Está muy destruido por el salitre que se le ha infiltrado durante el tiempo que estuvo enterrado y que con su acción capilar va royendo las paredes poco á poco.
Esto ha causado la desaparición de la mayor parte de las pinturas de su cara externa, que eran negras sobre fondo blanco, pero por lo que queda y lo que puede traslucirse mojándolo repetidas veces, se ve que el conjunto del dibujo ha sido el común de muchos pucos calchaquinos, es decir, una combinación de elementos de guarda griega colocados en sentido horizontal, como continuación de líneas en terrazas que corren del borde á la base.
Cerca del borde, y en la línea que divide la pared externa en dos partes á objeto del dibujo, hay dos pequeñas protuberancias, una al lado de la otra.
El interior de este puco se halla dividido en dos partes desiguales por medio de un tabique transversal que las separa completamente.
Las paredes del puco no han sido pintadas; en cambio el tabique muestra en sus caras dibujos muy borrados ya, pero que al fin he podido restaurar.
Hacia la división mayor el tabique, muestra una figura de cabeza triangular y cuerpo reticulado con cuatro patas flageladas.
El todo tiene el aspecto de uno de esos sapos (Bufo) que se hallan pintados dobles en ciertos pucos de esa región, y que he descrito anteriormente[1]; aunque, en este caso, muy mal hecho.
Del otro lado se distingue un dibujo compuesto por dos elementos de guarda griega unidos entre sí y formando como una especie de S en sentido horizontal (S).
Sobre el borde del puco se distinguen los restos de una línea negra y sobre el del tabique, puntos, unos al lado de otros como gotas.
Este puco con tabique es el primero que se describe y se da á conocer.
Al principio tuve mis dudas sobre esta pieza, pues me hizo el efecto de ser un objeto moderno y lo guardé junto al moño tan interesante que figuré y publiqué en mis notas de arqueología[2] y que resultó ser la representación del peinado de moño de las mu-