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contrahecho sobre la obra inglesa. Existen en la autigua lengua ersa cantos en honor de Fingal, conocidos con el nombre de cantos de Pinnian. que fueron recogidos y escritos despues de la introduccion del cristianismo y no se remontan quizás al siglo VII de nuestra era; pero estas poesías populares contienen muy pocas descripciones sentimentales del género de aquellas que dan singular encanto al libro de Macpherson (57).

Hemos indicado ya que sila predisposicioná la contemplacion y á las fantasías noes estraña álas razas indo-germánicas de la Europa septentrional, sino que antes bien constitu yen uno de sus rasgos distintivos, no debe atribuírsela 4la influencia del clima, es decir, al ardiente deseo de los groces de la Naturaleza acrecentado por la privación. Hemos recordado las deliciosas descripciones de la naturaleza orgánica ó de la naturaleza inanimada, que ofrecen las literaturas india y persa, desarrolladas bajo los fuegos del sol del Mediodía. Tales son el paso de la sequía á las lluvias tropicales y la aparicion de la primer nube que altera el profundo azul de un cielo puro, cuando los anhelades vientos eterios empiezan á zumbar en las largas hojasque eoronan la empenachada copa de las palmeras.

Esta es la ocasion de penetrar algo mas en la literatura descriptiva dela India. «Representémonos, dice Lassen(08), á una parte de la raza ariana abandonando las regiones del Nor-oeste, su primitiva patria, y emigrando Lácia la India. Debió admirar las riquezas de aquella naturaleza desconocida. La dulzura del clima, lo fértil del suelo, la liberalidad con que derramaba sus magníficos dones debieron prestar mas brillantes colores ála nueva vida de aquellos pueblos. Ademas de las preciosas cualidades propias de los Arianos, y del raro desarrollo de su entendimiento, que permlte encontrar en ellos el gérmen de cuanto grande y elevado realizaron los Indios mas tarde, el aspecto del mundo