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evolución filosófico-matemática en el siglo xix

gún el grado de progreso alcanzado. Se trata de un trabajo de ordenación de los conceptos, que siempre tendrá un valor relativo; pues la Matemática no se encierra dentro de una esfera limitada. Por el contrario, progresa de dentro á fuera. Se engrandece por el Análisis; y al hacerse más densos sus elementos constitutivos, éstos se empujan mutuamente hacia la superficie, que se dilata de contínuo, y exige una más ámplia esfera. Y aunque en el caso de existir un sistema filosófico que señalara los puntos capitales, fuera de los que no se concibiera la posibilidad de existir otros nuevos; lo importante en la Matemática no es la vaga generalidad en que los hechos se pierden dentro de un conjunto, sino la claridad que ilumina los detalles, y define con evidencia lo individual; pues la clari da y evidencia de los hechos se propagan á los sistemas que forman y el foco de luz la irradia desde el centro hacia la superficie.

Esto no implica el desconocimiento de la influencia que la Filosofía, como madre de las ciencias, ejerce en la Matemática. Aquélla presentará puntos de vista más ó menos lejanos, que orientará las direcciones dadas á la inteligencia hacia nuevas finalidades. Por otra parte, la Metafísica, en su marcha descendente y la Matemática en su marcha, desde el centro hacia la superficie, se encontrarán en ésta, que cada vez señalará la esfera matemática, y en la que la Matemática tomará sus principios fundamentales, postulados y axiomas, para organizarse conforme á ellos, y mantener siempre el rigor en sus razonamientos.

II. Evolución positivista. Un sistema opuesto al de Wronski es el de Augusto Comte, que publicó, en 1830, el tomo primero de su Cours de Philosophie positive, donde se hallan los principios de su sistema.

Comienza, exponiendo el primer resultado directo de la filosofía positiva, á saber: la manifestación, por la experiencia, de las leyes que siguen nuestras funciones intelectuales. Admite que todos los trabajos humanos son, ó de especulación ó de acción. Así, nuestros conocimientos son teóricos ó prácticos; y presenta el estudio de la naturaleza como destinado á dar la base racional de la acción del hombre sobre la naturaleza. El espíritu humano debe proceder, en las investigaciones teóricas, haciendo abstracción por completo de