos bajo el imperio ramano en la construccion de las máquinas, llegasen al cabo á construir un reloj de ruedas: «tympana que nonnulli rotas apellant Greci autem zepirpoxa» (Vitruvio 1, X, c.4). Sin embargo, Leibnitz (Annales Impern occidenti Brunsvicenses, edic. Pertz, t. T, 1843, p. 247) espresa el asombro que le causó el reloj de Harom-al-Raschid. Vease Abd-Allatif. Relations de l*Egipte, trad. por de Sacy, p.518. Una obra tada vía mas notable es la que el sultan de Egipto envió en 1232 al emperador Federico JT. Era un gran pabellon en donde el sol y la luna puestos -en movimiento por hábiles mecanismos, aparecian y desaparecian marcando con exactitud y regularidad las horas del dia y de la noche. Léese en los Annalos Godefridi monachi S. Pantal+ooni apud Coloniam Agrippinam: «Tentorium, in quo imagines Solis et Lun: artificialiter mote cursum suum certis et debitis spatiis peregrant et horas dici et noctis infallibiliter indicant.» (Freheri Rerum germanic, Script, t. 1, Argentor., 1717, p. 398). El monge Godofredo ó el autor, cualquiera quesea, que haya redactado los hechos del ano 1232 en esta crónica, escritaal uso del convento de San Pantaleon en Colonia, quizás por mas de un ingenio, vivia en el mismo tiempo que Federico II. Véase Bexhmer, Fontis rerum germanic, t. 11, 1845, p. 34-37. El emperador dejó valuada esta obra maestra en 20,000 marcos, en el tesoro de Venusa con otros objetos preciosos. Véase Federico de Raumer, Geschichte der Hohenstaufen, t. MI, p. 430. Que se moviera todo el pabellon de: este reloj como la bóveda del cielo, cosa es que me parece muy inverosimil, aunque se haya afirmado por muchos. La Chronica Monastern Hirsau-