naturales forman el nuevo núcleo característico del siglo xix, que por este predominio de su modo de ser sobre los demás desarrollos del pensamiento humano, quedará designado en la historia como el siglo de las ciencias.
Laplace creó la Mecánica celeste, Cauchy la Física matemática, Ampère y Faraday descubrieron los principios que habían de elevar la electricidad al lugar preminente entre las energías naturales.
Hacia mediados del siglo xix apenas se conocía esta energía. Los químicos Fourcroy, Berzelius, Davy, Dumas y Fresenius, habían aportado considerables descubrimientos á la química inorgánica, hasta entonces preponderante.
Pero llega el momento en que Mayer descubre el equivalente mecánico del calor, y Berthelot realiza sus primeros descubrimientos de síntesis química, á los que sucedieron los de Pasteur; y las ciencias se transforman. Quien estudió química en las importantes obras de Regnault y Fresenius, hoy desconoce por completo la química moderna, en la que la orgánica ha adquirido un lugar preponderante. En Física, la teoría de los antiguos fluidos imponderables ha quedado derogada. La obra del P. Secchi, sobre la unidad de las fuerzas físicas, ha servido de fundamento á otras que tienden á fijar los nuevos ideales. Y sobre este riquísimo fondo se eleva la Matemática, dirigiendo una veces con sus teorías, comprobando y midiendo otras, con sus cálculos, los resultados de aquélla, por lo que adquieren el valor de verdaderas ciencias.
Actualmente, las obras de Maxwell, de Thomson, de Lorentz y especialmente las de M. Poincaré, y, en química las de Van t'hoff y Duhem, dan una capital importancia á los cálculos matemáticos; y la célebre teoría analítica del calor de Fourier ha servido á su vez de fundamento á los hoy considerables descubrimientos de las series trigonométricas y á los más recientes descubrimientos acerca de la discontinuidad de las funciones.
Considerando desprendidas de este núcleo las ciencias matemáticas, las vemos separarse en dos regiones, la Matemática pura, organismo grandioso é íntegro, y lo que tiene de común con las demás ciencias, á las que presta el caudal de sus cálculos.
Los matemáticos, ante el inmenso desarrollo de su ciencia,